Miedo

33 4 29
                                    

Hace poco tiempo, pasé por una pequeña experiencia algo... ¿Interesante? ¿Horrible? Sí, fue horrible ya que me sentí mal en ese momento.

Ahí les va lo que pasó:




Viernes 8 de noviembre, cerca de las 1:45 pm.

Estaba en la parada de autobús que queda cerca de mi casa y a la que siempre voy para irme al colegio. Estaba esperando por más de algunos 10 o 15 minutos a que algún autobús se digne a llevarme a mi destino.

Mientras esperaba y ignoraba lo que me decían los motoristas*, que en resumen me decía que me fuera con ellos para llegar más temprano al colegio, les dije que no amablemente, porque personalmente no soy me irme de moto siempre, me da miedo y mi padre me aconsejó de no irme al colegio en moto.

En lo que espero unos 5 minutos más, se va acercando un bus, y en la ventanilla delantera me hace señal un joven de unos 25 0 creo que 29 años, para que me suba al bus. Al parecer iban por la ruta que siempre tomo.

Cuando me voy acercando, me dice uno de los motoristas que tenga un buen viaje, a lo cual yo amablemente le agradezco y le deseo lo mejor.

Cuando ya estoy sentada en el bus, ellos cierran la puerta por donde entre y arrancan. Cuando ya tengo conciencia y la tranquilidad que me llegaré temprano al colegio, en un momento rápido, me fijo que sólo yo estoy montada en el bus. El chófer, el cobrador y yo.

Se me hizo súper raro que este así de vacío, ellos venían de una zona que de por sí, mucha gente toma el autobús, o eso creía yo. No le tomé tanta importancia a eso y luego de pagarle al cobrador, me concentro en el camino.

En el transcurso, me doy cuenta que las ventanas están pintadas de un color oscuro, que el bus no parecía que fuera público en su totalidad porque tenía aire acondicionado (esas por lo general son las privadas las que tienen eso), además por dentro estaba en muy buen estado. No sé si me sentí rara o mal por aquello, pero daba mala espina.

El cobrador me dice y pregunta algo que se saca de mí burbuja de pensamientos:

Eres muy linda. ¿En dónde te quedas?

En la parada (Nombre de donde me iba a queda).

Ah, ok. ¿Estudias en (menciona el colegio en dónde estoy)

Sí, ahí mismo.

NO LE DIGAN EN DONDE ESTUDIAN A DESCONOCIDOS, ¿OK? NO SEAN COMO YO.

Luego de un momento, las cosas las vi tornarse oscuras.

El cobrador y el chofer me estaba preguntando cosas algo personales y con un tono de voz algo curioso, como dónde vivía o si le podía dar mi número o cualquier red social. Les mentí, les dije que no usaba ninguna, que sólo usaba el celular para jugar y esas cosas.

Algo que me alertó mucho más, fue la asquerosa mirada del cobrador, no paraba de mirarme de arriba hacia abajo. No con cualquier mirada, sino con una mirada lasciva, me dio tanto asco y tanto miedo que tuve que a escribirle por Whatsapp a una persona de toda mi confianza lo que sucedía, mientras me distraía un rato y tratar de tranquilizarme.

Pensamientos raros de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora