El príncipe mestizo

Capítulo 7: Amistad.

Capítulo 7: Amistad.

Nott lo seguía, donde quiera que iba lo encontraba. Cuando él decidía voltear y prestar atención a sus compañeros, Nott estaba a su lado.

Querida abuela:

Falta poco tiempo para que nos volvamos a encontrar, me está yendo bien en los estudios.

Y... creo que tengo un amigo o algo parecido a uno.

Su nombre es Theodore Nott.

Por favor mándale saludos a mi padre de mi parte.

Harry James Potter.

Él había omitido muchas cosas sobre Theodore, cosas que creía no debía contar.

No porque fueran malas, es sólo que a pesar del cariño que le tenía a su abuela ella no tenía por qué saberlo todo.

Además, Merlín sabía que su abuela tenía mucho con su padre.

Él no se sentía cómodo confiando y creía que nunca lo estaría.

Desde el día de la práctica de duelo Nott había intentado hablar más con él.

En cada clase Nott se sentaba a su lado, en el comedor o incluso a la hora de dormir él intentaba iniciar una conversación.

Harry le había rehuido tantas veces como le fue posible, pero con el pasar de los días empezó a percatarse que Nott no era una carga como él catalogaba a las personas, en cambio Nott le servía.

Él era una persona inteligente, no pedía ayuda cuando tenían que hacer un trabajo, no molestaba, se limitaba a sentarse frente a él en la biblioteca en silencio.

Antes de empezar buscaban por separados los libros para luego traerlos a su mesa empezando a seleccionar nuevamente para quedarse con los mejores.

De vez en cuando Nott traía libros que a él no se le habían ocurrido que resultaban de ayuda.

Nott que con el tiempo dejó de pensar en él con su apellido para convertirse en Theodore.

Theodore le resultaba de ayuda, pero no tenían una relación que podría llegar a la dependencia.

Theodore era útil.

Él era alguien que a pesar de sí mismo empezaba a tenerle un poco de afecto.

En Slytherin nadie hacia algo sin esperar una retribución por su "ayuda", pero Harry no había pedido ni había querido la ayuda de Theo.

—Harry toma.

Recibió con su mano lo que sea que Theo le entregaba, luego de unos segundos lo llevó frente a él.

Y quizás esa fue la mayor muestra de su confianza hacia él, Theo vio en un chocolate el fruto de su esfuerzo.

—Es un chocolate, uno que seguro disfrutarás.

Abrió el envoltorio cuidadosamente para luego llevarse el chocolate en forma de una simple bolilla a la boca.

Era delicioso.

Lentamente el chocolate empezó a disolverse en su boca, liberando el sabor en su paladar hasta perder su solidez y derretirse completamente.

—Gracias. ¿Tienes otro?

Theo sonrió y luego negó con la cabeza.

Harry yacía acostado en su cama con un pijama color azul marino, sus cortinas estaban abiertas dejando pasar la luz proveniente de las lámparas.

Theodore estaba sentado en su cama frente a Harry vestido aún con las ropas de la escuela.

— ¿Qué planes tienes para navidad? —preguntó.

—Supongo que regresaré a casa para celebrar la fiesta de Yule y navidad.

Nott por primera vez se sintió tonto, creyó que Harry por ser mestizo sólo celebraría navidad y no el solsticio de invierno o Yule como los magos sangre pura.

—Padre insiste en celebrar navidad a pesar de que lo correcto es celebrar Yule aunque es sólo por poco tiempo.

Y esa fue la primera vez que Harry reveló un fragmento de su vida privada a Nott.

—Yo celebro con mi padre Yule aunque él no está de muchos ánimos.

—Voy a descansar. Buenas noches Theo.

Harry tiró de las cuerdas para cerrar las cortinas alrededor de su cama.

Aún era temprano.

Nott salió de la habitación avanzando por el frío pasillo hasta llegar una puerta y abrirla.

— ¡Nott! , bien podrías haber tocado.

Malfoy estaba sentado en su cama descalzo, con los cabellos sin la gomina que usualmente llevaba.

Nott se sentó en la cama contigua quedando frente a Malfoy.

—Verdad que los chocolates que me envía mi madre son los mejores.

—Estuvieron bien—respondió recordando el rostro de Harry.

—Nott, padre me dijo que pasarás la fiesta de Yule con nosotros.

—Mi papá aún no me ha dicho.

—Padre me dijo que el tuyo tenía que hacer algo importante.

Nott sonrió levemente a Malfoy intentando ocultar su decepción.

—¿Nos iremos juntos? —le preguntó.

La ceja derecha de Malfoy se elevó y usó ese tono de voz pedante que empleaba para hacer sentir menos a los demás, el mismo tono de voz con el cual hablaba de vez en cuando a Crabbe o Goyle para hacerles ver su carencia de inteligencia.

—Claro, ya te mencioné antes que tu padre no está en casa.

Harry estaba dormido.

Últimamente se sentía frustrado, estúpido por intentar acercarse a Harry, pero lo estaba logrando.

Poco a poco Harry empezaba a tenerle confianza.

—Pensando en los mestizos Nott—se burló.

Nott miró a Malfoy sin cólera. ¿De qué servía molestarse?

Malfoy tenía razón.

—Deberías tener cuidado, si bien no son sangre sucias tampoco son como nosotros. Son un desliz de magos como tú.

El niño fijó su mirada en los ojos grises por unos instantes antes de ponerse de pie.

—Me voy Malfoy, que disfrutes de la charla con Goyle—se burló.

Draco miró a Nott salir de la habitación y pensó no por primera vez, qué era lo que tenían en la cabeza los magos de sangre pura al meterse con un sangre sucia.

Goyle seguramente estaba comiendo por alguna parte.

Ciertamente no quería regresar a casa, no después de lo de Granger.

Podía imaginarse el rostro de su padre al entregarle sus calificaciones porque no se hacía ilusiones, Granger le ganaría, la maldita sabelotodo le ganaría.

Comió uno de los chocolates que su madre le había enviado, intentando olvidar por unos instantes que tenía que volver a casa.

Él lo sabía, su padre se encargaría de humillarlo frente a Nott.

Cerró las cortinas de su cama para luego meterse bajo las mantas intentando dormir.

La voz fría de su padre resonaba en su mente como un anticipo de lo que estaba por venir.

Odiaba a la maldita sangre sucia.

La odiaba.

Cuando menos lo pensó estaba llorando nuevamente.