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Marco cayó en picada hacia los árboles.

El dragón le había derribado.

¿Como había terminado peleando con un dragón?

Quizá esa era la pregunta más importante.

Se envolvió en sus alas para amortiguar un poco la caída.

Cayó, con fuerza. Se quedó sin aire y le dolía todo el cuerpo por el impacto, la otra vez no le había dolido mucho porque aún tenía los efectos del alcohol en su cuerpo.

Estaba cubierto de arañazos y tenía pequeñas hojas y ramas en el pelo, las cuales pertenecían al árbol que amablemente había amortiguado su caída.

Intentó incorporarse, pero no pudo hacerlo, realmente le dolía todo el cuerpo.

Incluso le dolió cuando metió su mano al bolsillo y sacó su teléfono.

Marcó rápido el número, de cualquier manera se lo sabia de memoria.

Apenas el primer timbre sonó le contestaron.

—¡Marco! ¿Que pasó? ¿Necesitas algo?— el tono de preocupación de Tom hizo que algo dentro de Marco se retorciera.

—Nós emboscaron, necesito tu ayuda. Hay un puto dragón aquí.

—Oh, por los demonios. Voy enseguida. — Tom se calló un momento. — ¿Tu estas bien?

—Eso no importa— Aseguró Marco mientras reprimía el quejido de dolor.

—Claro que si importa, a mi me importa.

—Solo apresurate.

Marco colgó y se quedó mirando la pantalla del teléfono, de alguna manera Tom siempre lograba subirle el animo.

Aún no sabía exactamente qué había pasado con el dragón, ya no lo veía en el cielo así que probablemente ahora estaban peleando con el en tierra.

¿Pero de donde había salido ese dragón?

No lo sabía.

Trató de incorporarse como pudo y se sentó con la espalda apoyada a un árbol, le dolía el costado así que probablemente tenía una o dos costillas rotas, además de varios cortes sangrantes que le preocupaban un poco.

No tuvo tiempo de hacer nada más, pues frente a él se abrió una grieta en el suelo de la cual salió Tom.

Marco se alegró, intentó levantarse pero cayó al suelo de nuevo.

Tom lo vió y corrió a ayudarle.

—¡Marco! Mírate, necesitas un doctor o algo...

—No. —Dijo Marco negando con la cabeza— debemos ayudar a los demás, el dragón sigue ahí y...

—No es un dragón— Dijo una voz desconocida desde lo profundo de los árboles— es un Drakon.

Marco y Tom se pusieron alertas casi de inmediato, sobre todo Tom quien creía que era su deber proteger a Marco.

—Hey, no. Tranquilos. Vengo en paz. —Dijo la extraña voz mientras se acercaba más hacia ellos.

En un momento pudieron ver la sombra de alguien con las manos levantadas en el aire.

—¿Quien eres?— Inquirió Tom mientras veía al chico acercándose.

—Yo me llamó Perseo, Percy para los amigos. Woah, tu tienes cuernos ¡Y un tercer ojo! ¿Eres alguna clase de esbirro o algo así? —Dijo el chico, Percy, mientras bajaba las manos y miraba con curiosidad a Tom.

Flowers «Bad end friends»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora