DOMINGO 13 DE SEPTIEMBRE

761 32 4
                                    

Hoy por la mañana no he hecho nada especial. Me he levantado pronto y he forrado los libros para el instituto. ¡Estaba súper nerviosa! A las cinco y media he mirado los mensajes, habíamos quedado a las ocho y cuarto en la plaza principal para ir a cenar por ahí. Me he lavado el pelo y me he vestido, no sabía que ponerme puesto que no quería ir muy elegante para la ocasión. A las ocho mi hermano y yo hemos salido de casa en busca de las personas que serían nuestros nuevos amigos. Una vez en la plaza Jaime encontró fácilmente a Sara nos saludamos y ella me guío para presentarme a las chicas de la pandilla. Había muchas caras conocidas, una de ellas creo que se llama Ana Belén pero no logro recordar a las demás porque ellas comienzan a presentarse parecen agradables pero se les ve un poco más mayores que yo. Tras un silencio incómodo vienen unos seis chicos montando jaleo, entre ellos Jesús no logro ocultar mi emoción y sonrío tontamente sin darme cuenta que el chico con el que tropecé días antes iba con ellos. Se acerca amistosamente a mí y me saluda. - Vuelve a ser culpa del destino.- Jesús que no pierde detalle pregunta si nos conocemos y yo rápidamente le cuento la historia puesto que no quiero que Toño se invente alguna película. Nos dirigimos hacia el restaurante yo voy sola pensando en mis cosas de repente noto que alguien me pasa la mano por el hombro, es Jesús. -¿Qué tal guapísima? ¿algo aburrida?- y me mira sonriente. -No, estoy bien.- le devuelvo con la misma sonrisa. Una de las chicas que van en el grupo se da la vuelta y nos mira. -¿Estais seguros de que solo sois amigos?- se da la vuelta todo el grupo y empiezan a cuchichear y a reírse entre ellos. Me muero de vergüenza y solo me limito a observar la situación. Jesús me suelta y les aclara que solo somos amigos, hacen ver que no se lo creen y siguen andando. Miro a Jesús y le cojo la de la mano. -¿Que haces?- dice extrañado. -Aumentar el rumor.- nos reímos y seguimos andando los demás se han olvidado ya del tema y no se dan cuenta de como vamos. Al cabo de diez minutos llegamos al restaurante y nos dan la carta. Yo me siento al lado de Jesús y de una chica muy simpática que creo que se llama Ángela. No tengo mucha hambre y pido un bocadillo de bacon y coca cola. Ángela me empieza a hablar educadamente y yo le contesto con cierta timidez pero al cabo de un rato la pierdo. Uno de los chicos me pregunta que a que instituto vamos a ir mi hemano y yo. Les explicamos la clase y el curso. Es un chico bastante misterioso, alto, delgado y bastante guapo creo que es el novio de una chica que se llama Andrea pero no estoy muy segura. Nos traen los bocadillos y empezamos a comer. Alguien me da ligeramente en el pie todo el rato y veo a Jesús aguantándose la risa. -Muy gracioso, ¿eh? Pues ahora me enfado y te robo una patata.- le digo cogiéndole las patatas del plato. Me fulmina con la mirada y le da un mordisco a mi bocadillo. -Ya estamos en paz.- y me mira más tranquilo. No hay nadie observándonos Dani esta hablando con los demás chicos y las chicas están haciéndose fotos. Miramos a nuestro alrededor y Jesús se acerca hacia mí tranquilamente, como si no le importara ser famoso y que muchas personas pudieran estar viéndolo. Me coge de las manos y sella sus labios con los míos un beso corto pero con palabras. Como esperábamos nadie se ha dado cuenta así que le sonrío. -Tienes la sonrisa más bonita del mundo.- y me vuelve a mirar con esa cara de niño bueno que solo él tiene. -¡Jesús no quiero más!- le digo cediéndole mi bocadillo. Él lo coge alegremente y se lo empieza a comer. A las diez y media pedimos la cuenta y elegimos ir a la noria que han puesto en las afueras del pueblo. Se me acerca Dani con una sonrisilla y me susurra. -A mí no me negarás que con Jesús solo eres amiga.- sale corriendo y voy tras él. -Que tonto que eres- consigo decir cuando ya le he alcanzado. Continúa riéndose a carcajadas pero vienen las chicas corriendo a contemplar la situación. -Hace bastante frío.- digo cruzando los brazos. Jesús me cede su chaqueta pero le digo que no hace falta. Seguimos andando y al fin llegamos. La noria va por parejas, Dani se gira y nos dibuja un corazón. Su hermano le fulmina con la mirada pero no logran permanecer serios. Todos ya están puestos por parejas así que Jesús se me acerca elegantemente y me pide que me siente con él. Acepto y pagamos. Dani se ha subido con una de las chicas aunque tiene miedo a las alturas. Aprovecho la situación y me burlo amistosamente de él. Nos montamos en una cabina para dos personas en la que cabemos escasamente. Jesús me mira y yo a él también estamos sentados a pocos centímetros pero cuando va a decir algo la cabina se mueve y empieza a gritar. -Jesús, ¿tienes miedo?- le digo aguantando la risa. Me acerco a él y le doy un abrazo bien fuerte que creo que hace que se tranquilice. -Prométeme que no me vas a soltar.- me dice acurrucándose en mis brazos. -Tranquilo que no nos caemos.- le digo por fastidiarle un poco. Me mira mal y me vuelve a abrazar. -Pareces un niño pequeño.- y me burlo. -No te metas conmigo que soy muy chungo.- se separa y nos reímos. -Que vistas tan bonitas...- digo mirando por la ventana. -¿Porqué hay tanta gente mirándonos a nosotros?- dice Jesús asustado. Miro a mi alrededor pero no lo interpreto. -Jesús... creo que nos hemos quedado atascados.- ¿Qué? - dice poniéndose nervioso. -¡Tranquilo que seguro que ahora vienen a rescatarnos!- noto como se pone histérico y no se que puedo hacer. -Estate tranquilo, respira hondo y contempla las vistas.- me hace caso y le paso la mano por el hombro. Cinco minutos más tarde le miro fijamente y veo que esta mejor. -Has sido muy valiente.- y le doy un beso en la mejilla. -Parece que le estas hablando al perro...- me mira y le sonrío. Saco el móvil y nos hacemos una sesión de fotos para pasar el rato. En la última cuando le voy a dar al botón del clic me gira la cabeza y me da un beso. Yo se lo devuelvo y así estamos el tiempo suficiente como para notar que la noria se vuelve a mover nos separamos y le miro. -Bueno... dicen que los mejores besos son los robados...- le sigo mirando fijamente y le empiezo a tocar el pelo. Unos minutos más tarde conseguimos bajar de aquella noria. -¿Daniel que te pasa?- grita Jesús cuando ve a su hermano tumbado en el suelo. -¡Ai que mal lo he pasado!- grita exagerando. -No gano para sustos.- dice alarmado el otro. Ya son casi las doce y media. Me despido de todos y les digo que encantada de conocerles. Ya solo queda un día de vacaciones un día que presiento que siempre voy a recordar en lo más profundo del corazón.

Diario de una gemelierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora