ᴜɴ ᴀᴍᴏʀ ᴛᴀɴ ᴅᴜʟᴄᴇ ᴄᴏᴍᴏ ʟᴀ ᴍɪᴇʟ || Aiteda [FINALIZADA]

5. Yo te cuero' más

Narra Aitana

¡¿Cómo?! Luis Cepeda Fernández, el chico que me tenía loca, me estaba pidiendo que durmiera con él el mismo día que mi novio me había dejado, ¿por qué me pasan estás cosas a mi?

-Luis, ¿estás bien, vas borracho?-

-Claro que no tonta, anda baja.- Dijo riendo.

Baje las escaleras del rellano a toda prisa y salí al portal.

Narra Cepeda

Ni siquiera sabía que estaba haciendo, pero me daba igual, estaba cansado de ocultarle algo que ella también sentía.

Aitana salió al portal. Iba en pijama, descalza, con la nariz roja y los ojos inchados, tenía el pelo recogido en una cola y llevaba las llaves en la mano.

-¿Has llorado?- Ella negó y parecía mentira que no supiera que sabía que estaba mintiendo. No hice caso a su gesto y volví a preguntar. -¿Por qué?- Agachó la cabeza y yo la cogí de la barbilla y le levanté la mirada.

Ahora sus ojos estaban cristalizados y comenzaban a inyectarse en sangre por todas las veces que había llorado ese día.

-Vicente.- Dijo en un hilo de voz casi inaudible.

La abracé y ella undió su cabeza en mi pecho. Posé mi barbilla en su pelo y se lo acaricié.

-Ya está, shhh.- Noté mi pecho humedecerse. Estaba llorando a mares, lo estaba pasando mal, no era plan de quedarme a dormir con ella, pero tampoco podía dejarla sola.

-Luis.- Susurró todavía en mi pecho.

-Dime princesa.-

-Quédate a dormir conmigo.-

Narra Aitana

Sabía que las cámaras captarian ese momento, sabía que mucha gente lo vería incluido Vicente, sabía que me acaba de meter en un tremendo lío. Pero me daba igual, con él sabía que podía, con él me sentía protegida.

Lo mire a los ojos y él esbozó una sonrisa. Una de esas sonrisas que tanto me gustaban, una de las razones por las que estaba enamorada de él.

-Como quieras peque.- Susurró limpiandome alguna que otra lágrima. Sonreí ante su tacto y él hizo lo mismo.

Narra Cepeda

Aitana me dejó el cuarto de invitados para dormir.

Me duché, me puse el pijama y me acosté en la cama.

Estaba medio dormido cuando escuché la puerta entornarse.

-Luis, ¿estás despierto?- Susurró esa vocecilla que tanto me gustaba detrás mía.

Me giré y sonreí.

-No lo estaba hasta que me has despertado.- Dije soltando una risilla.

-Pe-perdón es que, no puedo dormir.- Dijo tímida.

-Ven anda.- Me senté en la cama y le hice un hueco.

Aitana sonrió y caminó de puntillas hasta mi. Se sentó en el colchón con las piernas cruzadas y me miró.

-¿Qué hacemos?- Preguntó ella riendo. Me encogí de hombros y reí también.

Me cogió las manos y empezó a jugar con los cordones de mis pulseras.

-¿Tú no estabas en Galicia?-

-Estaba.- Reí y ella hizo lo mismo. -Básicamente mi padre me echó de casa.- Me encogí de hombros y ella me miró atónita.