Know you «SeBaek»

Capítulo XVI

Había sido una noche muy larga, la incertidumbre y la tristeza hicieron que Baek lo percibiera así. ¿Cuánto tiempo debía darle a Sehun para que aclarara su mente? Esperaba haberle demostrado a su novio cuánto lo amaba y que eso fuera suficiente para no arrojar tres años y medio de relación a la basura. Era consciente del error que cometió, su temor se alimentaba de ello, pero quería aferrarse a un futuro junto al menor; incluso hablaron de hijos, no podían esos deseos desaparecer de la noche a la mañana.

Durmió apenas unas horas, mientras el resto las pasó observando el celular en espera de un mensaje que finiquitara su agonía, algo que jamás ocurrió. Despertó con la mano estirada hacia el lugar donde Hun solía dormir cuando compartían cama, su teléfono descansaba allí, sin marcar la notificación que quería.

Pensó en buscar a su pareja en la empresa pero desistió inmediatamente de la idea porque, si Oh Chunghee se percataba de los problemas entre ellos, haría cuestiones que no estaba dispuesto a responder. Los problemas del pelinegro y él eran exclusivamente de ambos, aunque le había pedido un consejo a su hermano.

Aunque las palabras de Chanyeol no le sirvieron de mucho ya que, según él, esa discusión sería garantía de un gran sexo. En otras circunstancias, el comentario le hubiera emocionado, pero no ahora. La posibilidad de perder al menor mataba cualquier excitación, aunque se había preparado por si el pelinegro tuviera razón.

Golpeó sutilmente la puerta del penthouse. Su corazón latía miles de veces por minuto, los nervios se habían apoderado vilmente de él, y amenazaban con hacer lo mismo con sus ojos e inundarlos en cualquier instante.

Cuando Sehun abrió la puerta, Baekkie quiso arrojarse a sus brazos y besarlo tan intensamente hasta que su error quedara en el olvido; sin embargo, no debía. ¿Qué pasaría si el alto lo rechazaba? No sería capaz de soportarlo. Sus manos vibraban por acariciar el rostro impropio sin importar cuánto tiempo le tomase para que los cansados y ligeramente enrojecidos ojos de su novio, volvieran a la normalidad.

El menor no se inmutó por la visita, después de todo, no era inesperada. Su mejor amigo le había llamado minutos antes para cuestionarlo sobre su aparente pelea con Baek, y no consiguió responder. Su mente dejó de ser un caos gracias a pasar la noche en vela pensando en el asunto y a obtener el verdadero motivo de su inquietud.

No concilió el sueño a pesar del transcurrir de las horas debido a que le faltaba la persona que amaba. Su descanso se veía interrumpido desde hace días a causa de la ausencia del joven que se acurrucaba contra él cuando dormía, la respiración tranquila y profunda del castaño se había transformado en su melodía de cuna... Incluso necesitaba los reclamos matutinos de Baekhyun por haberle robado la cobija durante la madrugada.

Una lágrima de su novio fue suficiente para tomar al susodicho y sellar los labios ajenos antes de que soltaran una disculpa innecesaria. Sintió las manos del contrario temblar al colocarse en la mitad de su espalda, fue el más bajo quien juntó sus cuerpos, como si aquellos centímetros que los separaron necesitaran ser consumidos a petición de una fuerza desconocida surgida en el interior de ambos.

Sehun condujo a su acompañante hacia el interior de su hogar para poder cerrar la puerta y resguardarse de las cámaras del vestíbulo y de las amarillentas luces. Mientras una de sus manos tomaba posesión de la nuca del mayor, la otra se encargaba de deshacerse del abrigo de color mostaza que Baekkie usó para protegerse del frío.

No había necesidad de palabras cuando los dos se estaban succionando hasta el alma, como si sus bocas hubiesen padecido una tortuosa abstinencia durante siglos. Sus dedos iniciaron su travesía por las mortales curpas de su pareja, descubriendo lo rápido que la tela se había transformado en un estorbo para su excursión. Porque no importaba cuántas veces se hubiera unificado con Baek, en cada ocasión el cuerpo del castaño se transformaba en el más hermoso paisaje jamás descubierto y él se convertía en el más apasionado y curioso de los turistas.