Seis.

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Trío - Seis.

Valentín.

Me removí en la cama cuando sentí que no tenía ese calorcito en mi cuerpo que Daniel ocasionaba con sus bracitos y su cuerpo arriba del mio, abrí los ojos intentando ver con las persianas cerradas y tante la cama para buscarlo, y al no encontrar nada me sentí mal, todas esas ilusiones y la sonrisa con la que me había dormido ayer a la noche ahora no eran nada, soy demasiado tonto y me dejo llevar mucho por los encantos hermosos de Daniel, pero no puedo arruinar la oportunidad que él mismo a veces me da, porque a veces pienso en que será la última.

Me levanté de la cama después de ver mi celular y no encontrar ningún mensaje de Daniel, mi cara expresaba que me sentía como la verga y que quería ir a romperle la carita linda que tiene, pero a besos, para que se de cuenta de cuanto me gustana y quería estar con él. Se que si me da aunque sea una oportunidad yo lo haría completamente feliz, solo que no sé lo que quiere y la oportunidad no la tengo.

Me vestí con una remera negra y un pantalón negro también, fui al balo para lavarme la cara y quedarme mirando en el espejo como por medía hora, repitiendome de que si él no quería esto, otras personas tal vez si. Cuando terminé fui directo a la cocina para ver que podía comer porque tenía mucha hambre, pero al entrar, la sorpresa que me llevé al ver a Daniel parado haciendo el desayuno hizo que todo mi cuerpo se alegre al instante, y que mi corazón de brincos de alegría.

—No te rías si se me queman las tostadas, sabes que no sé hacer.—Habló sin mirarme, mirando la tostadora y fijandose a cada rato si ya estaban, me reí y rasque mi nuca caminando a él, llegué a su lado y lo quedé mirando.

Se veía hermosamente tierno, su pelito platinado al costado de su cara y esos labios húmedos tentadores, su carita de concentración por estar esperando una tostada, me acerqué con una sonrisa y dejé un beso en su mejilla, pasando mis brazos por su cintura y acercándolo a mi.

—Hola ¿no?—Hablé con una sonrisa, sus ojos brillosos me reflejaban, y todo el amor que sentía por el había explotado por todo mi cuerpo, se puso de puntitas y me dio un beso en la mejilla abrazandome también, que sensación linda era abrazarlo.

—Hola Val.—Sonrió ocultándose en mi pecho y abrazándome mas fuerte, suspire y saqué una mano para parar la tostadora así no se quemaban y también así podía seguir abrazandolo.

—Creí que te habías ido Dan.—Dije enterrando mi nariz en su pelo, oliendo su hermosa cabellera, tenía un aroma demasiado rico que de tan solo olerlo alegraba todo mi día y mi vida completa, no hay otro aroma como el de él.

—¿Por qué Valen? no soy tan malo, ni forro, perdón por no despertarte es que verte dormidito con esa carita me dio pena molestarte.—Susurró sobre mi pecho, lo apreté más a mi para que no vea la sonrisa de enamorado que había causado en mi cara y suspire.

—¿Cuándo vas a entender que nunca molestas?—Dije separándome de él, agarrándolo de las mejillas y mirándolo a los ojos, sonrió con ternurita y yo dejé un beso en su frente.

Se separó mirándome a los ojos y después bajó la mirada con una sonrisa, amaba verlo así de tierno y tímido, estaba tan enamorado de él hasta tal punto de que me encantaba verlo hacer cualquier movimiento, estaba enamorado, muy enamorado de Ribba, y no me aguantaba estar en un mismo lugar y no poder besarlo, decirle cuanto lo quiero y llenarlo de abrazos lindos.

Trio ; WosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora