☆ 𝖢𝖠𝖯𝖨𝖳𝖴𝖫𝖮 𝖴𝖭𝖮 ★

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Han pasado ya 12 años, en HYDRA solo aprendí a ser solitaria, excepto con un solo compañero, ser seria y a seguir ordenes. Me volví una asesina, una soldado por así decirlo. Experimentaban con mi cuerpo inyectándome sustancias y quien sabe que más. Soy más fuerte, mas rápida, más ágil, se manejar varias armas sin problema y me entrenaron para ser como una especie de cerebrito para la tecnología. Lo peor era que me la pasaba la mayor parte congelada, durmiendo, si me veo al espejo no pareciera que tengo más edad aun me sigo pareciendo a aquella joven de 20 años que llego sin saber que le esperaba, solo me despertaban para alguna misión.

Nunca supe de mi madre, nunca me hablaban de ella y hasta querían borrarla de mi mente torturándome, pero supongo que por todo lo que me metieron no puedo ser capaz de olvidar; soy como un gmail o algo así por mas que borres todo siempre tendrá algo guardado.

Sentía el calor de nuevo en mi cuerpo y cuando lo sentí por completo desperté buscando una gran bocada de aire. Me llego un pequeño escalofrío y al mirar al frente veo a quien considero como compañero.

— Beckham — me llama como asegurándose que estoy bien.

— Barnes — le sonreí un poco para el solo asentir.

Me quitan las correas para levantarme y estirarme con más libertad.

— Hola jovencita Beckham — hablo el maldito viejo de Pierce — tan hermosa como el primer día en que llego a HYDRA — me sonríe.

— Yo soy el contrario, no me siento como el día en que llegue — contesto y el solo lanza una pequeña carcajada.

— Ya tengo tu misión — me entrega un archivo con toda la información.

— Nicholas Fury — digo al leer el nombre.

Me agarran del brazo para llevarme a la computadora y sentarme. Estuve unas pocas horas para incriminar a este hombre y hasta hacer que no pueda acceder en su propio trabajo.

— Listo, Nicholas Fury no podrá tener acceso a nada de SHIELD y es la persona que contrato al pirata para que secuestrará las naves, justo como querías — le explico para el ver todo el trabajo.

— Muy bien Beckham, Barnes ahora es tu turno — dice para ambos alejarse.

Me dio con observar la oficina, nunca antes me había pasado por la mente observar todo pero hoy si, porque hoy me largo de este horrible lugar.

En cuestión de segundos ya tenía todo un plan armado.

— Beckham, ven para que descanses — me dice uno de los guardias y asiento.

Me levanto y en el camino a mi cápsula solo observaba el pasillo, las cámaras, las puertas, los guardias y analice mejor el escape. Al llegar a la cápsula la observe por última vez.

— Vamos Beckham — me apresuran y puse mis manos en a mis espaldas.

— Es que quería observar donde duermo, nunca lo hago — contesto supuestamente aun observándolo.

— Beckham por favor no lo hagas difícil — veo de reojo como los guardias se posicionan a dispararme.

— No lo hago difícil — me volteo hacia el que esta a mi lado — mientras ustedes están despiertos y viviendo una vida normal yo estoy aqui congelada y sin vivir absolutamente nada — explico pero el negaba.

— No me hagas meterte por las malas porque no te gustará — me dice para yo soltar una pequeña carcajada.

— Entonces hazlo a las malas — le contesto.

Cuando fue a acercarse y lo hago caer de una patada, en un rápido movimiento agarro al otro guardia que estaba a mi lado para tenerlo como escudo humano. Cuando disparan sin fin esta claro que te quedarás sin balas y ahí es cuando aprovecho a tomar el arma y dispararle a todos. De uno de ellos agarre su tarjeta que me abrirá todas las puertas. No ha sido fácil pero al fin llegue a mi objetivo, digamos que es riesgoso pero todo por mi libertad. Se trataba de salir por donde circula el aire y esas enormes aspas podían cortarte en mil pedazos pero por suerte tengo una idea para detenerlo.

— ¡Beckham! — reconocí el grito de Barnes y bastante molesto.

Aunque claro que esto no me iba a detener, lance varios tubos y metales pesados directo al centro, sin centro no hay nada de movimientos. Justo cuando logre detenerlo Barnes logro tumbar la puerta.

— ¿Que haces? — me pregunta acercándose rápidamente.

— Adios Barnes — digo para lanzarme.

Creí que iba a morir al ver como las aspas volvieron a funcionar y ni se como, pero para mi suerte logre pasar. Caí al vacío pero aterrizando en el río. Logre sobrevivir de la caída y luego solo seguí camino a la carretera.

La Soldado Del InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora