Y're so jelaus, babe {A.G}

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Personaje: Ariana Grande.
Temas: Amor, celos.
Advertencias: Contenido homosexual y vocabulario soez.

P O V's ____

Me encontraba vistiéndome con algo sencillo, una sudadera que me quedaba justo por encima de las rodillas, para ser más exactos entre medias de los muslos, cortesía de Ari, unos vaqueros de color azul claro y mis inseparables Adidas Superstar. Después de vestirme me dirigí hacia el baño, donde se encontraba Odie, mi pequeño y jugetón dálmata. Lo acaricié mientras se dedicaba a morder mis zapatillas de ir por casa.

—Suerte que son las antiguas, Oddie, suerte —le miré mal mientras me secaba el pelo. Hacía un frío de narices ahí fuera, así que me negaba a salir con el pelo mojado—. No sé que voy a hacer contigo enano, soy demasiado blanda. —comenté soltando un suspiro mientreas le veía jugar.

Cuando termié de secarme el pelo, me percaté de que había recibido varios WhatsApps. Sonreí casi de forma inmediata al saber que eran de Ariana. Desbloqueé el móvil para leer el mensaje con mayor comodidad.

"Hey ____, me lo pasé genial
anoche, y creo que tú también"

"El caso, ¿te apetece comer
conmigo? Si es así, quedamos
en Chef's Table at Brooklyn Fare, todo corre a mi cuenta"

Claramente si ibas con Ariana Grande, no podías comer en cualquier sitio, oh no, claro que no, debías comer en el sitio más malditamente caro de la ciudad que nunca duerme. Le contesté a los mensajes, naturalmente aceptando la propuesta. Revisé la hora. Eran las doce y media, por lo que tenía un rato para hacer lo que quiera. Tal vez os preguntéis, ¿vas a ir vestida con sudadera, vaqueros y zapatillas al restaurante más caro de New York? Pues mi respuesta es sí, lo siento, pero nunca sido de arreglarme, a demás Ariana ya me ha dicho en varias ocasiones que simplemente sea yo, bien, pues esta soy yo.

Antes de salir del baño me volví loca buscando algo de maquillaje para tapar la diversión que tuve ayer con la cantante, que a decir verdad, no era poca. Al no encontrar nada, me vi obligada a tragarme el orgullo e ir a casa de mi vecino a pedirle maquillaje. No era suyo, era de su novia, aunque, si fuera de él, yo no tendría ningún problema. Al ser un momento, decidí coger las llaves y salir sin nada más puesto. Me arrpentí de eso al instante. El frío atacó rápido, haciéndome estornudar. Lo ignoré y me quedé admirando el paisaje un par de segundos antes de ir a casa de mi vecino. Llamé al timbre y esperé temblando a que abriera la puerta.

—¿____? —preguntó sorprendido— ¿Qué demonios haces así vestida pequeña?

"Pequeña" Así me llamaba Ariana todo el tiempo. Debo admitirlo, me sacó una sonrisa.

—No te preocupes por eso Joshua —respondí restándole importancia a ese tema—, he venido para ver si me podías prestar un poco de maquillaje, porfavor.

—¿Maquillaje? Pero si tú nunca te maquill... —hizo una pausa reflexionando y sin dejar de mirarme, despúes abrió los ojos y sonrió de forma cómplice, como si supiera un secreto que nadie más sabía— Oh, claro maquillaje —bien, definitivamente debían notarse demasiado las marcas de mi cuello—, pasa dentro, que te vas a helar, ahora te traigo el maquillaje para que te tapes lo que te hizo Ariana ayer por la noche. —maldije mentalmente, ¿éste chico no podía ser más directo o qué? A pesar de ello, no podía quejarme, siempre me había ayudado.

Su casa era como la mía, pero más humilde. No podéis culpar a alguien por poder permitirse algún capricho como Gucci o Louis Vuitton. En fin, Joshua volvió con el maquillaje en las manos.

—¿No sería mejor que fueras al baño? Ya sabes, por el espejo y eso...

Asentí, pues tenía razón. Con permiso del anfitrión me dirigí el baño. No me hizo falta que me indicara dónde era, pues no era la primera vez que venía a su casa. Una vez dentro me aseguré de cerrar la puerta y me quité la camiseta, no quería mancharla ya que le iba a usar para la quedada con Ariana. Me dispuse a abrir el bote de maquillaje y a echarme un poco en una pequeña esponja para ir esparciéndolo por mi cuello. El sonrojo había salido a relucir cuando me acordaba de lo que había hecho ayer con ella. Los gritos y los gemidos pidiendo por más resonban por toda la habitactón. Me alegro de no vivir en un piso, porque si lo hiciera, mis vecinos quedarían traumados. Solo de pensar en Joshua quería reír y llorar la mismo tiempo. Una vez terminé de aplicarlo todo esperé a que se secara el maquillaje para volver a colocarme la camiseta y salir de allí.

𝕺𝖓𝖊 𝕾𝖍𝖔𝖙 𝖋𝖆𝖒𝖔𝖘𝖆𝖘 𝖞 𝖙𝖚 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora