Capitulo 11 ✔

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New Orleans, Luisiana

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New Orleans, Luisiana.

Katherine

Salí del hospital con mi abuela e Ian, o Dr. Martin como ahora lo llamaban. Nos habíamos criado juntos en el barrio, pero después a su padre le llegó una oferta de trabajo y se tuvieron que mudar. Nunca supimos a donde. Nunca hubo nada romántico, siempre fuimos amigos desde que tenía memoria. Ahora al parecer, había regresado como un doctor.

Ian determinó que ya podía irme a casa, pero tendría que hacerme un seguimiento médico.

No supe nada de Adam desde ayer que se había ido hecho una furia del hospital. No entendía su arrebato con Ian, puede que sea territorial y toda esa cosa de macho alfa, pero es que ni Ian ni yo dimos motivos para que se pusiera así.

— Definitivamente tenemos que ponernos al día. —dijo Ian cerrando la puerta de auto de mi abuela con una sonrisa.

— Nos vemos en la consulta. —le devolví sonrisa.

— Adiós, Ian. —se despidió mi abuela.

En casa, Angelica que estuvo todo el camino en silencio, empezó a sermonearme sobre el comportamiento de Adam y que a lo mejor estaba cometiendo un error con nuestra relación. La posesión que demostró Adam en el hospital no le hizo ninguna gracia.

—Ya vi este tipo de comportamientos antes. En tu padre con tu madre. Y no me gusta que me lo recuerden.

— Abuela, estoy bien con Adam. Me siento feliz cuando estoy a su lado ¿que no puedes ver eso? Desde el día uno, le tienes maña, y no me digas que no porque lo he visto. Sí, es un resabioso ¿vale?, pero es mi resabioso. Si, es celoso y sin paciencia, me vale también, porque se lidiar con él y porque es mío. Y me gusta de verdad como nunca me había gustado nadie. Quiero permitirme esto.

Mi abuela cerró los ojos suspirando y asintió.

— Yo solo quiero que sepas reconocer una relación tóxica y que sepas huir de ella antes de que te haga daño. Ve a descansar que yo tengo que preparar algunas cosas en la cocina.

Dejándome musarañas en la cabeza, negué desechando los pensamientos de que mi relación era toxica.

Subo a mi habitación. Enchufé el teléfono que estaba sin carga y me puse a revisarlo. Tenía cinco llamadas y dos mensajes de Adam.

El mensaje de ayer en la noche me hizo rodar los ojos.

Sé que reaccioné mal en el hospital, y te pido disculpas, pero es que no soporto que nadie te diga hermosa o te elogie y tú le dediques una de tus sonrisas las cuales debo decir que son estrictamente mías, de nadie más. Porque toda tú me pertenece, eres mía Katherine y no pienso dejar que ningún medicucho de quinta venga a robarme lo que es mío.

«Hermoso.» pensé con ironía

Cuando leo el segundo mensaje metí mi cabeza en la almohada enfadada.

Marcada Por Un Mafioso©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora