Capítulo Uno

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La alarma sonó siendo las cinco en la mañana y el rubio se despertó de inmediato, se incorporó lentamente y se quedó sentado en la orilla de la cama unos instantes mientras se tallaba el rostro con fuerza, de nueva cuenta sólo había dormido dos horas a lo mucho pues los recuerdos y pesadillas le asaltaban a cada instante recordándole una y otra vez no solo los horrores que había visto en aquella época sino también a las personas que había perdido. Suspiró con hastío preguntándose sin tan siquiera valía la pena hacer el esfuerzo para levantarse mientras los ojos se le anegaban en lágrimas.

-Dios... Esto es demasiado- susurró con voz rota

Hace ya casi un año que le despertaron y aún estaba en proceso de "adaptación" para encajar en esta nueva era, pero todo era inútil pues no importaba cuanto se esmerara Nick Fury y su equipo, él simplemente se encontraba fuera de lugar el ciento por ciento del tiempo haciéndose quedar en ridículo con los agentes que estaban asignados a sus evaluaciones. Este no era ni sería jamás su tiempo ni su vida, pero claro no podían perderse la oportunidad de tener de nuevo en sus filas al alfa de alfas, el gran Capitán América pero ¿De qué servía ser un alfa prime si parecía un pobre cachorro desamparado? ¿De qué les servía su estatus y casta si no podía utilizar adecuadamente un teléfono o esas cosas planas que eran ahora los televisores?

Con suma lentitud se levantó y alistó para comenzar con su rutina diaria, tomo el mismo desayuno que tomaba a diario: dos huevos fritos, tocino y jugo de naranja y salió del bloque de departamentos para dar unas cuantas vueltas a la manzana. Mientras corría observaba todo a su alrededor, la poca gente que comenzaba a despertar, los repartidores de diarios que se levantaban incluso antes que él, los adoquines de los edificios, las palomas que le observaban desde la maraña de cables eléctricos, los callejones oscuros tan idénticos a aquellos en los que había recibido las palizas de su vida, no podía dejar de pensar con amargura que a pesar de los años y el gran avance tecnológico que hacía que esta era fuera tan distinta a la suya, mucho en esencia seguía siendo lo mismo, la misma ciudad, la misma gente, el mismo clasismo, los mismos problemas, los mismos gobernantes y era entonces cuando sentía aquella sutil decepción en lo más profundo de su pecho, él había perdido a su mejor amigo Bucky, a Howard con quien se volvió unido a pesar de sus diferencias y a su Peggy... ¿Y para qué? si la humanidad seguía buscando el menor motivo para declararse la guerra ¿Había valido la pena? Sin atreverse a responder a aquella interrogante regresó a su departamento, se duchó y vistió tan sólo para tomar asiento ante aquella mesa sencilla y tomó entre sus manos aquellos archivos que ya conocía de memoria y le torturaban:

· Timothy Dugan: muerto

· Gabe Jones: muerto

· Jim Morita: muerto

· James Montgomery: muerto

· Jaques Dornier: muerto

· Howard Stark: muerto

· Margaret Carter: jubilada...

Los fue dejando uno a uno a lado antes de tomar el último de todos: Anthony Edward Stark, el hijo de quien fue su amigo y ahora era un súper héroe, era un omega muy atractivo lo admitía pero ese hombre era la prueba viviente de que todo lo que los comandos aulladores y Peggy intentaron hacer se había ido directamente a la basura, era ególatra, narcisista, arrogante, irreverente e irresponsable pues sus armas habían llegado a manos de gente muy peligrosa y aun así la gente debía confiarle su seguridad a él a quien en realidad nadie le importaba en lo mínimo ¿Qué pensaría su pobre Peggy si viera el chiste en el que se estaba convirtiendo su amada S.H.I.E.L.D.?

Chasqueó la lengua con desgana antes de ponerse de pie tomó su confiable cuaderno y lápices para guardarlos en la bolsa de su chaqueta y después tomar una pequeña maleta y salir del lugar.

