Capítulo 15

1.6K 232 9
                                    

—No puede hacer eso —dijo Harry, indignado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No puede hacer eso —dijo Harry, indignado.

Eira había contado lo que Orión había dicho respecto a que no la dejaría salir, y sus tres amigos de Gryffindor se habían mostrado furiosos, al igual que ella. No solamente por contar con una persona menos, sino también porque trataba de controlarla demasiado y no era quién para hacerlo.

—Los chicos que están siempre con él le obedecen —aseguró Eira—. Es como si fuesen sus seguidores... Estoy segura de que irían a hablar con McGonagall antes de permitir que vaya en busca de la Piedra Filosofal.

Miró hacia su derecha, donde un alumno de su misma casa, cuyo nombre no conocía, la miraba fijamente. Estaba solo, apoyado contra una pared y sin perderla de vista. Era uno de los chicos de los que Orión había hablado, y la vigilaba desde hacía un buen rato.

Seguramente después informaría a Orión sobre cualquier cosa de interés que hubiese visto.

—Trataremos de hacerlo después —comentó Hagrid—. Si Voldemort se hace con la Piedra...

Pero aquella tarde no pudieron llevar a cabo su plan. Hermione fue a vigilar a Snape a la sala de profesores, pero éste salió y la descubrió, teniendo entonces que inventar ella la excusa de que estaba esperando al profesor Flitwick. Cuando Snape fue a buscarlo, ella se marchó.
Por su parte, Harry y Ron se encontraron con la profesora McGonagall en el tercer piso y tuvieron que marcharse antes de que les restasen aún más puntos.

Eira maldijo interiormente a Orión cuando se enteró de aquello. Ella sabía más de magia que cualquiera de sus tres amigos, y sin duda resultaría útil en la misión. Pero estaba vigilada en todo momento, y no podía hacer nada sin que Orión lo supiese. Incluso Luke y Graham parecían vigilarla de vez en cuando, lo cual la molestaba más de lo que debería.

—Deberéis hacerlo por la noche —comentó—. Con la capa de invisibilidad de Harry... Aunque podrían expulsaros si os descubren. ¿Estáis seguros de que queréis hacerlo?

—Eira, si Voldemort regresa, será el fin del colegio; se cerrará o se convertirá en una escuela de Artes Oscuras. No voy a quedarme de brazos cruzados y dejar que él destruya el mundo mágico tal y como lo conocemos. Y si me descubren, me enviarán con los Dursley y Voldemort me encontrará y me matará allí. Voy a entrar por ella trampilla esta noche, y nada de lo que digáis me detendrá. Voldemort mató a mis padres.

Todos asintieron cuando el azabache terminó de hablar. Tenía razón; si Voldemort regresaba, no habría colegio ni Copa de las Casas por los que preocuparse.

—El profesor Flitwick me dijo que obtuve un ciento doce sobre cien es su examen; no me expulsarán después de eso —dijo Hermione.

Eira no pudo evitar poner los ojos en blanco. No iba a decirle que el profesor había quedado sin palabras al ver el examen de Orión y el suyo. Que había quedado sorprendido y que les había felicitado con una gran sonrisa.

—Supongo que a ti no te pasaría nada aunque  Quien-Tú-Sabes regresase —comentó Ron, refiriéndose a Eira—. Eres sangre pura, Slytherin y además tienes relación con su hijo...

—Podría matarme por mis ideas, ¿o acaso no ves que estoy con vosotros? —fue la respuesta de Eira, a quien no me habían gustado aquellas palabras—. No deseo que vuelva.

Harry asintió y fulminó a su amigo con la mirada, aunque éste no pareció notarlo.

—Eira, si mañana por la mañana no sabes nada de nosotros... avisa a algún profesor —pidió.

—Lo conseguiréis —afirmó ella, convencida.

Enseñó a sus amigos varios hechizos que supuso que les resultarían útiles, entre otros uno musical para dormir a Fluffy, y otro sencillo para lanzar chispas. Era todo cuanto podía hacer mientras la mantenían vigilada.

—Suerte —dijo antes de separarse de ellos.

Aquella noche apenas pudo conciliar el sueño. Solamente podía pensar en sus amigos estando en peligro mientras ella se encontraba en la cama. Decidió que, a pesar de lo que Orión había dicho, debía comprobar por sí misma si había realmente alguien montando guardia en la sala común.

Salió de su cuarto en silencio y bajó a la sala común. En una butaca, sentado mientras leía un libro, se encontraba Luke, que levantó la vista en cuanto la oyó llegar.

—Black sabía que vendrías —comentó él—. Sabes que no te puedo dejar pasar.

La chica asintió con la cabeza. Podía intentar enfrentarse a él, pero aunque ganase y pudiese salir, él hablaría con algún profesor y la detendría. Y no le gustaba la idea de atacarlo, aunque estuviese contra ella.

—De modo que eres uno de los suyos... te da órdenes y tú las cumples como si fueses un elfo doméstico.

—Me he enfrentado a él —respondió Luke, mirándola fijamente—. Pero en esta ocasión estoy de acuerdo con él. Yo mismo me ofrecí para vigilar hoy.

—¿Qué...?

—No voy a permitir que salgas, Eira.

La chica, frustrada, se sentó en una butaca sin decir nada, aunque llena de rabia. No solamente por no poder llevar a cabo sus planes, sino por ser precisamente Luke quien se lo impedía. Le molestaba verlo como uno más de los seguidores de Orión, le daba rabia ver que hacía cuando él deseaba.

—El colegio está en peligro —dijo—. Todos lo estamos. Si Voldemort se hace con lo que busca...

—No me convencerás, Eira —dijo Luke, aunque parecía no saber nada acerca de aquel tema—. El Señor Tenebroso no volverá; se fue. Y aunque se dispusiese a volver, no te correspondería a ti detenerlo. Hay magos expertos que tendrían más posibilidades que tú.

—Pero esos magos no están aquí, Luke, y si Voldemort regresa...

—No, Eira.

La chica cogió la varita de pronto, apuntando al mago con determinación. Le daba rabia que fuese precisamente él quien no le dejase ir con Harry, quien tratase de controlarla. Precisamente él...

—Baja eso, Eira —dijo alguien a su espalda.
La chica dio media vuelta, encontrándose con Orión, que no había sacado su varita y la miraba fijamente. De hecho, ninguno de los dos chicos estaba armado ni parecía tener intención de atacar o defenderse.

—No puedes darme órdenes...

—No pretendo darte órdenes, Eira, pretendo que no te expulsen o peor, que te maten —fue la respuesta de Black—. Todos sabemos que no nos atacarás, de modo que puedes guardar la varita.

Ella, sabiendo que tenía razón él, lo hizo. Guardó la varita y Orión se acercó y se sentó también en una butaca frente al fuego que continuaba encendido en la chimenea.

—Parece que esta será una noche larga —comentó.

Eira en Hogwarts✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora