Bebé dragón

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Lucy sentía que todo le dolia, solo podía quejarse y ver cómo Wendy se preparaba para recibir al bebé

Natsu estaba junto a ella tomando su mano.

Un fuerte ruido se escuchó fuera del castillo.

Natsu asomó por la ventana, Laxus había sido derribado por el dragón, se levantó y continuo peleando.

Gruñó molesto, el debía estar ahí peleando no Laxus.

El quejido de Lucy lo hizo mirar hacia ella nuevamente.

Wendy entraba con Laila y una enfermera.

-Ya está por salir la cabeza, debemos apresurarnos.-

La enfermera posicionó a Lucy,quito el molesto vestido, la hizo abrir las piernas y colocó una toalla debajo de ella.

-Puje alteza.-

Lucy obedeció.

Un grito de dolor de escuchó en toda la habitación.

Natsu preocupado solo podía tomar su mano.

-Una vez majestad, el bebé ya tiene afuera su cabeza.-

Lucy una vez más pujo con toda sus fuerzas y el bebé salió.
Se escuchaba el llanto en toda la habitación.

Natsu lo miró con lágrimas en los ojos.

-¡Es un varón!-

Mencionaba la enfermera mientras lo lavaba y limpiaba.

Natsu miro a Lucy y ella estaba inconciente en la cama.

Wendy la reviso de inmediato, solo era cansancio.

La dejaron descansar mientras analizaban al bebé.

Después de la revisión se lo dieron a Natsu, y el lo cargo en brazos.

No pudo evitar llorar de felicidad, era tan pequeño y frágil, sabía que el haría todo por ese bebé.

Lo besó en su frente y lo arrullo en sus brazos.

Lucy despertaba.

Abrió sus ojos pesadamente y miró hacia Natsu.

El tenía al bebé en brazos.

-Gracias Lucy por tan bello hijo.-

Ella no pudo evitar soltar algunas lágrimas.

Natsu lo acerco a sus brazos de ella para que lo abrazara.

El bebé se acomodó en ella y comenzó a buscar su pecho.

-Tiene hambre.-

Mencionó la rubia mientras sacaba uno de sus pechos para que el bebé pueda tomarlo.

Natsu veía con mucha ternura aquella escena.

Su amada rubia dándole pecho al pequeño recién nacido.

Otro gruñido vino de fuera.

Natsu sabía que debía salir.

Besó a Lucy en su frente y se disculpó por dejarla.

-Lamento dejarte pero debo ir a detener al dragón. Tú y nuestro hijo es lo más importante para mí, debo protegerlos siempre.-

-Tranquilo, ve, después de todo eres el rey dragón.-

Natsu sonrió, besó a su esposa en los labios y salto por la ventana transformándose inmediatamente en dragón.

Con su garra tomó el cuello del otro dragón y lo empujó hasta la salida del reino.

Una nueva batalla comenzó entre ambos.

Sting y los demás llegaron al campo de batalla. Wendy curaba a Laxus, había dado buena batalla pero estaba herido.

Natsu golpeaba al dragón con todas sus fuerzas, tenía muy presente a su bebé recién nacido que necesitaba de él y queria darle una vida tranquila.


Su fuerza abrumadora era tal que antes de que la noche caiga el ya había derrotado al dragón.

Lo dejó inconsciente y pidió a Sting y Rogue llevarlo al bosque de los dragones para dejarlo sellado ahí.

Poco a poco recuperaba el aliento, la batalla lo había dejado muy cansado. Pero estaba bien, había ganado y podía estar tranquilo de que el resto del día estaría todo en paz.

Deshizo su transformación y entro al castillo, camino lo más rápido que podía hasta llegar a la habitación de Lucy.

Ella seguía en su cama, abrazaba al bebé y le daba palmaditas en su hombro.

-¿Todo bien?-

Ella lo miró y suspiró tranquila y aliviada.

-Todo bien cariño, ¿Tú estás bien?-

Natsu se acercó a ella y acurrucó su cabeza en el hombro de ella.

-Si, estando contigo, todo estará bien.-


Lucy recostó al bebé junto a ella y abrazo fuerte a Natsu.


-Estando juntos ¿Qué ah de pasar?-

Sin darse cuenta el pelirosa quedó profundamente dormido junto a ella.

La rubia lo acomodo en la cama y se puso de pie para llevar a su bebé en la cuna junto a la cama para que pueda dormir tranquilo.

Fue al baño lentamente, aún le dolía un poco, pero estaba bien, podía caminar.

Salió del baño y la escena de ver durmiendo a Natsu en la cama tranquilo y a su bebé en la cuna la llenaron de ternura.

Sonrió feliz y caminó hasta la cama, se acostó y se durmió al instante.




*Meses después*


Aquel bebé de cabellos rubios como los de Lucy y ojos jade como su padre crecia sano y fuerte.

Cada día era una experiencia nueva para los padres primerizos.

Natsu había logrado que los dragones estuvieran en calma. Vivían realmente días de paz, como siempre quiso, como siempre soñó.


Pero no todo puede ser color de rosa ni miel sobre hojuelas.

El padre de Lucy contrajo una fuerte neumonía, los pulmones no aguantaron más, ni con la sanación de Wendy.

Murió hacia apenas unos días, y Natsu junto a Lucy debían asumir el trono.

Después del entierro ahora todo Fiore tenía sus ojos sobre aquel par de jóvenes casados.

¿Serían unos excelentes reyes?

¿Llevarían a Fiore por un buen caminó?

¿O por su juventud llevarían a Fiore a la ruina?

❤️ El Dragón Enamorado ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora