Diario de una gemelier

Señorita Oviedo Morilla

Cierro el diario aún con lágrimas en los ojos y acaricio su tapa suavemente. Una explosión de recuerdos me invade la mente, mi viaje a Sevilla, mi primer beso, la primera vez que me enamoré... ahora ya no soy esa niña inocente que solo pensaba en pasárselo bien, ahora eso ha cambiado. Imagino que estarás prenguntándote el porqué de todo ello ¿verdad? Ya no tengo catorce años, he crecido se podría decir que ya soy una mujer. Han pasado casi setenta años desde la última vez que escribí en este diario en el que tantas emociones he compartido. Jesús, ya no está aquí, conmigo, él murió hace años... me prometió un para siempre de los de verdad y así fue. Hemos tenido dos hijos mellizos, Verónica y Álvaro. Ahora te preguntarás que habrá sido de esos dos gemelos ¿no? Tras conquistar a miles de fans y arrasar en cada concierto un día se dejó de hablar de ellos. En el mundo de la fama nunca se sabe lo que va a pasar, pero no se dieron por vencidos y montaron una academia para enseñar a todos los niños de Sevilla a cantar y tocar un instrumento. Aún hay gente que me para por la calle y me pide alguna foto, yo les sonrío y les miro a los ojos, porque aunque ellos en su día no se dieran cuenta los hermanos Oviedo son conocidos mundialmente por unir a miles de personas de todas las partes del mundo. Todabía hay veces que me giro y parece que siguen aquí junto a mí. Después de ser la Señorita Oviedo cumplí otro de mis sueños pendientes, conocer a las personas que gracias a "ellos" han aparecido en mi vida. Cuando era pequeña  había gente que me preguntaba si me arrepentía de ser "gemelier" no sabía que responder la verdad, pero ahora lo tengo bien claro. ¡Mi hermanito y Sara acabaron casándose y soy la tía de la niña más bonita del mundo! Bueno el espacio se acaba, sigo recordando el día que empecé este diario y como comenzó esta historia. Deberé ir despidiéndome, y guardar mi diario en un lugar seguro a la vez que fácil de encontrar, si estás leyendo esto es porque lo has encontrado y tu misión en este momento es dejar este diario en otra parte, en el que otra chica como tú lo pueda encontrar...

"Y así es, yo pertenecí a la generación de los adolescentes que cruzaban en rojo y a la vez tenían miedo de enamorarse"
La Señorita Oviedo Morilla.