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Sofia

—Un rato más y las dejamos solas —Susurro en el oído de Chloe, ella suelta una risita nerviosa y sonriendo asiente.

Pasaron unos minutos para que Chloe dejara de tomar su café, y dejara la taza en donde se debe. De manera "disimulada" nos alejamos de las chicas, y comenzamos a caminar juntas por los pasillos del instituto.

—¿Cuantos minutos nos quedan? —Pregunta la ojiverde sonriendo.

—Unos seis —Digo mirando la hora de mi teléfono.

—Oh, ¿en serio? —Hace puchero y me hace reír, se ve verdaderamente tierna.

—Sí, Chlo. Tenemos que regresar a clases, te guste o no —Digo, ella ríe—. Además, tendrás mi hermosa compañía.

—Narcisista —Escucho que me llama mientras ríe.

No sé por qué, pero simplemente la abrazo por la espalda y sonrío, al comienzo se encuentra tensa, pero luego va aflojando.

—Bien que quieres a esta narcisista —Le susurro al oído y ella ríe.

Le dejo un beso en la mejilla y continuamos caminando a la par por el pasillo, hasta que vemos a Sydney interponerse en nuestro camino.

—Oh, veo que no demoraron en ponerse en pareja —Dice con una sonrisa para nada agradable—. Que rápido te olvidas de las personas, Sofia.

—Un abrazo no significa que ya estemos juntas. ¿Qué quieres, Sydney? —Pregunta Chloe, su sonrisa había desaparecido, y su voz se encontraba seria.

—Quiero felicitarlas, hacen una linda pareja —Dice aún con aquella sonrisa, aunque en su mirada solo hay odio.

—Gracias —Chloe no dice nada más y me guía lejos de Sydney, aún completamente seria.

Caminamos hacia el salón en silencio, y no me gusta verla así, enojada. Por lo cual para calmarla le doy la mano, aún manteniendo el abrazo.

—Es una idiota —Dice Chloe, suspiro.

—¿Viste sus estados, cierto? —Pregunto.

—Todos y cada uno —Admite aún seria.

Estoy seguro que los estados de Sydney, además de ser completamente extraños por el tema de las fotos, tenían muchos insultos hacia la ojiverde, y eso que no los ví.

—Chloe, no te enojes, cuando te enojas... no diré que te pones fea porque mentiría, pero eres muy seca —Admito, ella niega con la cabeza.

—Seca ¿Cómo? —Pregunta.

—Hablas super seria, y no me gusta verte así, Chlo —Admito dándole muchos besos en la mejilla, aunque verdaderamente lo que quiero es besarla en los labios.

—Está bien, Sof, intentaré desenojarme —Admite caminando más rápido hacia el salón.

Y allí tenía mi misión del día, cambiar el estado de humor de Chloe, hacerla olvidar de alguna manera lo que había pasado.

Al entrar a la clase de Español, la profesora comienza a hablar, y puedo notar que a Chloe se le complica, por las muecas que hace mientras ella habla.

—Si quieres te puedo dar clases particulares —Le susurro en su oído, ríe bajo y noto que su mejilla se pone colorada.

Eso me gusta.

—Sof, me desconcentras —Susurra, niego con la cabeza y miro que la profesora está ocupada hablando con una compañera del lado contrario al cual estamos nosotras para responder.

—Pero, Chlo, tú no entiendes esta materia —Le recuerdo.

—Con más razón debo prestar atención —Responde.

—La propuesta de clases privadas aún sigue en pié —Susurro, ella asiente.

—Si me sigue yendo mal en la materia te pediré ayuda, ¿contenta? —Pregunta mirándome, asiento.

—Perfecto.

La clase de Español continua y en un momento hacen que Chloe pase al pizarrón. La ojiverde suspira nerviosa y se levanta de su asiento, pero antes de que se vaya le dejo un papelito bastante chico encima de su cuaderno.

Chloe parece no notarlo hasta el momento en el cual llega a ser el centro de atención, y su mirada baja hacia el papel.

Sonríe nerviosamente y comienza a escribir lo que dice en el pizarrón. La profesora a penas termina le pregunta a todos si se encuentra bien, asienten, y puedo notar que Sabrina me mira con una sonrisa.

Al parecer la chica fue la única, además de Chloe, que se dio cuenta de lo que hice.

La ojiverde llega a mi lado, y luego la profesora me hace pararme para ir al centro del salón. Allí me hace preguntas en Español refiriéndose al tema que estábamos dando, y no demoro en responder.

—Okay, puedes sentarte —Dice en inglés, asiento y vuelvo a mi lugar.

—Eres realmente buena —Susurra Chloe a penas llego, río.

—Es un don.

—Gracias por la ayuda —Dice.

—No fue nada.

El resto de la clase nos la pasamos susurrando entre nosotras cómo se miraban Sabrina y Rowan, era obvio que nos habíamos perdido de algo, ya que no había más tensión entre ambas, y pasaban sonriendo.

Al tocar el segundo timbre del día, caminamos por el pasillo nuevamente nosotras dos, ya que  Sabrina y Rowan habían desaparecido.

—¿En los baños? —Pregunto, y noto como las mejillas de Chloe enrojecen.

—Purifica tu alma —Pide haciendo referencia al meme, y comienzo a reír.

—Definitivamente nunca me cansaré de hablar contigo —Admito, Chloe ríe.

—Yo tampoco, Sof.

Lo siguiente que sucede es lo que cambiaría rotundamente aquel día.

La primera bomba caería, y afectaría a ambas.

—Oh, es Boobo —Dice Chloe cuando escucha su teléfono sonar, me acerco a ella y no se niega.

—¿Qué quiere? —Pregunto, ella suspira.

—Solo quiere que mire el último estado de Sydney—Admite, niego con la cabeza y agarro el teléfono de la ojiverde.

—Lo veré yo, solo para saber si es apto para tí —Admito riendo, Chloe asiente y mira hacia otro lado del pasillo.

Entro al sector de estados, y allí sonrisa desaparece velozmente.

Lo primero que veo es a Sydney besando a una chica, uno que conozco muy bien. Y luego, la frase "Aún te recuerdo" debajo.

Siento mi corazón acelerarse, y comienzo a cambiar de estados, encontrándome las fotos que Rowan me había contado que la chica había subido.

Ahora entiendo todo, entiendo por qué me tenía bloqueada.

Comienzo a caminar a paso rápido por el pasillo, con Chloe llamándome, yendo detrás de mí.

Todo cobraba sentido, el hecho de que me tenía bloqueada de aquellos estados, de la foto que Chloe había dicho aquella vez en la cafetería diciendo que Sydney me extrañaba.

Pero sobre todo, cobraba sentido el hecho de haberle dicho a la chica «Felicidades Chloe, lograste separarla de mí, otra vez».

Sydney no se estaba refiriendo a mí.

Al verla, ella se encontraba cerrando su casillero, y su mirada se encuentra con la mía.

—¿Qué quieres, Sofia? —Pregunta.

—Sydney, ¿me puedes explicar por qué conocías a Ava y nunca me lo contaste? —Pregunto mientras muestro el teléfono de la ojiverde que resalta aquel estado.

Y la bomba estalló.

Aún Te Recuerdo-Dofia AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora