𝟗

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Maratón 2/3

Jughead POV

—Entonces, Jughead.. supongo que debemos agradecerte por la macabra obsesión de Betty en lo de Jason Blossom.—Habló la señora Cooper mientras desayunábamos.

Me sentía fatal, después de lo que ocurrió ayer con Ally no he vuelto a hablar con ella. Ignora todos mis mensajes y llamadas, estuvo mal lo que hice pero cuando estoy nervioso tomo decisiones estupidas. No logro pensar con claridad. Fue un gran error, pero también debía pensar que cada vez más Betty y yo avanzábamos más en el caso de Jason. Sí, me daba un poco de miedo los notables sentimientos que la rubia mostraba hacia mi pero yo estaba muy seguro de lo que sentía por Allison y nada podría cambiarlo. Betty estaba pasando por un mal momento, y quería estar ahí para ella como un amigo, siempre u cuando ella no lo malinterpretara.

—En realidad mamá, fui yo quien le pidió ayuda a Jughead para escribirla en el Blue&Gold.—Respondió Betty tratando de competir con ella.

—Calma, Betty, solo estamos hablando.—Se río cínicamente su mamá. Sinceramente, la relación madre e hija que estás dos tenían me causaba un poco de miedo, por lo que a kilómetros se podía sentir mi incomodidad.

—¿Podría usar su baño?—Pregunté cuando Betty me dió la señal.

—Seguro, yo te llevaré.—Ofreció Betty como parte del plan.

—No, no. Yo lo llevaré.—Dijo su mamá levantándose de la mesa tal como lo habíamos acordado.

Después de que ella me enseñara el baño y yo entrara, por la ventana de este se podía ver la habitación de Ally. Sonreí al ver su desordenada habitación. Al parecer no se encontraba en ella, pero el cuarto gritaba su nombre por todas las esquinas. La puerta de abre dejando ver a la hermosa morena entrar en el cuarto, haciendo que me escondiera un poco para seguir viéndola sin que ella se diera cuenta. Cualquiera podría decir que era un psicopata, pero lo cierto era que la extrañaba. Mucho. Y si no me dejaba verla, necesitaba hacerlo de alguna manera.

Comenzó a hacer su cama con un ridiculo pijama infantil haciendo que mi sonrisa se ensanchara más. La quería. La quería demasiado, y no iba a dejar que por una estupida decisión hecha sin pensar desmoronara lo que teníamos.

Betty: Baja, ya tengo la dirección. Vamos.

—No hay que juzgar un hogar para jóvenes en conflicto por su fachada, ¿verdad?—Traté de animarla sabiendo que era un momento duro para ella

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—No hay que juzgar un hogar para jóvenes en conflicto por su fachada, ¿verdad?—Traté de animarla sabiendo que era un momento duro para ella.

Betty negó con la cabeza notablemente apenada y caminamos hacia la recepción.
—Mi nombre es Elizabeth Cooper. Vine a ver a mi hermana, Polly.—Informó a la recepcionista.

Pidió la identificación de la rubia y le permitió el paso con la condición de que yo me quedara esperando.

Pasó media hora en la que esperé a Betty hasta que vi una cabellera rubia. Pero no en una coleta como la de Betty, su cabello suelto. Era su madre. Algo raro estaba pasando.

The Town Of Secrets | Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora