Trío - Doce.
Valentín.
Nunca corrí tan rápido en mi vida como esa noche cuando escuché el sonido del timbre, prendí las luces por si me caía y frene en seco cuándo estuve en frente de la puerta, respire agitado intentando calmarme y acomode mi pelo nervioso, ¿qué pasa si lo veo y no siento nada? ¿qué pasa si me ve y no siente nada? o peor, ¿qué pasa si nos vemos y sentimos de todo?
Largue un suspiro, y giré la llave de la puerta para abrirla, encontrándome con esos ojos negros brillosos que nunca salieron de mi cabeza ni en todas las noches, mordí mi labio inferior conteniendome por no comerle la boca y sonreí, estaba hermoso, más hermoso que antes, sus ojos no salían de los míos en ningún momento.
Y sentía que me decía lo mucho que me había extrañado, porque yo le decía lo mismo.
—Hola Dani.—Hablé en un tono bajo, sonriendo a más no poder al verlo en frente mio, largó un suspiro entrecortado y caminó hasta ponerse en frente, empujandome un poco para cerrar la puerta y sonreirme.
Subió y bajó sus ojos por todo mi cuerpo y con una sonrisa se tiró arriba mio abrazándome. Colgándose de mi cuello mientras se escondía ahí, largue una risa de alegría y envolví mis brazos en su cintura pegándolo contra mi, no entraba tanta felicidad en mi cuerpo.
—Te extrañé, mucho.—Habló con sus labios rozando mi cuello, mordí mi labio y suspire sin salir del abrazo, lo apreté mucho más fuerte contra mi.
Pensándolo un poco, empecé a bajar mis manos por todo su cuerpo, empezando a prenderme como cuando estábamos juntos, lo agarré de las piernas y lo subí arriba mio, haciendo que rápidamente las apriete contra él, cerré los ojos y suspire pesadamente, tenerlo otra vez arriba mio me ponía loco, empecé a caminar hasta mi habitación lento, disfrutaba mucho el toque que hacían nuestros cuerpos cuando hacía un movimiento, entré cuando ya había llegado y lo acosté arriba de la cama, conmigo encima de él.
Se separó de mi cuello para mirarme y sonreirme como sólo él lo sabía hacer, causando ese revoltijo de sensaciones en mi panza y un quilombo terrible en mi corazón.
—Dios...—Murmure cerrando los ojos y apoyando mi frente con la de él, su respiración chocó con la mía y por fin pude volver a sentir el lindo roce que tenían nuestros labios cuando estábamos a punto de besarnos.
Sentí como las manitos de Daniel iban a mi cara y me tomaba de las mejillas para empezar a acariciarme con suaves toques, pasando su dedo pulgar por mi cara, primero contorneo el arito en mi ceja largando una risita, bajó por mis ojos cerrados y mis pestañas diciendo algo que no entendí, por mi nariz y después por mis labios, acariciándolos, pasando su dedo pulgar por entre medio y largando un suspiro.
Abrí los ojos para mirarlo y aguante todas mis ganas que tenía de besarlo, acerqué mis labios a su cara y dejé muchos besos en distintas partes, en su nariz, en sus mejillas tan gorditas y cerca de sus labios, no me importaba no poder besarlo, con tal de tenerlo cerca mio, abrazandome y mirándome con esos ojos que me volvían loco, me conformaba.
—Seguís hermosos, mucho más hermoso.—Habló en un susurró, sonreí con los ojos brillosos, busqué su mano para entrelazarla con la mía y siendo un poco desubicado hice que la lleve a mi abdomen descubierto, para que empiece a tocarme.
Extrañaba tanto sus manos tocándome que no podía evitar hacer esto, suspire y me acerqué a sus labios, no tenía que hacer esto, ya lo sabía, pero es que estoy tan enamorado de Daniel que ya las acciones me salen solas.
—Mierda Dani, te amo.—Hablé con la voz cortada, respire fuerte cuando sentí sus dedos acariciar mi abdomen y con una de las mías agarré su mentón, subiendo un poco mi cara para rozar nuestras manos.—Fue mala idea traerte a la cama.—Murmure con mis ojos fijos en los de él.
Todo mi cuerpo daba pinchazos y de mi panza ni hablar, había todo un mar de sensaciones extrañas recorriendo por ahí. Moje mis labios lentamente para que él se de cuenta de lo que quería hacer, y cuando sonrió entendí que no le importara que lo hiciera. Fui bajando despacio hasta sus labios gorditos y anchos, cerré los ojos cuando estaba demasiado cerca.
Y en un movimiento de él, nuestros labios se juntaron, después de tantos meses, sentía mi corazón en la garganta y todo mi cuerpo lleno de hormiguitas. Reaccione cuando me di cuenta de que me estaba besando, y empecé a mover mis labios con rapidez, desesperado y necesitado por sentir su dulce gusto.
Me encantaba, amaba que después de tanto tiempo me siga causando estas sensaciones, mordí su labio lentamente y cuando los abrió, metí mi lengua, buscando la de él e intentando saborear su saliva, mis manos actuaron por si solas, empecé a acariciar su cuerpo suave, pasando por su cintura, su abdomen y por su culo, apretándolo contra mi, cuando sentí su entrepierna pegada a la mía empecé a mover mi cadera, refregandome descaradamente contra él.
Dios, Daniel me calentaba tanto.
—V-val...—Jadeo separándose de mis labios, con los ojos cerrados y arqueando su espalda, sonreí mojando mis labios y busqué una de sus manos que estaban en mi nuca y la bajé a mi pantalón.
—Met-te la mano ahí.—Pedí ronco, haciendo que meta su mano en mi pantalón oscuro, y empiece a tocar mi entrepierna, me hizo caso, comenzó a apretarla levemente mientras yo me ponía cada vez mas duro.
Largue un jadeo en su oído y dejé un camino de besos húmedos hasta llegar a su cuello, lo llené de besos y volví a subir a su boca, pasando por su mentón y entreteniendome ahí.
—¡D-dios Da..ni!—Pegue un grito cuando su mano entró en mi boxer para agarrar mi miembro y empezar a mover su mano, pajeandome, gemí agitado y presione mas mi cadera con su manito.—Mas f-fuerte... ah si... Dios.—Gemi.
Subí mis labios a él y lo volví a besar, más fuerte y caliente, su mano iba cada vez más rápido y sentía que no me faltaba nada para acabar, sus labios sobre los mios detenían cualquier grito y esa manito me daba tanto placer, empecé a mover mi cadera también, al ritmo de él, separándome para jadear y gemir mientras lo miraba a los ojos.
Sus ojos negros me miraban entretenido, mordía su labio cada vez que yo largaba un grito muy fuerte y respiraba fuerte igual que yo, amaba como Daniel me tocaba y con solo eso me llevaba hasta las nubes. Sentí como mi miembro se ponía cada vez más duro, y como Dani lo apretaba más fuerte y movía mucho mas su mano.
—V-voy a acabar.—Le susurre jadeando, sonrió mordiendo su labio y aceleró su mano, sentía como el líquido preseminal subía por la punta de mi miembro indicando que después de eso venía la acabada.
—Dale mi amor.—Habló Dani con voz suave y ronca a la vez, me miró con esos ojitos negros brillosos, y esos labios rojos e hinchados.
Y acabé, largando un gemido con su nombre mientras lo miraba a los ojos, movió su mano hasta que se me acabaron los espasmos y la sacó mirando la mancha de semen que le había dejado, me miró seductor y pasó su lengua, tomando un poco de eso, y sentí mi poronga dura otra vez.
—Dios mio Dani.—Hablé mordiendo mi labio, me acerqué a él y lo besé otra vez, dulce, suave, trasmitiendo esas emociones que tenía mi cuerpo, mi corazón y mi cabeza.
Después de un rato nos separamos mirándonos con una sonrisa en la cara.
Pero la de él desapareció, me miró entre asustado y con ganas de llorar.
—¿Qué hicimos Val?
✨
¿Cómo que hicieron enano trolo?
ahre, perdón por tardar y venir con un capítulo demasiado feo, necesitaba tiempo y alejarme un rato de todo, pero ahora estoy mejor y prometo actualizar cuando me pidan <3 lxs amo!-galileo