Por la mañana, Jin estaba limpiando el desorden. Había dormido poco, la fiesta se había alargado pasadas las tres y después de que el hermano de Namjoon se marchó tuvo pocas ocasiones para reírse; pero ver el vaso con el pedazo de mandarina le hizo sonreír. Había sido lo mejor de la noche.
-Ya estarías tú ayudándome con esto, eh -cerrando la última bolsa con basura.
-Sí, sí. Yo iré a buscar el desayuno mientras tú terminas esto.
Su desayuno frutal, mayormente batidos de frutas congeladas y verduras, los satisfacía previo de partir a la universidad. Antes de salir por completo, miró que no había tirado el vaso con la mandarina y tuvo una duda.
-Oye, ¿crees que le di una buena impresión a tu hermano? -subiendo al auto.
-Y yo que sé. Ese chico es muy reservado con sus sentimientos. ¿Por qué? -poniendo en marcha el coche.
-Pues por eso, por un momento creí que había dicho algo que le pudo ofender.
-No lo creo. Es tan... callado y ausente -dejando en paz el tema al encender la radio y poner en marcha el coche.
La clase de lengua había terminado y había sido bastante estimulante para Yoongi: la profesora le preguntó algo que sabía y que tenía ánimos de responder. Había sido un día de lo más productivo y tranquilo que había tenido. Vivía sin duda tan ensimismado que jamás se percataba de los susurros y risas bajas que le provocaba.
Todo marchaba bien. Hasta qué llegó la clase de recuperación. Fue cuando se percató de que los chicos salían en banda, riendo y él iba solo con las manos sudorosas sujetando las asas de su mochila. Dio una vuelta. No estaba seguro de entrar, no quería ver a Taehyung, se había pasado todas las clases moviéndose ágilmente para que no lo viera. Caminó decidido pero se detuvo de nuevo y volvió a dar una vuelta. Mordió su pulgar y levantó la mirada: la profesora estaba llegando, así que salió corriendo, ya le diría alguna mentira a sus padres.
El sol estaba en lo alto y quemaba. ¿Qué había hecho? Se había conseguido una hora libre. Mordió su pulgar y miró a todos lados, pensó en volver pero... ¡Dios! Respiró profundo y se puso a la sombra.
¿Qué iba a hacer? No sabía a dónde ir. Mordió su pulgar. Pensó en volver pronto a casa pero, se esforzó un poco para disfrutar del sol de mediodía. Pero tenía hambre, miró a todos lados, ¿qué iba a comer? Podía volver a casa y ver las fiambreras que su madre le había dejado, pero no quería croquetas, por lo menos no frías.
Mordió su pulgar.
Comenzó a caminar, entre el hambre, el sol y sus audífonos estaba tan distraído, miraba para todos lados y sólo veía borroso, ausente. Se acercó a la vía como todos para cruzar. Miró a todos lados y la luz verde del semáforo se puso, invitándolo a andar salvo que, el verde no era para él.
Al cruzar sintió un tirón -¡Espera! -haciéndolo chocar contra un pecho que desprendió un aroma sutil. Ese perfume que había olido alguna vez cuando fue de compras con su madre y con el cual había prometido enamorarse de aquel que lo usara. Cosa que en ese momento prometió no hacer.
-Jin... Yo... -mirando el tráfico que pasaba frente a él, quitándose los audífonos sorprendido.
-¿Qué mierda acabo de detener? -sin soltar el brazo del chico que lo miraba impávido y colorado. Su tono estaba alterado. ¿Qué hubiera pasado sí no lo hubiera visto?
-Yo... Iba -sin entenderlo -estaba... -pero al ver la luz del semáforo lo entendió, había mal interpretado la luz -, yo... No lo sé... Yo... Iba distraído. ¿Tú qué haces aquí? -ignorando por completo la expresión alterada de Jin.

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Diversos
Genç KurguMin Yoongi no era el tipo de persona que intentaría suicidarse. Aunque pensó en hacerlo, después de haber sido forzado a dar su primer beso después de la escuela y quizás decir abiertamente que era homosexual. Pero el no lo hizo. La alarma sonó y...