Sam
De nuevo no puedo dormir, Alex no sale de mi cabeza, sus labios besándome, sus manos tocándome. Pero lo que no me deja dormir son todas esas razones tontas por las cuales me alejo ¿Cómo sé que no lo volverá a hacer? —¿Qué hago? — Tengo tantas dudas y aún tengo tanto miedo.
Ya me había cansado de ver el techo así que me levanté, fui a la cocina por un vaso de leche y me senté en el sofá a seguir pensando en lo que haría.
—¿Y si le digo que no puedo? Que lo pensé y no puedo... no, no yo... sí quiero, yo quiero, pero... ¡Rayos! — Me dejé caer en el sofá a seguir viendo el techo, las grietas se me han hecho muy interesantes últimamente. El sueño aún no me llega, trato de acomodarme mejor en el sofá pero algo me molesta, me levanto un poco y meto la mano y saco algunas palomitas de las que mis amigas comían anoche y me doy cuenta que están regadas por doquier, miro la mesita de centro y veo mi celular, y junto a él la tarjeta que me dio Alex con su número, la tomo al igual que mi celular, dudo por un momento pero la agrego a mis contactos. Me encantaría llamarla, solo para escuchar su voz, pero no puedo, no tengo el valor además son las dos de la mañana, debe estar dormida.
Así pasaron los minutos y después de pensar y pensar, me decidí y marqué el número, esperé un momento, se escuchó el tono de llamado y me contesta.
—¿Sam? — Me pregunta una voz adormilada.
—Le voy a dar a Alex una oportunidad de conquistarme de nuevo y no sé qué hacer— Le solté todo en una sola bocanada de aire.
—Espera— Y me colgó.
No podía creerlo, Natasha me había colgado el teléfono, solo me quedé contemplando el celular ¿Qué había pasado? ¿Por qué lo había hecho? Estaba por marcarle de nuevo cuando sonó.
—¿Por qué me colgaste? —
—Con semejante bomba que me soltaste aún medio dormida tenía que hacerlo para no decirte hasta lo que no—
—Lo siento, pero si no te lo decía así, sé que no lo haría—
—Ok, ok, pero a ver dime, ¿Cómo fue que la bruja te convenció para que le dieras una nueva oportunidad? —
Le conté todo, cada detalle desde la noche de la fiesta, el cómo me comporté con Lili, el alivio que sentí cuando me enteré de que no se casa con Mo, el cómo aceptamos ir a comer y que al final solo fui yo por que Danni se enfermó.
—Puros cuentos de la güera desabrida—
—Jajaja lo sé...— Continué contándole como fue la comida, lo irresistible que se veía, y como me confunde todo lo que me hace sentir, y terminé por decirle todo lo que pasó en el ascensor —... el problema es que no sé si creer en ella y si de nuevo me lastima no lo soportaría—
—La muy estúpida bruja esa, pero ¿Qué clase de idiota es? —
—Nat—
—No Sam, esa se merece cada insulto que sale de mi boca, yo te estimo como amiga y lo sabes y a diferencia de la güereja y de su compinche, que por lo que me dices están más que contentas con todo esto, yo no... yo te vi, vi en lo que te convertiste cuando la imbécil esa te lastimó, yo sé que estás confundida Sam pero no te dejés llevar por lo que te hace sentir piensa las cosas antes, recuerda el dolor que te causó, recuerda eso—
Me quedé callada, Nat tiene razón, Alex me hizo mucho daño, pero... cierro los ojos un momento y me llevo una mano a mi pecho para sentir mi corazón, late fuerte con solo pensar en ella y sé que el suyo, también lo hace cuando estoy cerca porque yo lo sentí, pude sentirlo y el corazón no miente y Danni, Em, todas sé que intentan algo...
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Dos historias de un solo corazón (Libro 2)
RomantikUna relación de distancia, un amor de ensueño, una vida llena de sonrisas, amor, felicidad, una mala decisión, lagrimas, dolor y dos corazones rotos. Después de tres largos años que se han sentido como una vida entera, un reencuentro con heridas qu...