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Media hora después el taller había cobrado esa vivacidad que había encantado el primer día a Yoongi, sólo que tenía más ansiedad que ese día. Jamás había sido el centro de atención por mucho tiempo y, a pesar de todo, lo estaba llevando muy bien.

  -Me gusta -le dijo bajito a Saúl, un chico bajito y regordete que tomaba lecciones en el estudio de Fergus de dibujo -, sólo recuerda no presionar mucho con el lápiz... -manteniendo una distancia considerable del chico. 

Jin lo veía radiante, con una linda y pequeña sonrisa discreta yendo y viniendo entre el pequeño grupo de chicos que no rebasaban la edad del profesor sustituto. 

-Yoongi, ¿podrías echar un vistazo? -rascando su nuca queriendo un poquito de esa atención. Llevaba veinte minutos olvidado ahí en ese asiento, obligado a mirar una hoja en blanco, ya estaba bien. 

Yoongi poniendo su mano en el hombro y acercándose para mirar el extraño dibujo. Había intentado dibujar un campo abierto y todo era una desastre, algo que lo llenó de ternura, a sus ojos era muy bonito. 

Sonrió mostrando sus dientes y cambió su mano detrás de la espalda de Jin y su mano cerca de la suya. 

-Pues... no está mal, me gusta lo que has hecho aquí -señalando un garabateo sin sentido que parecían unos árboles  -, tiene una tranquilidad que es... -notando la mirada de tonto con la que Jin le miraba que sonrió y le indicó que mirara -, es muy lindo -dándole una palmadita de ánimo pero que hizo que su espalda sintiera un frío correrle. 

-Gracias -bisbiseó el mayor antes de que toda la tranquilidad se interrumpiera por la apertura abrupta de la puerta. Fergus tenía algo que mostrarle a su amigo y sin miramientos lo tiró del brazo alejándolo de Jin. 

-Hoseok... -deteniéndolo para que viera al resto de la clase que estaba en su casa. Este se giró y miró a todos, que rollo. 

-Hola chicos, ¿cómo van? -tirando de nuevo a su amigo fuera de la habitación sin esperar respuesta. 

-Bueno. ¿Qué pasa? -riendo por lo animado que estaba su amigo. 

-Hemos quedado seleccionados -sacando un papel arrugado -, vamos a exponer nuestras obras. 

Yoongi lo agarró. Hace un par de meses se habían inscrito en un concurso de jóvenes talentos en pintura. Jamás creyeron quedar seleccionados. 

-¡No puede ser! -saltando de la emoción. 

-¿Te lo ha dicho ya? -entró Fergus también contento. 

-Sí -abrazándolo también. 

-Bien. Ahora prepárense que hay que mostrar cinco piezas. Ustedes vuelvan a sus lugares y yo me encargo de los demás.

Yoongi era la persona más fascinante que Jin había conocido jamás

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Yoongi era la persona más fascinante que Jin había conocido jamás. Lo miraba desde su lugar, la distancia suficiente como para verlo reír con sus bromas. Atendía a Fergus y miraba de reojo. Sin hacer o decir mucho le transmitía algo que no podía explicar.

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