Just like Animals (Super Psycho Love)

Capítulo Ocho

Steve despertaba extrañado de sentir la cama vacía después de siete días de compartirla con el moreno, escuchó la regadera y vio el suave vapor salir por la puerta entreabierta así que se permitió holgazanear unos minutos más en la suave cama con una enorme sonrisa en el rostro

-Pensé que habías decidido hibernar de nuevo- murmuró Tony saliendo del baño completamente desnudo y secándose el cabello con una toalla

-Estaba agotado- murmuró devorándole con la mirada

-Deja de verme así vejestorio, tenemos mucho trabajo atrasado- murmuró

-Puede esperar un día más- susurró colocando sus manos cómodamente detrás de la cabeza

-No, J.A.R.V.I.S. no puede cubrirnos más- contestó mientras se vestía con completa tranquilidad

-Aguafiestas- se burló mientras se incorporaba- Arruinas el ambiente Shellhead...

-Si bueno, es mejor que no te pongas muy cómodo. Esto no cambia nada- declaró mirándole de frente

-¿Disculpa?

-Hace años que no sufría un celo así que no estaba preparado, te agradezco por hacerte cargo de eso y cuidarme. Pero tú y yo seguimos exactamente igual- dijo sin titubear

-Pero...

-Te lo advertí Steve, yo juego con los alfas y ya tomé lo que necesitaba de ti- murmuró saliendo de la habitación

Steven Grant Rogers se quedó mirando el lugar donde el moreno había estado y sintió algo romperse en su interior, sus puños se crisparon hasta que sus nudillos se tornaron blancos, su respiración se agitó violentamente y su aroma se tornó caliente, crudo y amargo, invadiendo de inmediato toda la habitación con una sensación de pesadez tremenda. Tomó sus rubios cabellos con furia mientras recordaba los siete días anteriores y sentía que la sangre le hervía, pero de nuevo su furia no se dirigió al genio ¡No! El jamás podría... Eso, eso era culpa del maldito Howard Stark, era culpa de alfas como Justin Hammer y Obadiah Stane, ellos habían convertido a su adorado omega en lo que era ahora y no podía culparle por eso, pero le vengaría, oh si era su deber proteger a su pareja destinada y se aseguraría que todo aquel que le hizo o deseara hacerle daño se arrepintiera y pagara con lágrimas de sangre.

Su moreno no necesitaba ahora a una pareja sino a un protector leal y él daría gustoso su vida de ser necesario por ese propósito porque de ahora en adelante existía un solo Dios y credo para Steve y su nombre era Anthony Edward Stark.

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Han pasado tres meses desde aquella mañana en la que el moreno le había rechazado de nuevo, ahora Steve se encontraba en Malibú, de incógnito y mezclándose entre la multitud vigilaba a su objetivo, su vista cambiaba intermitentemente entre el lujoso restaurant y el móvil en su mano provocando una sonrisa de satisfacción al ver los textos que aquel hombre enviaba a su mejor amiga, era evidente que las cosas no salían como había planeado y comenzaba a hartarse de aquel beta que le coqueteaba tan inútilmente, pasados apenas diez minutos el moreno se levantó y se despidió amablemente antes de salir y dirigirse al valet para irse del lugar. Steve le vio irse y esperó unos minutos antes de dirigirse al sedán negro que había alquilado y siguió al hombre con suma discreción hasta que le vio entrar a su propiedad, se estacionó y revisó de nuevo el móvil y una vez satisfecho condujo hasta el discreto hotel donde se había hospedado mientras vigilaba a su amado.

Steve había tomado muy bien el rechazo del otro, en lugar de alejarse y mostrar su dolor, decidió continuar su día a día como antes de aquella semana, a decir verdad el hecho de que nadie más lo supiera le gustaba a sobremanera pues era un pequeño secretito que compartiría con su genio y les uniría para siempre. El rubio continuó con aquellos pequeños detalles para complacer al omega, se mantenía vigilándole y atento a sus necesidades, observando sus patrones para acompañarle desde las sombras de ser necesario pero llegó un momento en el que eso ya no fue suficiente, su necesidad de velar por su seguridad le orilló a convertirse en su sombra, no había lugar donde su moreno fuera que él no tuviera vigilado, si Tony se quedaba en el complejo ahí estaría él, si Tony salía por donas él saldría discretamente unos minutos después y nadie notaba su ausencia, si el magnate iba a la Torre entonces el rubio tendría asuntos que atender en Brooklyn, si su moreno iba a su casa en Malibú entonces él tenía alguna misión en solitario lejos de su equipo. Steve había encontrado el sistema de coartadas perfecto y no había forma en que nadie notara que seguía a su moreno, ni siquiera él que a pesar de ser un futurista había sido muy confiado pues para el Capitán había sido muy fácil clonar su teléfono sin que siquiera J.A.R.V.I.S. pudiera notarlo, después de todo ni siquiera había notado a aquellos malditos acosadores de los que tuvo deshacerse en aquellos primeros días.