¿Lo puedo llamar cita?

806 34 0
                                    

Diez minutos más tarde, llegamos. Con alguna que otra interrupción, niñas pidiéndonos fotos, autógrafos... -¿Cómo puedes llevar esto de la fama tan bien?- Le pregunto a Jesús incrédula puesto que al pobre no le habían dejado casi ni respirar. Me mira y al cabo de unos minutos contesta. -Todo se lo debo a ellas, sin ellas, yo no sería nada, no te habría conocido y muchos de mis sueños no podrían haberse cumplido.- Se sonroja y me mira, yo le devuelvo la mirada y entramos en el lugar donde sería mi primera cita, si así quería llamarlo. Era un lugar bonito, dónde muchas parejas disfrutaban en las terrazas de aquél sitio. Un grupo de niñas se nos queda mirando fijamente. Una de ellas se acercó y nos pidió una foto. Yo salí al lado de Jesús y las niñas a nuestro alrededor. Subimos a una de las terrazas de la heladería puesto que había menos gente y nos molestarían menos. Cogí la carta y empecé a leer. -Pide lo que quieras, invito yo- me dijo Jesús guiñándome un ojo, pero cuando le iba a contestar, ya se había levantado y llamado a la camarera. Minutos mas tarde, vinieron los dos y pedimos. Jesús se pidió un batido de chocolate y tortitas, yo como no podía comer tanto me pedí un batido de fresa. Seguimos hablando un poco de todo. -¿A qué instituto vas a ir?-me preguntó sonriéndome. -Al instituto Hipatía, no creo que te suene.- Dije riéndome. -¿Lo dices enserio?- me preguntó. -Sí, muy enserio, ¿porqué lo dices?- ¡Yo y mi hermano vamos a ese instituto! Será genial, te presentaré a mis amigos, quedarás con nosotros... ¿No te encanta? -Le miro emocionada, ¿Al mismo instituto que ellos? ¿Los mismos amigos?- ¡Me encantaría! Muchas gracias.-Me mira y nos traen los batidos. -¡Jesús entre la pizza de ayer y lo de hoy no vas a caber por la puerta!- ¿Que insinúas guapetona, no me estarás llamando gordo? -Nos reímos- No decepciones a tus fans ¿eh? Consigo decir. Él me sigue la onda y empezamos a comer. -¿Seguro que no quieres? Esta buenísimo y te esta llamando.- No gracias, no me apetece. -Pues tú te lo pierdes- me suelta con la boca llena de tortitas. Le paso una servilleta y se limpia. -Y bueno... ¿Qué se siente cuando miles de personas te petan el móvil?- Me empiezo a reír, ya no me acordaba. Cojo mi Iphone y se lo enseño. -Pues nose, yo esto no lo veo normal- le digo mientras le enseño todos mis seguidores. -Ya te acostumbrarás, porque hoy mismo pienso colgar una foto contigo.- y le da un sorbo más a su batido. Le sonrío y seguimos hablando.

Diario de una gemelierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora