Acuerdos

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Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Kouhei Horikoshi, yo solo hago que se amen y tengan hijos.

Gracias a todas las lindas personas que se toman el tiempo en dejarme un mensaje, quiero que sepan que los leo y son los que me motivan a seguir escribiendo.

A mi beta mil gracias por tu ayuda y esfuerzo en corregir cada capítulo, te quiero un montón.

-w-

Pasar tres días junto a su Izuku de esa manera fue lo más agradable que había sentido, ese cuerpo era demasiado sensual y su voz era tan adictiva que, con cada jadeo, pronunciación de su nombre solo hacía que embistiera más fuerte contra esas caderas. Ver cada marca que dejó en su cuerpo le demostró y confirmó el hecho que era bastante posesivo, besó la marca que lentamente estaba cicatrizando, ya estaban unidos en todo sentido, su corazón latía con fuerza solo con ver ese cuadro; se levantó fue a darle de comer a su pobre gata, en la siguiente ocasión la llevaría a la casa de su hermana o suegra, la peino, colocó el lazo que su amor le compro luego le dio comida con bastante agua.

Se estaba bañando cuando escucho la vibración de su celular, pero no rompería ese relajante momento después de tanto ejercicio; al terminar secó su cuerpo con la toalla en la cintura tomó el celular, era una llamada de su hermana, así que antes de contactarse con ella, se colocó ropa interior, una sudadera negra y una camisa blanca. Colocó los manos libres mientras preparaba el desayuno, esperó a que ella contestara.

—Shouto, ¿porque no contestas? – la voz le sonaba preocupada – los hemos estado llamando, estábamos preocupados.

—Si buenos días para ti también Fuyu nee san – saludo con sarcasmo – no contestamos porque digamos que no es un momento en el que el celular importe demasiado.

—¡Kyaaaaaaa!, dime ¿lo marcaste? – el grito hizo que se quitara los audífonos con rapidez, casi lo deja sordo – ¿ya somos familia de ese hermoso conejito?

—Si – él sonrió viendo a su amor profundamente dormido – es bastante difícil controlar el instinto, pero lo logré.

—Qué lindo hermanito, estoy orgullosa de ti – la voz había cambiado en su totalidad, ya se escuchaba más tranquila y feliz – ahora lo que importa, estuve con nuestro padre.

—¿Qué paso? – ahora era él el que se sentía preocupado – Izuku se lo encontró en el hospital.

—Si eso me contó también – ella soltó un sonoro suspiro – pero el problema es que él no quiere que estés con ese hermoso conejito, está dispuesto a utilizar todas sus influencias para separarlos, le dije que, si lo intentaba, haría que la ley lo castigara, pero sabemos muy bien que él puede llamar a sus amigotes y saldrá libre.

—Eso quiere decir que el plan que se ideo sigue en pie – no era una pregunta, esta era su afirmación, si Izuku se iba de país él iría con su omega –

—Si – ella no dudo un segundo – igual trataré de hacerlo entrar en razón, no quiero que nos separe de nuevo.

—¿Y si yo hablo con él? – se sentó en la silla, empezó a comerse su huevo frito con un delicioso té en leche – puede que lleguemos a un acuerdo.

—No lo sé hermanito – el silencio se hizo largo, sabía que ella estaba pensando – igual él ya no puede desheredarte, firmaste toda la documentación y ya fueron aprobadas, así que no te haría nada.

—Iré para allá, cuando termine de hablar con él, te llamaré – ella afirmó con un sonido de su voz – te dejo, me arreglaré mejor para salir.

—Cuídate – la escucho enviarle un beso y colgar –

El primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora