ᴜɴ ᴀᴍᴏʀ ᴛᴀɴ ᴅᴜʟᴄᴇ ᴄᴏᴍᴏ ʟᴀ ᴍɪᴇʟ || Aiteda [FINALIZADA]

12. Eres un mounstro

Narra Cepeda

-¿Cómo estás pequeño?- Me acarició la mejilla y sonreí.

-Pues me duele un poco la cabeza y el costado, pero por lo demás de puta madre mamá.- La hice reír, quería calmar el ambiente. -¿Papá ha venido?- Asintio y mi padre entró por la puerta.

Mi madre me dio un beso en la cabeza y salió de la habitación.

Él cogió una silla y se sentó al lado de la camilla.

Se hizo el silencio. Él miraba sus manos y jugaba con ellas buscando bien las palabras y yo lo miraba ansioso a que pronunciara estas.

Carraspeé la garganta para llamar su atención y levantó la mirada.

-Luís, quería pedirte perdón.- Asentí y el prosiguió. -Álvarez nos quiere quitar la casa.- Se me hizo un nudo en la garganta. -Sé que no es culpa tuya, ni mucho menos, pero necesito que hables con Graciela, solo te pido que hables con ella.- Mire hacia otro lado y me mordí el moflete desde el interior de mi boca. -Por favor.- Rogó él juntando ambas manos.

Con Graciela no había tenido contacto desde que fui a su casa a recoger algunas cosas mías. No nos llevábamos mal. Pero tampoco había surgido la ocasión de volver a vernos.

Habíamos quedado como dos completos desconocidos con una historia en común.

Asentí pese a que por dentro me negaba rotundamente.

Tocaron a la puerta y una vocecilla dulce que tanto me gustaba pregunto si podía pasar.

Asomó ese flequillo perfectamente peinado por la puerta y mi padre abandonó la sala.

-Hola Luisin, ¿qué tal has pasado la noche dormilón?- Me preguntó Aitana dejando el abrigo en el perchero y acercándose a mi con una gran sonrisa.

-Bien princesa.- Sonreí y se sentó en el borde de la camilla. -¿Cuándo has llegado?-

-Me he quedado toda la noche aquí.- Me acarició la mejilla y sonreí enternecido.

-¿Recuerdas algo?- Negué e hice una mueca de desagrado.

-Iba con algunas copas de más y me desmayé muy rápido. Sólo recuerdo que Ana se sacó una navaja de la bota.- Aitana me miró perpleja y proseguí. -Me asusté, ella pronunció el nombre de alguien que ahora no recuerdo bien y noté un pinchazo en el costado. Sé que Ana no fue porque cuando caí al suelo, Ana tiró la navaja y vino a socorrerme.-

-¿Estás seguro?- Negué y suspiré.

Narra Ana

Me desperté y apreté los ojos deseando borrar la noche anterior de mi mente.

Me moví un poco para ver si tenía la libertad suficiente, pero la respiración sobre mi nuca me afirmaba todo lo contrario.

Me senté en el borde de la cama y miré la hora. Todavía era temprano.

Caminé descalza hasta el cuarto de baño y me di una ducha. Lo necesitaba, necesitaba quitarme las marcas de sus huellas dactilares sobre mi piel.

No había abusado de mi sexualmente y lo agradecía, pero si me había obligado a dormir con él para que no me escapara a comisaría a contar todo lo que había hecho.

(La noche anterior)

-Visente'- Tiré la navaja al suelo y Vicente lo apuñaló por detrás.

Cerré mis ojos con fuerza para no presenciar el momento y dejé escapar algunas lágrimas.

La puerta trasera del local que daba al patio donde se había cometido el delito se entornó un poco y Vicente se escondió al instante.