Capítulo 4

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-              Dos años después          -

“¿Qué te parece? ¿Voy bien así?”

Harry esbozó una sonrisa. Le dolía cada célula del cuerpo.

Louis estaba de pie delante de él en su cuarto, toqueteándose la ropa con nerviosismo. Llevaba una camiseta negra y roja y unos jeans negros muy ajustados, con vans negras y una ligera chaqueta para completar el look. Se había echado el flequillo hacia atrás y tenía la más sutil sombra de barba en la mandíbula.

Estaba increíble. No era capaz de pensar en ninguna otra cosa; su mente estaba totalmente bloqueada. Incluso su lobo parecía boquiabierto.

Increíble.

“Te ves…” Harry boqueó en busca de las palabras adecuadas. No las encontró; todavía estaba demasiado concentrado en la curva de su mandíbula, en sus clavículas al aire… “Te ves increíble, Lou” dijo con sinceridad. Tenía un nudo tan grande en la garganta que su voz sonó casi ahogada, pero el omega se giró hacia el espejo, satisfecho con su respuesta.

“Tengo que ir perfecto” dijo en voz baja, arreglándose el pelo por décima vez “Es la primera cita, tengo que gustarle”

Es la primera cita.

Es la primera cita.

Las palabras se atascaban en sus oídos, se clavaban en su pecho, se atragantaba con ellas. No podía sacárselo de la cabeza.

Es la primera cita.

Tengo que gustarle.

Louis iba a “gustarle” a otro alfa. A otro alfa.

Ni siquiera podía pensarlo.

“Lou” no tenía aire “¿Estás seguro… estás seguro de que esto es una buena idea?”

Él lo miró, sorprendido.

“¿Por qué dices eso?”

“No…” cogió aire, tembloroso “No me gusta la idea”

Louis levantó una ceja.

“¿Qué quieres decir? Conoces a Adam. Es un chico genial.”

“No, no le conozco” dijo en voz alta, con más firmeza “Y tú tampoco”

“De eso se trata” Louis puso los ojos en blanco “Para eso son las citas, Haz. ¿Te suena?”

Harry resopló.

“Prométeme que vas a tener cuidado”

“Claro que voy a tener cuidado. Siempre lo tengo”

“Estás cerca de tu celo, Lou. No me gusta nada que salgas ahora.”

Louis resopló, perdiendo la paciencia.

“En primer lugar, todavía faltan dos semanas. En segundo lugar, lo dices como si no fuera a gustarle que oliera un poco a celo. Es un alfa, a pesar de todo.”

“¿En serio quieres salir a la calle oliendo así?”

“Él me protegerá”

“Puede que sea él lo que más me preocupa”

“Harry, a ningún alfa le van a molestar mis feromonas. Lo que sí podrían molestarle serían… otras cosas”

Frunció el ceño.

“¿Qué quieres decir?”

“Estoy hablando… del celo. Oye, no me quiero precipitar…”

“¿Qué?” Empezaba a ponerse nervioso; no le gustaba a donde estaba yendo la conversación. “¿Qué quieres decir? ¿De qué estás hablando?”

Ahora quiero ver cómo respiras para miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora