Ocho.

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Trío - Ocho.

Daniel.

Me separé de Valentín con todo mi cuerpo temblando y agitado, mirando sus ojos azules brillosos y algo rojos, tragué saliva agarrando otra vez su nuca y volviendo a unir nuestros labios, sintiéndome tan bien cuando los de él también se movieron arriba de los mios, agarré su cuello y profundice más el beso, metiendo mi lengua en su boca y juntando las dos en un suave movimiento.

Se separó mirándome de arriba a abajo y como si fuera que me reconociera sonrió atontado y tomó mi mano, empezando a caminar entre la multitud de gente, guiándome para arriba con rapidez y adelante mio, mientras yo pensaba en si esto estaba bien o no, Valentín casi ni me reconocía por el pedo que tenía y yo aun así quería seguir con todo esto, ese no era mi plan cuando llegué acá, mi plan era decirle que era yo y después intentar volver a repetir lo que paso esa noche, pero tal vez así era más fácil soltar eso ¿no?. Llegamos a una habitación del fondo, en un pasillo oscuro que casi ni se podía ver, solo la puerta blanca que había ahí.

Cambió de posición pegandome contra la puerta y dejándome de espaldas a él, cerré los ojos y apoyé mis manos en la puerta al sentir sus manos apretar mi culo, y apoyar su erección ahí, moviéndose contra mi, jade tirando mi cuello y mi culo más para atrás, necesitaba mucho estar con Valen otra vez, lo necesitaba tanto que no podía dejar de pensar cuando este adentro mio.

—Sos tan lindo.—Murmuró bajando sus labios a mi cuello, empezando a dejar besos y mordidas ardientes que me prendían todavía más, cerré los ojos con fuerza empezando a refregarme contra su erección, mi cuerpo casi temblaba y sabía que si me seguía teniendo parado acá las piernas me iban a fallas y me iba a caer.

—Ah dale Valentín, no seas chancho, metete adentro, loco que trauma.—Gritó una voz por todo el pasillo que pude identificar cono la de Mauro Lombardo, escuché la risa ronca de Valentín y después de mordisquear un poco más mi piel abrió la puerta con una de sus manos y me hizo entrar.

La cerró rápido dejándome a mi en medio de la oscura pieza mientras él la cerraba con llave, se dio vuelta mirándome con una sonrisa de arriba abajo, haciéndome sonreír a mi también, me tomó de la cintura para pegarme a su cuerpo, metí mi cara en su cuello empezando a dejar besos y mordiscos que lo hacían jadear y tirar más su cabeza para atrás, mordi y succione cada parte de su piel aprovechando a oler el perfume que traía, ese perfume era riquísimo.

—Arriba.—Susurró tomándome de las piernas y poniéndome arriba de él, me apoyó en la pared de la pieza y empezó a mover su cadera en circulos para que nuestras erecciones choquen, mordió mi labio tiroñandolo para su lado y yo jadee mucho más, bajé mi mano por su abdomen hasta llegar a su entrepierna.

La apreté logrando un jadeo en él y de un salto me baje de arriba suyo para sacarle ese disfraz que tenía, llevé mis manos al cierre de su traje y lo empecé a bajar, esperando verlo desnudo, pero lo único que vi fue más ropa, cuando se lo termino de sacar lo miré a los ojos y él río.

—¿Me saco la ropa?—Susurró ronco, mordí mi labio y asentí con la cabeza mientras lo miraba, tome el borde de su remera y se la fui sacando, apreciando otra vez su cuerpo desnudo, bajé su pantalón corto y sonreir cuando todo mi cuerpo sintió ese deseo de fregarme contra él.

Lo empuje hasta la cama y cuando se cayó de espaldas con las piernas medias abierta mi miembro comenzó a latir, me gané adelante de él y me empecé a sacar la ropa bajo su mirada, lentamente y con cuidado de que no se me salga el antifaz ni la bincha que tenía, seguro parezco una mina pero me ponía mas el hecho de que no me viera la cara y hacerlo así con él.

Trio ; WosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora