Epílogo

985 111 135
                                    

Hombres Lee

1994. M a r z o

Lee Jaewon se había ido de espaldas cuando la carta de aceptación llegó a su casa. Cuando Donghae había comunicado su decisión de estudiar contabilidad se imaginó que presentaría exámenes para una universidad pequeña y local, una en que no afectara tanto que sus horarios fuesen regidos por su nueva familia.

La Fundación SM, sin embargo, tenía planes totalmente distintos. Lo hizo rendir exámenes a universidades de gran programa y alto prestigio.
La carta de aceptación fue directamente de Yonsei, una de las tres SKY de Corea, las conocidas tres mejores universidades. Donghae había aprobado el examen, y en acuerdo con Lee SooMan, recibió una beca completa para iniciar el curso en Septiembre.

Debido a que en SJ continuaron con su educación, y Donghae había durado el año entero, no había tenido que regresar a su asqueroso instituto y repetir curso. Era afortunado.

Empezó en trabajos de medio tiempo para seguir acumulando su montaña de ahorros: Tenía muchos planes y necesitaba mucho dinero, primero una casa y luego una boda.

Su agenda estaba totalmente repleta, siete días repartidos en dos empleos.
Gracias a Siwon, una carta de SM y su boletín de notas en Matemáticas avanzadas, logró acreditar para una pasantía remunerada en una empresa chula de Gangnam. Cuatro días a la semana se vestía formalmente y presumía lo que HyukJae llamaba: "¡El más ridículo trozo de tela roja con franjas amarillas que dice ser una corbata!".
Los otros tres días trabajaba en un restaurante de pollo frito, como mesero y repartidor. Salía oliendo a pollo y puré de patatas, pero pagaba bien.

Ese día, luego de un largo turno en la empresa, caminó a la casa de los Im. En la compañía lo traían de mandadero, eran groseros y mandones, pero aceptaba con una sonrisa y se prometía que aunque tuviera 18 años, no era un idiota y ellos no lo harían uno. Así que a pesar del duro día, llegó hasta YoonAh con gran ánimo.

Se pasaba horas en su casa, aguantándose el cansancio para poder verla y ayudarle incluso si necesitaba que le amarraran los cordones de sus tenis.
YoonAh también estaba contribuyendo al sueño casa-y-boda, construyendo su propia montaña de ahorros. Como era una chica embarazada de ya ocho meses, no podía ir de aquí para allá. Había acabado consiguiendo empleos que podía hacer desde su casa: traducir textos del japonés al coreano, o dar clases de chino.

A Donghae le encantaba cuando empezaba a hablar en chino: "¡Joder, amo tu bonito acento!" Le había dicho.

-¡Hae!- gritó YoonAh en cuanto lo vio.- Parezco una ballena.-

- La ballena más sexy que he visto.- afirmó él.

YoonAh hizo un puchero desde la cama, pasando la mano por su abultado vientre.
Donghae sonrió mirándola, recargándose contra el marco de la puerta.

- Oye, Deer Yoong...-

-¿Qué?-

- Quiero casarme contigo.-

YoonAh se coloreó de rojo, sonriendo para él.

- ¿Aunque soy una ballena?-

- Especialmente porque eres una ballena. Piensa que suerte tiene nuestro bebé: ¡su mamá parece una supermodelo! Con su cabello castaño, y sus ojos risueños... En serio, casémonos.-

YoonAh rió y extendió los brazos llamándolo, pronto estaban enredados en un abrazo cuidadoso para no aplastar su vientre.
Finalmente Donghae se sentó en la esquina de la cama, tomando la guitarra que la chica tenía en la habitación.

⛓Rebelde, Capturado y Graduado || SJ⛓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora