Vignere.

1.2K 159 76
                                    

No era la primera vez que Dipper se encontraba a si mismo escribiendo sus pensamientos en libretas escolares, pero al percatarse arranco la hoja con fuerza tratando de llamar mucho la atención.

Había fracasado, por supuesto. Un par de personas lo miraron confundidos, entre ellas, William.

—¿Estás nervioso? —Preguntó el chico por lo bajo, Dipper no levanto la mirada de su libreta, puesto que asumió que su rostro estaría sonrojado y no tenía una explicación para ello. Así que simplemente se limitó a negar con la cabeza.

Desde que no tenía su diario, el castaño había tomado la mala costumbre de escribir en lugares donde no debía; no le había dado mucha importancia al asunto al llegar a casa arrancaba las hojas y las lanzaba a una carpeta que tenía, pero la nota que estaba escribiendo en esos momentos era peligrosa.

En primera, porque era ridículamente empalagosa, en segunda porque estaba dirigida hacia Will y en tercera porque William estaba a sólo unos pasos de él y podría fácilmente leerla en cualquier momento.

Como pudo arrugo la hoja y la lanzó a su mochila. Respiró profundamente y alzó la mirada, recuperando su compostura, después de todo tenía que comportarse.

—¿Lo estás tú? —preguntó con el tono de voz más neutral que pudo hacer.

No le tomó ni un segundo el darse cuenta que efectivamente, Will estaba nervioso. El chico estaba mordisqueando sus uñas, cosa que Dipper sabía que sólo hacía cuando estaba nervioso.

—Detente —le dijo el castaño tomando su mano para apartarla de su rostro—, te harás daño. 

Dipper se sonrojó ligeramente cuando se dio cuenta de lo que había hecho, no sabía porque lo hizo... había sido casi como un reflejo. Por el contrario, el sonrojo de Will fue muy evidente, pero el castaño lo atribuyó a la vergüenza de ser expuesto por un mal hábito. 

—Lo siento —respondió algo avergonzado, apartando la mano con delicadeza—, pero realmente me pone muy nervioso. 

Ambos se encontraban en la clase de literatura del viernes, lo que significa que al fin sabrían cómo les había ido con su poemario.

—No te disculpes Will —el castaño le sonrió con gentileza—, no estás haciendo nada malo, sólo no quiero que te hagas daño.

El mencionado sintió una extraña calidez en su pecho, pero no le dio importancia.

—Sabes que el maestro puede ser algo... —respondió apartando la mirada.

—¿Estricto? —terminó Dipper por él.

—Precisamente —contestó con una sonrisa, recuperándose—. No era esa la palabra que iba a usar, pero sí, puede ser muy estricto.

—Estoy seguro de que le gustará —le dijo el castaño devolviéndole la sonrisa—, no te preocupes por eso e incluso si no le gusta, no importa, a mí me gustó. 

El menor lo miró directamente a los ojos, Dipper ni se inmutó, le sostuvo la mirada con una expresión confiada, y Will no pudo evitar preguntarse qué era lo que el chico pensaba cuando lo miraba esa manera. 

—Igual a mí me gustó —contestó finalmente, sonriéndole.

El castaño no apartó la mirada continuó, luciendo seguro de cada palabra que decía... aunque por dentro se sentía ligeramente intimidado por la mirada del chico.

—Entonces no tienes nada de qué preocuparte —continuó sin sentirse capaz de sonreírle de vuelta, tener sus ojos clavados en los suyos era suficiente para alterarle el corazón—, si a ti te gustó entonces deberías estar satisfecho... toda cosa que hagas debe complacerte a ti, si le gusta a los demás que bueno, pero si no, ¿qué importa? —Dipper miró nuevamente al chico, intentando relajarse—. Además, de que el arte es subjetivo.

Blue Shakespeare ×Dipwill×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora