"Hola. Voy un poco retrasado"
Hoseok miró su celular y lo dejó sobre la mesa. Miró por la ventana y pensó en Yoongi. Últimamente estaba algo ausente y más agitado de lo normal. Jamás llegaba tarde y siempre, a pesar de su condición, trataba de mantenerse alegre.
Conocía de sus ataques de ansiedad. Desde segundo de ESO lo sabía a ciencia cierta, cuando un psicólogo se lo dijo en terapia. Mierda, su amigo le causaba una gran frustración, todo lo hacía solo sin decirle a nadie, ni a sus padres, no quería preocuparles y que lo sobreprogieran.
El primero que presenció fue cuando había olvidado las tareas y no sabía qué responderle a su severa profesora, tanto que se terminó siendo un manojo de nervios que hacia reír a todos por lo cobarde que se veía.
O como ese día en primero de ESO, cuando debían cruzar la calle. Hoseok podía hacerlo, correr e incluso torear coches, pero Yoongi no. Así que cuando lo hizo, su amigo se quedó ahí parado, viéndolo correr hasta el otro extremo.
Hoseok recordaba claramente como miraba a su amigo comenzar a temblar y a ponerse pálido, tanto que cuando volvió por él, luego de ponerse de nuevo el verde, lo encontró tirado rodeado de personas que trataban de decirle algo.
"Recuerda respirar por favor" le dijo abrupto porque sus propias limitaciones le permitían hacer nada más que pedirle autocontrol. Se sentía mal por no saber cómo ayudarlo.
Sin olvidar el día que se ausentó por ese insistente en su Instituto. Cuando un impresentable intentó besarlo. No lo había visto peor. ¡Pero que impotencia de no poder hacer nada! Seguía temblando, con sus manos sudorosas mientras le contaba como se había sentido acorralado.
O su último intento de ataque, cuando entró en pánico al pensar en la exposición. ¿Y qué iba a decir Namjoon? ¿Y si su trabajo no gustaba?
"Vamos, no es para tanto. Y ese idiota qué tendría que decir. Para él, Picasso es un Pokémon..." Haciéndolo reír y relajarse.
Y por sí fuera poco, ahora le estaba pilotando algo a él. Respiró profundo y... percibió un aroma. Respingó la nariz y dejó su taza de té a un lado y se alejó de la ventana. Salió del salón y cruzó hacia el estudio. Recorrió a cada alumno sin decir nada, solo acercando su nariz para olfatearlos.
Se acercó a Jin que estaba sentado en la mesa principal casi con la nariz en el papel por ser un poco bajita la mesa. "Por favor que no fuera ese idiota" acercándose.
-¿Qué haces? -al ver la nariz de Hoseok cerca de la suya y de su cuello.
Eres tú -soltó con cierto desdén, para luego espantar aquel aroma de su nariz-, apestas a ese perfume que tanto le gusta a Yoongi.
-¿A Yoongi le gusta este perfume? -poniéndose erguido con cierta gallardía.
-¡Claro que sí! -sonando su nariz. El olor se le había quedado ahí -, es más, lo ama. Dice que se enamoraría del chico que lo use sin dudarlo.
Jin se quedó impactado por las palabras que soltó Hoseok sin miramiento alguno.
- Pero bueno -sacando hasta la última nota de ese perfume -, creo que fue algo momentáneo. Porque no me creo que no te haya olfateado, es un aroma muy penetrante... Uf -alejándose de él volviendo a sonar su nariz.
Jin vio alejarse a Hoseok y sacó un poco de una muestra que llevaba y se roció un poco más en el cuello.
-¡Deja de ponerte más, por Dios! -gritó desde el salón con una voz que lo asustó al grado de hacerlo guardarlo.
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Diversos
Подростковая литератураMin Yoongi no era el tipo de persona que intentaría suicidarse. Aunque pensó en hacerlo, después de haber sido forzado a dar su primer beso después de la escuela y quizás decir abiertamente que era homosexual. Pero el no lo hizo. La alarma sonó y...