8. Como llueve

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Narra Aitana

(Lunes por la mañana)

Me desperté a eso de las 8 a.m. Me duché, me planché el pelo como era de costumbre y me puse el jersey de Luís con unos pantalones vaqueros ajustados. Unos botines negros y un gorro de lana sobre la cabeza.

Cogí mi mochilita pequeña y salí de mi casa.

Llegué a la cafetería, y allí estaba, tan feliz como siempre.

Respiré profundo y repasé por encima más o menos lo que le iba a decir.

Iba guapísimo. Llevaba un jersey verde militar, unos vaqueros negros y unas botas del mismo color.

-Buenos días peque.- Lo miré finjiendo estar enfadada. Él sabía que odiaba que me llamaran así.

Soltó una pequeña carcajada y me abrazó.

-Buenos días Luís.- Le seguí el abrazo.

Tenía la sensación de que todo seguía igual a pesar de aquella pelea. Tenía la sensación de que él iba a estar para mí siempre, en lo bueno y en lo malo.

Nos sentamos en una mesa en la terraza y un camarero nos atendió.

-Un bombón de máquina con hielo y media tostada de jamón serrano, tomate y aceite por favor.- Me miró y prosiguió. -Y un cenicero si puede ser.- Lo asesiné con la mirada.

-Yo un zumo de naranja y media tostada de jamón dulce y queso por favor.- El camarero anotó todo y se fue.

-¿Jamón dulce?- Rio Luís.

-¿Un cenicero?- Respondí borde.

Se quedó callado y ninguno volvió a retomar la conversación hasta que llegó el camarero con el cenicero.

Lo miró y luego me miró a mí.

-Adelante.- Se lo acerqué un poco.

Sacó un cigarro y lo encendió una vez puesto en la boca.

-¿Y bien?- Dijo dándole un calada.

-A ver, no sé como empe- Paré al ver sus nudillos, estaban reventados.

Le cogí una mano y le acaricié los nudillos.

-Luís.- Lo miré con preocupación, tenía miedo.

Negó restándole importancia, y fue entonces cuando divisé un moratón en el pómulo izquierdo.

-¿Qué ha pasado?- Se me cayó una lágrima.

Narra Ana

-Y me besó. Al día siguiente me desperté antes que él, cogí mis cosas y me fui dejándole una notita dándole las grasias'.- Le dí otro sorbo a mi taza de café.

-Luís lo está pasando mal. ¿Tú te enteraste de lo de su padre?- Dijo Roi dándole un sorbo al suyo.

Asentí e hice una mueca de desagrado.

-Pobresito'.-

-¿Vas a denunciar?- Preguntó Roi lavando su taza de café.

-No, quiero restarle importansia'.- Dije dándole la mía para que también la fregara.

-Esta bien, pero prometeme que vas a ir al médico.- Dijo cogiendo un trapo y secándose las manos.

-Que si...- Canturreé rodando los ojos.
Roi acercó su meñique y lo entrelazó con el mío.

ᴜɴ ᴀᴍᴏʀ ᴛᴀɴ ᴅᴜʟᴄᴇ ᴄᴏᴍᴏ ʟᴀ ᴍɪᴇʟ || Aiteda [FINALIZADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora