Know you «SeBaek»

Capítulo III

Navidad, una celebración que reunía a los parientes cercanos y que solía borrar momentáneamente las disputas del pasado. Aunque si se trata de sinceridad, probablemente no era cierto, pero ese sería el pretexto que Baek usaría para aproximarse al menor. Gracias a su hermano, conocía los errores que cometió al intentar relacionarse con Sehun, ahora ya había aprendido y evitaría hacerlos.

La fiesta se organizó en su casa y solamente habían asistido los integrantes de las tres familias que siempre se reunían. No hubo opción de agregar a más invitados ya que así lo decidieron sus padres y el señor Oh, en un intento por darle tiempo a solas con Hun, lo que significaba "sin la interrupción de Guanlin". No obstante, ellos ignoraban su nueva estrategia: él no pensaba aprovechar la oportunidad como sus progenitores deseaban.

La ventaja de encontrarse en su hogar era que podía ingresar a cualquier habitación sin temor alguno, concediéndole el hallar rápidamente al joven que buscaba. El pelinegro estaba sentado frente al piano, ubicado en una de las esquinas del salón de baile y frente a uno de los ventanales que conducían al jardín. El candelabro desterraba a la oscuridad fuera de la estancia y no le concedería el paso hasta que ambos se marcharan.

-¿Aburrido?- pronunció Baek.

Sí, sin saludo previo, iría directamente hacia su objetivo. El alto apartó los ojos de su celular.

-Hola, Baekhyun- Sehun se incorporó torpemente del banquillo-. No he tenido la oportunidad de disculparme contigo por lo sucedido hace días.

-No hace falta, estando en tu lugar también hubiera sospechado de mi repentino cambio de actitud- Baekkie sonrió para volver amena la situación-. ¿Sabes tocar?- cuestionó, apuntando al instrumento.

-Sí, aprendí cuando era niño- respondió, sentándose de nuevo en el banco negro.

-Yo igual- comentó. El mayor se acercó un par de pasos al menor, sacando un pequeño sobre de su sobretodo de color mostaza-. ¿Sabes? No quiero que tengas una imagen errónea de mí, no tengo intención de conquistarte- mintió, pues Hun jamás debía saber la verdad porque esa fue la petición de Oh Chunghee-. Feliz Navidad.

El pelinegro observó curioso el blanco papel que su acompañante le extendía.

-Anda, tómalo. Es mi regalo para ti.

-Y-Yo no te compré un presente- pronunció el alto. Titubeó en levantarse.

-No importa- dijo Baekhyun, colocando el sobre en las manos ajenas-. Son dos pases para una observación estelar a mediados de Enero. Se trata de un evento privado que se realizará en el observatorio Cheomseongdae y he cubierto todos los gastos para que asistas con Guanlin.

Era un gasto realizado contra la voluntad del más bajo pero, de acuerdo a su hermano, el gesto lo acercaría al menor, y si sucedía, entonces el actual pesar en su pecho habría valido la pena.

-¿Por qué?- preguntó Hun, aturdido por la acción de su acompañante.

-Porque quiero que comprendas que mi intención no es arruinar tu relación, sino ser tu amigo.

Baek casi se entristece al ver la bella sonrisa en los labios impropios, idéntica a aquella que le regaló el día que se conocieron. No resultaba de su agrado engañar al niño que lo ayudó pero era su boleto de salida de su desagradable trabajo, ya no tendría que lidiar con personas irritantes y desagradables. Pasar el resto de su vida junto a Sehun no sonaba mal, al menos el pelinegro parecía ser una agradable compañía. Solamente tendría que fingir a la perfección cada sentimiento cálido para intentar no romperle el corazón al hombre que lo rescató aquella nevada noche.