Primero se dirigió al mismo café de siempre en el centro de la ciudad, la mesera ya acostumbrada a su rutina le llevó la taza de americano y el platito de fruta y tostadas que siempre ordenaba mientras él comenzaba con sus trazos, siempre dibujaba a la gente a su alrededor o las estructuras en un intento de bloquear a toda persona que le rodeaba pues siempre había algún omega coqueto que desplegaba su aroma descaradamente para llamar su atención a lo que él simplemente daba un trago a su café y contenía el aliento manteniendo controlado su instinto y sin atreverse a desairarles de manera grosera con sus feromonas, sin embargo últimamente había desarrollado cierta fascinación por dibujar aquella torre fea que tanto admiraba la gente: La Torre Stark, claro que para ser justos a él todas esas construcciones modernas le parecían horrendas y le restaban belleza a aquella ciudad que tanto quería, en las últimas semanas no entendía porque sus ojos se perdían entre las líneas de aquella estructura intentando copiar cada detalle de la manera más fiel posible, no había forma en que pudiera resistir aquel impulso, como si el edificio le llamara pero era en aquellos momentos en los que su mente se perdía en el dibujo que se permitía olvidarse de todo y todos y ser simplemente Steve.

La mañana y tarde avanzaron y el ojiazul suspiró con tristeza antes de guardar su dibujo del día y apurar el resto de su comida, sacó algunos billetes y los dejó sobre la mesa mientras se ponía de pie listo para irse, caminó por la acera atento a su alrededor y entró al subterráneo, ingresó al tren y tomó asiento en silencio mirando hacía la ventana perdiéndose de nuevo en la misma vista que el día anterior, y el anterior y el anterior a ese de nuevo sintiendo, viendo y escuchando todo y aun así no formaba parte de ello, siempre excluido sin un lugar y al margen de este ajetreado mundo. Como cada día se dejó guiar por sus pies y casi sin ser consciente del cómo llegó al gimnasio, se registró, pagó y se preparó para sacarlo todo.

Sus golpes comenzaron despacio, golpeaba el saco mientras imágenes de su infancia y adolescencia pasaban por su mente, recordó la muerte de su padre y madre y el cómo se sintió solo en aquel cruel mundo haciendo que golpeara con más fuerza. Recordó a Bucky y sus aventuras juntos, su apoyo, su amistad, su lealtad... y el cómo no pudo salvarle en aquel risco y de nuevo aumento la fuerza de sus puños. Recordó al Dr. Ernskine muriendo en sus brazos, golpe. La persecución de aquel agente de Hydra, golpe. Las coreografías, las canciones y humillación, golpe. Las misiones de los Comandos Aulladores, golpe. Howard dándole armas, la primera vez que tomó el escudo, golpe. Peggy besándole, golpe. El avión, golpe. Red Skull, golpe. El frío del agua y el hielo... Esta vez cuando su puño impactó el saco salió proyectado por la fuerza, respiró agitadamente y se limpió el sudor de la frente mientras tomaba otro saco y lo colocaba para continuar con aquel repetitivo ritual diario, un ritual que sabía duraría horas.

-¿No puedes dormir?- aquella voz se hizo presente y el aroma del alfa le hizo saber que venía en paz

-Ya dormí por demasiado tiempo, Señor- murmuró mirando de reojo a Nick Fury mientras continuaba

-Deberías estar celebrando, conociendo el mundo...

-Cuando caí al agua estaba en guerra- dijo mientras se retiraba las vendas- al despertar me dijeron que ganamos, nadie dijo lo que perdimos...

-Cometimos errores en el camino, unos más recientes que otros- aceptó el hombre del parche

-¿Me tiene una misión, Señor?- dijo con ligera diversión

-Así es...- murmuró con voz autoritaria

-¿Quiere regresarme al mundo?- murmuró con dientes apretados, su alfa interior gruñía ante el reto del hombre de menor jerarquía

-Quiero salvarlo...- dijo mientras le tendía el expediente

El director de S.H.I.E.L.D. le explicó la situación conforme leía ¿Por qué tenía que ser de nuevo el maldito cubo? Después de escuchar todos los detalles aceptó sin pensarlo mucho, se dijo a sí mismo que lo hizo porque era su deber, se intentó convencer de que lo hacía por el bien de la humanidad por la cual ya se había sacrificado una vez, sin embargo en su interior sabía que lo hacía porque no le quedaba nada, sin amigos, familia o pareja simplemente no tenía nada que perder ¿Qué más daba si moría en el intento?

Just like Animals (Super Psycho Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora