Una semana había pasado desde esa reunión del club y Mason sentía que se iba a morir.
No literalmente, pero no podía evitar sentir que el aire dejaba de existir en sus pulmones cada que caminaba por los pasillos de la escuela y veía a Bill.
Su exnovio, Bill.
Jamás creyó que pensaría en él de esa manera, pero así era desde hacía una semana, Bill era su exnovio.
Todavía no terminaba de procesar esa oración, no importaba cuantas veces pensara en ella.
Sentía cómo le dolía cada centímetro de su piel que alguna vez el rubio había tocado... lo cual, era como decir que todo él ardía de dolor, en especial las partes que literalmente aún tenían marcas que el chico le había dejado en la fiesta de Xólotl.
No pudo evitar notar como Bill y su amigo estaban por caminar junto a él en el pasillo, parecía que el de cabello azabache estaba intentando convencerlo de algo, pero el rubio se veía increíblemente molesto con él, Mason contuvo el poco aire que tenía en sus pulmones en lo que caminaba y por un momento incluso pensó en ir hacia él, decirle que lo sentía, que lo perdonará y que, por favor, por favor lo abrazará. Pero sabía que no se lo merecía, así que se giró, fingiendo que ni siquiera lo había visto.
Sabía que si volteaba a verlo se hubiera echado a llorar. Así que simplemente lo dejó marchar de nuevo y regresó su cabeza a su casillero, donde estaba claramente la nota: ¿Blue Shakespeare?
Mason se había centrado tanto en descubrir quién era el autor esa semana que era raro. Realmente no podría importarle menos quién había escrito eso, él sólo quería mantener su cabeza ocupada descifrando cosas o resolviendo algo, mantenerla ocupada... y el diario parecía la excusa perfecta para mantener su cabeza lejos de Bill. Aunque si era honesto, no había funcionado mucho, después de una semana tratando de adivinar cuál podría ser la otra llave o incluso la dedicatoria, no había averiguado nada, lo único que había encontrado era un poema de Shakespeare, el cual no le decía absolutamente nada nuevo porque ya sabían que el autor relacionaba a Will con Shakespeare, así que lo había dejado ir.
Al final del día, nada de lo que hacía importaba porque de manera inevitable terminaba pensando en el rubio y en lo mucho que lo extrañaba.
El ardor de su pecho lo regresó al ahora, no sabría cómo sobreviviría con ese dolor más tiempo, pero tenía que hacerlo, él se lo había buscado y tenía que hacerlo. Al menos, la escuela había terminado por hoy y, mejor aún: por la semana, por lo que podría irse a casa y no caminar por los mismos lugares que había caminado con Bill, tomarse un respiro de eso por dos días... aunque rápidamente se dio cuenta que su casa no era mejor.
Todo estaba lleno de él.
Al menos en su casa no estaba literalmente él.
Mientras cerraba su casillero, tomó sus notas y comenzó a caminar hacia el lado opuesto al que Bill y Xólotl habían ido, pero ni eso alejó de su mente al mayor de los Cipher, había llegado al jardín de la escuela, lugar donde se habían reencontrado después de tantos años, hacía poco más de un año....
«Era el primer día de preparatoria de Mason Pines en su nueva escuela y se sentía más nervioso que nunca.
Después de todo, no todos los días tenía una nueva oportunidad de ser alguien nuevo... o casi nuevo.
A los 12, había decidido mudarse con sus tíos abuelos al pequeño pueblo donde vivían y al que él y su hermana iban a pasar sus veranos, a aprender y descubrir los secretos del universo... y aunque, todo había sido maravilloso durante un par de años viviendo ahí, su último año escolar había sido un completo y total infierno, tan horrible que había decidido regresar con su familia.
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Blue Shakespeare ×Dipwill×
Hayran KurguDipper solía mantener un diario, uno que su hermana le había obligado a escribir, en el cual desahogaba todos sus sentimientos por William Cipher. Un día Dipper perdió ese diario. Y, cómo en toda buena historia, fue William quien lo encontró. Advert...