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...
Mi mente estaba en blanco.
¿Cómo es que no me había acordado hasta ahora?
Sin saber que hacer realmente, me cubrí con las sabanas y traté de dormir, aunque fue en vano ya que minutos despues escuché la puerta principal abrirse junto con la voz de Jisoo y la de mi madre.
-¡JungKook!.- Llamó mi la anterior nombrada por lo que a regañadientes me destapé, salí de la cama y luego de la habitación comenzando a bajar las escaleras con los ojos entrecerrados.
-Ay mierda.- Murmuré cuando casi caigo por las escaleras.
-Tenías que ser adoptado.- Se quejó mi hermana negando con la cabeza.
-Calla Enana.- Me quejé sonriendo con malicia al ver la molestia en su rostro.
-Eres un idiota jeongguk.- Me sacó la lengua y luego se fue a la cocina con mi mamá.
Negué y la seguí notando las bolsas llenas de productos, que supongo, son para preparar el almuerzo, cuando entré a la cocina.
-¿Me llamabas mamá?.- Pregunté cuamdo llegué a su lado.
-Ah, si.- Dijo y dejar lo que estaba haciendo.- Ayudenme a preparar el almuerzo, asi terminaremos antes de que los Kim lleguen.- Sonrió dulcemente volviendo a cortar las verduras.
Asentí supirando antes de comenzar a desempaquetar la carne que saqué de una de las bolsas.
Por otro lado Jisoo comenzó a sacar la botella de Cocacola para luego guardarla en la refri para que se mantuviera fria.
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-Bueno ya, vayanse a cambiar rápido que ya van a llegar.- Avisó mi madre sacandonos a empujones de la cocina antes de volverse a adentrar a esta.
Soltando un suspiro comencé a subir las escaleras a zancadas antes de meterme en mi habitación cerrando la puerta detras de mi.
Me acerqué con pereza a mi armario y comencé a sacar aulgunas prendas, sin saber realmente que agarré.
Las dejé sobre la cama y busqué algun calzado, medianamente, bonito.
