★ 𝖢𝖠𝖯𝖨𝖳𝖴𝖫𝖮 𝖢𝖴𝖠𝖳𝖱𝖮 ☆

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    Duramos juntos unos dos meses hasta que un día me dejo una carta donde indicaba que quería estar solo por un tiempo solo para dedicarse a recordar su pasado. Decidí no seguirlo ya que es su espacio e igual necesitare el mío para acostumbrarme de nuevo al mundo. Me quede en Saint Paul junto con la señora Dorothy, esa mujer fue como una abuela para mi, además de mi vecina.

— Entonces, ¿que paso con ese chico que vino contigo hace unos meses? No me atreví a preguntarte antes ¿eran novios? — me pregunta lo cual con una sonrisa negué mientras seguía lavando los platos.

— El y yo estábamos en la misma academia, somos muy buenos amigos, pero el necesita espacio ya que tiene algunos problemas encima — le contesto.

— Entiendo, no quiso arrastrarte con el, eso es que si le importas — me dice sonriéndome — pienso que ustedes terminarán siendo más que amigos — .

— Ay no ¿como cree? James y yo somos buenos amigos como le dije — digo pero ella negó.

— Mira — se me acerca y pone su mano en mi pecho donde se encuentra el corazón — ese nunca falla, y a mi me late que tu le importas demasiado, mucho más que una amiga — dice para separarse y volver a la estufa.

    La verdad no se que responderle, Barnes y yo siempre fuimos unidos, entrenábamos juntos y en las misiones nos protegíamos el uno al otro, yo digo que esa es la misión ¿no? Además de seguir ordenes mantener a tu compañero con vida. Al terminar con un paño me seque las manos y la veo echando comida de perro en un plato.

— Ten pequeña, llévale esto a Manchas que ya le toca su almuerzo — me extiende el plato.

— Claro — digo seguido de tomarlo.

    Al salir afuera se me hizo raro no verlo, comencé a silbarle.

— ¡Manchas! — grite llamándolo.

    Me sobresalto al escuchar un ruido que viene desde la parte de atrás y escucho al perro ladrar. Coloco el plato en el suelo para ir rápidamente hacia donde provenía el ruido. Abro la puerta del patio trasero y veo al perro ladrándole a la pequeña casa de cristal de las plantas de la señora Dorothy, justo vi como alguien se agacho.

— Muy bien amigo — digo acercándome — ve por el — abro la puerta de la casa para el rápidamente entrar.

     El grito se me hizo conocido de la persona así que decidí entrar. Al mirar al fondo veo al perro tratando de arrastrar a alguien que ya reconocí.

— Oye por favor se buen chico — dijo Sam mientras batallaba con el perro haciéndome reír — ¿podrías por favor ayudarme con el? — me pregunta para acercarme.

— Ok ya amigo, estamos a salvo gracias a ti, ve a comer — digo para agarrarlo del collar y sacarlo de la casa para cerrar la puerta — ¿que estas haciendo aquí? — pregunte al girarme.

— Si es que necesitamos tu ayuda — me contesta.

— ¿Nos? — pregunto al el hacerlo plural.

— Es que tenemos un problema grande y tiene que ver con tecnología, Steve me dijo que te buscara porque sabe que servirás de mucha ayuda — me explica y asiento.

— Bueno, acepto ya que no tengo nada que hacer — digo para abrir de nuevo la puerta — ven entra, así ella no se preocupa para yo irme — le digo y el asiente para ambos salir de la casa — por cierto, ¿como llegaste aquí? — le pregunte curiosa.

— Estoy rastreando a Bucky, no se te debería hacer raro y di contigo aquí, que luego de lo ocurrido el cap decidió que te buscará para que te unas al equipo y esperaba verlo a el contigo — me explica y asiento.

— El si estuvo aquí, pero hace dos semanas que decidió lidiar con su dolor solo y solo respete eso, se que en algún momento nos volveremos a ver — digo para sonreír un poco.

— Estuvieron de luna de miel y abandonó a la novia — responde para yo mirarlo seria y el se ríe alzando sus manos — es un chiste, Steve quiere enserio ayudarlo y es inútil todas sus pistas, sabe escabullirse — .

— Si, Steve y Bucky fueron muy inseparables por lo que leí, incluso estaba batallando con el mismo para poder recordarlo — le explico para entrar a la casa.

— Ay hola — dice Dorothy con una sonrisa — ¿es también de la academia a la que fuiste Gretchen? — me pregunta haciendo que Sam me mire confundido.

— Si, el también es un amigo de la academia y vino a buscarme porque tengo un trabajo, debo viajar — le explico y ella asiente.

— Vaya pequeña — toma mis manos — solo que no te vayas a olvidar de mi como ya lo hicieron — me dice haciendo que mi corazón se pusiera algo triste por su situación.

— Tranquila Dorothy — le doy un beso en la frente — es una promesa, cada vez que este desocupada la voy a llamar y si no puedo, me escapo un ratito solo para hablar con usted — la abrazo.

— Esta siempre será tu casa — me sonríe y asiento.

     Tomo algunas cosas para colocarlas en la mochila y voy con Sam al quinjet quien lo maneja un hombre que a su lado traía un arco y unas flechas.

— Gusto en conocerte, soy Clint — se presenta.

— Soy Gretchen — contesto.

— La soldado del invierno — dice el para yo asentir.

La Soldado Del InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora