𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨

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28 de Junio

—Arch, ¿estás seguro de ir a esa fiesta? De verdad no tengo ganas.. Thornhill siempre se ha declarado como una casa aterradora.—Pregunté mientras me apoyaba en el marco de la puerta de mi hermano, viendo cómo se arreglaba para la aclamada fiesta que se haría en casa de Cheryl y Jason Blossom, algo así como una fiesta en verano, para reencontrarse con algunas amistades.

—Nunca lo sabremos si no vamos. Sé que Jughead y Betty no irán pero prometo estar siempre cuidándote.—Me miró suplicante y yo rodeé con los ojos dándole a saber que había ganado.

—Me miró suplicante y yo rodeé con los ojos dándole a saber que había ganado

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—Sip, definitivamente es aterradora.—Observé desde la entrada la espantosa mansión.—¿Ahora si nos podemos ir?

—Vamos, Ally. Quiero ver a los Bulldogs antes de entrar a la secundaria. ¡Será divertido!—Animó mientras caminaba de espaldas hacia la puerta de la mansión.

—Si tú lo dices..—Lo seguí con mis brazos cruzados y entramos a la mansión del terror.

—¡Hey, Archie! Es bueno verte, hermano.—Exclamó Reggie mientras lo saludaban y le golpeaban en la espalda llevándoselo lejos.

Al verlo irse, reí levemente sabiendo que esto pasaría, por lo que supe que sería una larga noche sola. Me dirigí hacia la mesa de tragos y busqué un vaso para servirme una bebida.

—Espera, ¿sin alcohol?—Preguntó un chico a mi lado, el cual pude reconocerlo por su voz.

—Si, supongo que mi hermano tomará mucho esta noche así que alguno de los dos tiene que estar cuerdo.—Respondí mientras seguía sirviendo bebida. Cuando terminé me giré y tal como predije, observé a Jason mirándome con una mirada indescriptible.
Pero no indescriptible en un buen modo, en uno que te llegaba a dar escalofrío, una mirada perturbante que a cualquiera hubiera hecho correr.

—¿Como has estado? Últimamente he estado muy ocupado para hablarte, lo siento.—Se disculpó, aunque su presencia no era algo que extrañara o anhelaba ver, por lo que no me afectaba en lo absoluto.

—No te preocupes, de todos modos yo también he estado un tanto ocupada este verano.—Le dediqué mi mejor sonrisa falsa mientras Jason seguía observándome con una mirada aterradora al igual que el ambiente que tenía la mansión. Después de debatirlo un momento en mi mente, decidí dejar mi paranoia a un lado e imaginar que la mirada de Jason siempre era así, por naturaleza.

—¿Qué tal si mejor pruebas este vaso?—Me lo ofreció.—Prometo que no tiene nada extraño, como que me llamo Jason Blossom. Tiene un poco de alcohol pero no sobrepasa el límite.—Lo tomé y lo olí, confundida porque hace unos meses no hubiéramos cruzado palabra alguna y ahora me estaba ofreciendo un vaso de lo que sea que hubiese dentro de él. Sin embargo, después de meditarlo, no encontré nada raro en la situación. Quizás estaba siendo amable con sus invitados.

—¿Estás seguro de que no tiene tanto alcohol?—Pregunté una ultima vez.

—Te lo juro. Puedes probarlo. Pero te recomiendo tomártelo de una, el sabor no pega tan fuerte.—Aconsejó.

Miré una última vez el contenido del vaso y lo tomé, como dijo Jason, al seco. Cuando lo tomé, sentí un sabor amargo en mi boca, pero nada fuera de lo normal.

—¿Ves? Nada malo pasa.—Dijo Jason con una sonrisa un poco perturbadora. Fue lo único que escuché antes de desvanecerme en sus brazos.

Desperté en una habitación, de lo poco que pude distinguir; una persona estaba encima mío sacándome la camiseta

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Desperté en una habitación, de lo poco que pude distinguir; una persona estaba encima mío sacándome la camiseta.

—¿Quién eres? ¿Donde estoy?—Pregunté abriendo los ojos de a poco y desorientada.

—Es una lástima que hayas despertado antes, Andrews. Pero así podrás sentir lo mismo que yo, pequeña.—Mencionó una voz que extrañamente se me hizo conocida.

—¿Jason? ¿Qué.. qué estás haciendo?—Pregunté cuando logró sacarme mi camiseta. Cuando logré recuperarme de mi lapso dormida, me di cuenta de lo que estaba pasando; Jason estaba a punto de quitarme mis pantalones.—¡No! ¡Para! Maldito enfermo, gritaré tan fuerte hasta quedarme sin voz. Cuando Archie se entere de esto te va a mat- —Dejé de hablar cuando sentí su mano en mi boca. Hice de todo para sacarla, para sacarlo de encima mío.

No hubo caso, era un mariscal de fútbol contra una adolescente de 16 años. Mis ojos se empezaron a empañar al imaginar lo que venía después de esto. Comencé a gritar en la palma de su mano cuando se deshizo de mis bragas, tirándolas en algún lugar de mi habitación.
En un momento, pensé que me dejaría. Pensé que alguien vendría a mi rescate como siempre pasa en esas películas de drama que veía, donde el héroe salvaba a la chica de una persona malvada. Pero esta vez no fue así.
Lo miré suplicándole que me dejara ir, quizá nadie vendría por mi, pero tal vez una parte de su corazón seguía siendo bondadosa y se daría cuenta de lo asqueroso que estaba siendo. Pero una vez más, no fue así.
Comencé a gritar, sentí que mi garganta se desgarraba intentando pedir ayuda cuando sentí sus manos abriendo mis piernas, pero de nada servía si su mano me impedía gritar.
Sentí como entró en mi, provocando un sollozo de lo más profundo de mi garganta. No podía creer que esto estaba pasando, que esto me estaba pasando. Un chico de la escuela me estaba violando, el hermano de Cheryl Blossom.
Después de un momento, de sentir como entraba en mi sin piedad, por un momento dejé de respirar. Mi cuerpo quedó inmóvil, sin capaz de emitir grito alguno, el dolor había pasado a ser costumbre en mi cuerpo. Nadie había estado ahí para salvarme, nadie me había advertido de cuán monstruo podía llegar a ser Jason Blossom. Y entonces, en la última embestida, cuando el pelirrojo encima mío terminó de repartir dolor a cada extremidad de mi cuerpo, escuché la promesa de Archie en mi cabeza, repitiéndose cientos de veces.
"Prometo estar siempre cuidándote".

"Prometo estar siempre cuidándote"

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Lloré escribiendo esto, nOOOOO.
Espero que les haya gustado el comienzo de esta nueva historia. Se vienen cosas buenísimas.

The Town Of Secrets | Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora