ᴜɴ ᴀᴍᴏʀ ᴛᴀɴ ᴅᴜʟᴄᴇ ᴄᴏᴍᴏ ʟᴀ ᴍɪᴇʟ || Aiteda [FINALIZADA]

14. ¿No estarás celosa?

Narra Cepeda

-Vicente, sé que no quieres hacer esto, baja el arma.- Retrocedí un paso hacia atrás y él disparó al aire y volvió a apuntarme.

Me achanté y mi corazón comenzó a bombear sangre a toda velocidad.

-¿Tú que sabes? Devuélveme lo que es mío.- Empezó a llorar.

Toqué la punta de la pistola con las yemas de mis dedos con mucha sutileza y Vicente descendió un poco la altura de la pistola.

-Sé que no quieres hacer esto.- Susurré envolviendo mis manos en las suyas y bajando el arma.

Me miró y la barbilla le comenzó a temblar dando a entender que en un momento u otro rompería en llanto.

Lo abracé. No sé por qué, pero me sentía empático ante la situación. Lo entendía. Entendía que de cierto modo le había arrebatado a una persona maravillosa, entendía que se había metido en un lío y ya no sabía cómo frenar todo aquello, y entendía su frustración de querer y no poder.

Escondió su cabeza en mi hombro y me correspondió el abrazo.

-Échalo Vicente.- Se aferró a mi con más fuerza y rompió en el llanto más amargo.

Me angustiaba escuchar aquellos sollozos, pues eran exactamente los mismos que los míos cuando mi padre me echó de casa.

Derramé una lagrima y lo abracé con fuerza.

Conocía aquella situación y era horrible. Era la pregunta que rondaba en tu cabeza preguntándote si habías hecho algo mal. Era ese pellizco en el alma al pensar que en parte tu tenías culpa de todo.

Rocé la pistola con la palma de mi mano y la intenté envolver en esta pero en un acto reflejo Vicente me empujó haciendo que cayera contra el suelo bruscamente abriendo de nuevo aquella cicatriz del costado y me volvió a apuntar.

Hice una mueca de dolor y me retorcí por el suelo. Sentí dentro dardos, sentí como se me hundía el dolor en el costado y como iba perdiendo un poco de sangre.

No era grave, pero dolía horrores.

-¿Te crees que soy imbécil?- Recargó la pistola y me dio una patada en el estómago.

Sentí la bilis trepar por mi garganta y tosí ronco.

-Vicente, ¿por qué haces esto?- Conseguí decir mientras tosía y me encogía en mi mismo.

-Ya no hay marcha atrás.- Me apuntó y apreté fuerte los ojos derramando algunas lágrimas y esperando a recibir el impacto.

Narra Aitana

Luis estaba tardando mucho y no contestaba a las llamadas.

Tocaron al timbre y me vestí rápido.
Abrí y ella me abrazó. Iba empapada y tenía la piel fría.

-Ana, ¿qué ha pasado?- Le cogí la cara con las dos manos y la miré preocupada.

-¿Está Sepeda'?- Negué y ella paró de respirar en seco. -Visente'.- Se me paró el corazón y noté como perdía todo el aire de mis pulmones.

Me apoyé en un mueble y me toqué el pecho. No notaba los latidos de mi corazón.

Me pintaban los oídos y estaba comenzado a agonizar.

Ana me hizo reaccionar y todo volvió a su estado original. Respiré ondo y la miré rogándole una respuesta.

-Lo va a matar Aitana, vamos joder.- Cogí las llaves de casa y el móvil y salimos corriendo.