Capitulo 12 ✔

65K 4.1K 743
                                    


New Orleans, Luisiana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

New Orleans, Luisiana.

Katherine

La alarma del reloj sonó sin compasión con la única misión de despertarme, tan solo si hubiera dormido en toda la noche hubiese cumplido su objetivo. Alargué mi mano para detener la maldita cosa. Me miré en el espejo y las ojeras me saludaron al igual que mi animo reflejado en mi cara.

Le mandé un mensaje a Kain como todas las mañanas, sabía que no me podía responder, pero al menos lo veía. Le había hablado del regreso de Ian y de la molestia que me producía que ni siquiera se había molestado en llamarnos o enviarnos un mensaje. Bajé las escaleras y me encontré a mi abuela alistándose para irse a trabajar.

—Cariño tienes el desayuno en la mesa.

Asentí media ida.

—Se que no te dije sobre la deuda, pero no esperé que te pusieras así. Mírate ¿dormiste algo anoche?

—Tuve una mala noche. La deuda ya no es un problema. —me encogí de hombros.

—¿Cómo que ya no es un problema? —preguntó medio asustada.

—Pedí un préstamo a mi jefe y le di el dinero a Luciano para que se lo diera al tal Diablo. Listo, problema resuelto.

—¿Tu jefe novio? —arrugó el ceño.

El ardor en mi pecho se acentuó al oírla.

«Ya no es mi novio.»

—¿Quién más? —Negué con la cabeza dirigiéndome a la cocina.

Si le hubiese dicho que habíamos terminado, me hubiese seguido preguntando. Yo solo quería que nadie me lo mencionaran. Solo tenía veinte minutos antes de que irremediablemente tuviera que estar a un piso de él.

—Ten un bonito día abuela. —me despedí mirando el desayuno sin un ápice de hambre.

Después de vestirme y hacer algo con respecto a las ojeras, me dirigí al trabajo.

Todo el mundo estaba reunido disimulando escuchar a la Ganzuá, ya que se metió en dar un discurso de cómo debíamos trabajar más en nuestras habilidades para contribuir a la calidad de la empresa y más bla, bla, bla.

— Bueno, hubo un cambio de último momento, habrá una co-jefa en Diseño. —las personas empezaron a murmurar— la Srta. Petrov.

— ¿Katherine? ¿La asistente? —los murmullos se incentivaron.

Se oyó un aplauso y otro le siguió, después vinieron cuatro y cinco más, me di cuenta de que los que aplaudían era Tommy, Jenny y un grupo de personas que conocía porque diariamente tenía que tratar con ellos. Todo el departamento comenzó a aplaudir y La Ganzuá tuvo que mantener estoica su sonrisa cuando se hizo más ruidoso. Con la misma sonrisa se despidió de las personas y se dirigió a mí.

Marcada Por Un Mafioso©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora