Trío - Cinco.
Valentín.
—Pst, Val... Valen.—Escuché que susurraban en medio de la noche, me giré en la cama sin darle importancia a la voz que escuchaba y trate de seguir durmiendo tranquilamente.—Hey, Valo.—Entonces reconocí ese apodo, que solo esa persona me decía, abrí los ojos adormilado y cuando lo vi arrodillado en el costado de la cama mirándome recordé todo.
Después de la fiesta y de ese beso que me movió todo, decidí venirme para casa pero antes de poder siquiera sacarlo de encima mio me dijo que su mamá lo había dejado afuera porque se olvidó de darle la lleve, entonces no tenía en donde dormir, obviamente no lo iba a dejar tirado en medio de la calle y decidí traerlo conmigo para que no pase frio, yo vivía solo y había suficiente espacio en la cama, y más si se trataba de él.
—¿Ronque muy fuerte?—Fue lo primero que atine a preguntar, largó una risa y yo volví a cerrar los ojos cuando me dijo "no Val", pero me pico el brazo haciendo que vuelva a abrir los ojos para mirarlo.—¿Qué pasa Ribba? Acostate, es tarde.—Intenté volver a cerrar los ojos, pero esta vez su voz me interrumpió.
—Tengo frio Valo, acá en el piso hace frío.—Hablé haciendo puchero y mirándome con sus ojos negros, sonreí y subí la ceja, intentado pensar que esas palabras era una propuesta para venir a dormir conmigo.
—Vos no quisiste dormir conmigo, ahora jodete.—Jugué un poco, si quería venir a dormir conmigo tenía que escucharlo de su boca porque hoy había quedado como un estúpido al creer que iba a dormir conmigo para que después me termine rechazando diciendo que en el piso sería mejor, me dolió si, pero no lo demostré, o capaz si, igualmente le puse un colchón en el piso y le di mantas.
—Pero tengo frio Valo, perdón.—Susurró con voz tierna, lo miré a los ojos y suspire, él sonrió llevando su mano a mi mejilla para acariciarla y dejar un beso en mi frente.—¿Me dejas dormir con vos Val?
Mordí mi labio y me corrí para que entré en mi cómoda cama, sonrió y en seguida se paró del colchón que estaba en el piso para meterse conmigo, se metió entre las frazadas mientras yo miraba con una sonrisa los movimientos que hacía en la cama para acomodarse, hasta que vi que salió su cabecita platinada de abajo de las frazadas, mirándome con una sonrisita y riendo un poco.
—Sin abrazos.—Hablé yo como una amenaza, se puso serio y asintió con la cabeza, y me puso un poco mal que no haya protestado por lo que le dije, ¿quién me entendía? yo soy el que dice eso y me pongo triste porque él aceptara sin peros.—Dormí bien.—Susurré sin darle un beso y me di vuelta en la cama dándole la espalda.
—Vos también Valo.—Susurró, hice una mueca y cerré los ojos, intentando de alguna forma dormirme sin el nudo en la garganta que se había ganado cuando no noté ningún interés en Daniel.
Y estaba claro, el beso que habíamos tenido hoy tampoco tuvo importancia para él, al igual que esa noche en la que estuvimos piel con piel, y me reí en mi mente por ser tan pelotudo, ¿cómo le iba a importar si él se encargó de rechazarme?, era medio tonto que siga teniendo un poco de esperanzas después de que me haya dicho que sólo me quería como amigo, pero ¿por qué me beso? se que todo eso lo empecé yo cuando le di dos besitos, pero el la siguió besándome con ganas.
No podía negar que Ribba era el que siempre ocupaba mi cabeza, yo mismos me encargaba de pensarlo siempre y confundirme más, no hay chance de que deje de pensarlo en algún momento. Abrí los ojos cuando la cama se movió y todavía más cuando sentí la mano de Daniel en mi hombro, picandome para llamar mi atención, giré para verlo y levanté una ceja cuando ya estuve en frente de él.
¿Como no iba a estar enamorado de semejante obra de arte? si hasta cuando durme es perfecto, todos sus pelitos despeinado y sus labios gruesos, esa boquita que me tenía loco.
—¿Umh?—Pregunté con los labios cerrados, haciendo un ruido para que me diga el porque de su picoteo en mi hombro, sonrió y se acercó a mi cuerpo hasta abrazarme por los hombros, mirándome a los ojos, y esa carita, Dios mio, me encantaba tanto.
Mi cuerpo temblaba al tenerlo tan cerca mio, y esas mariposas imaginarias aparecieron revoloteando en mi panza cuando dejó un beso en mi mejilla.
—Sin abrazos Ribba.—Hablé, y aunque mi respuesta haya sido esa, no logré separarlo de mi, ocultó su cara en el hueco entre mi hombro y cuello y respiró ahí, erizando mis pelitos, Dani me volvía tan adicto a sus acciones, mordí mi labio pellizcando mis manos así no lo agarraba y suspire.—Dani...—Murmure sintiendo su respiración pesada en mi cuello.
—Abrazame Val, no puedo dormir si no me abrazas.—Susurró con sus labios húmedos rozando mi cuello.—, me encantan tus abrazos.—Y esas palabras lograron alterarme, mi corazón golpeó con fuera mi pecho y fue suficiente para darme cuenta de que tenía que reaccionar.
—Uf Dani.—Hablé, agarré su cintura con mis manos y la subí arriba de mi cadera, dejándola arriba mio y bajando mis manos a sus piernas para ponerlas al costado, subí mis manos por su columna y después bajé provocando que ría suavemente sobre mi cuello.
Mi respiración pesaba, y no sabía si bajar mis manos a su culo o dejarlas en sus muslos, ¿ya fue no?, mordí mi labio y subí las yemas de mis dedos por sus muslos, hasta llegar a su culo y apretarlo un poco, cerrando mis ojos disfrutando el momento, mordí mi labio y sonreí cuando no recibí ninguna queja de Daniel.
—Es como... una suave almohada que me dan ganas de apretarla todo el día.—Hablé sonriendo, siguiendo con mi trabajo de apretarlo y volverlo a soltar para apretarlo otra vez, largó una risita y yo sonreí.—Siento que es tan gordito que me encantaría dormir con mi cabeza apoyada ahí.—Seguí hablando, liberando todas las palabras que tenía para su culo hermoso.
Se separó para mirarme a los ojos y río, dejó un beso en mi frente y después hizo una escalerita de besitos hasta llegar a mi nariz, sonreí cuando se separo y respire un poco agitado, Daniel se llevaba toda mi respiración, me olvidaba de todo, y si no fuera involuntario respirar, juro que me olvidaría también de eso cuando lo veo.
—¿Te gusta mucho?—Preguntó medio sarcastico, divertido y con una sonrisita, asentí con la cabeza y reí, juro que lo miraría toda la vida y no me iba a cansar de lo hermoso que es Daniel.
—Me encanta, y si no fuera pecado diría que es el mas lindo culo que vi en mi vida.—Hablé, mordí mi labio y le pegué una nalgada haciendo que el pegué un saltito y ría.
—No puedo creer lo atrevido que sos.—Dijo negando con la cabeza, me reí y subí una ceja, ya se me había echo un visio esto de apretar sus dos nalgas y pegarle ocasionalmente en una, o en las dos.
Estuve así como por una hora, entretenido en su culito gordo y perfecto, seguro ya parecía un pesado, pero me encantaba y no podía dejar de hacerlo, hasta que en un momento lo apreté demasiado fuerte, logrando un jadeo en Dani que me hizo sonreír.
Dios si, ese jadeo.
—Apa, encontré tu punto débil.—Susurré un poco divertido y con la voz media ronca, bueno tenerlo arriba mío y estar apretando su hermoso y deseado trasero no ayudaba mucho a mi cabeza.
A ninguna de las dos.
—Si me seguís masajeando el culo así Valen, me vas a hacer dar ganas de otras cosas.—Susurró escondido en mi cuello, mi respiración se agitó un poco, cerré los ojos y esas imágenes de Daniel desnudo saltando arriba mio aparecieron.
Ay mi amor.
—¿Esta posición te recuerda a algo?—Pregunté apretando descaradamente otra vez sus dos nalgas.
Esto me estaba volviendo loco.
✨
nadie entiende a daniel, menos yo que soy la escritora ahre, bueno tal vez haga un maratón cortito de este pero no SE cuando, diganme que les parece <3, lxs amo!-galileo