Pensando En Ti || Chriserick

IX

Recuerdo perfectamente la navidad del año 2007.
¿Cómo podía olvidarla?

. . .

Entre todos los niños y las chicas que nos cuidaban armábamos el árbol de navidad.
Estábamos todos notablemente emocionados, no sabíamos cómo, pero de alguna manera Santa Claus ingresaba en la noche al orfanato y nos dejaba muchos regalos.
¿Cómo cabían en su bolsa más de 54 regalos?

—Erick, ¿No estás feliz? —preguntó Chris tomando mi mano mientras admiraba el gran árbol.

—Sí, mucho —me giré a verlo. El brillo de sus ojos lograba una gran emoción en mí.
Christopher se había convertido en mi refugio, siempre que estaba mal lo buscaba a él y de alguna manera cuando estaba entre sus pequeños brazos me sentía muy bien.

—¿Qué te gustaría de regalo?

—Algo que me sorprenda.

—Interesante —reí.

—Te quiero —dije y lo abracé.

No sabía qué hora era cuando Christopher me despertó en la madrugada.
Todos estaban durmiendo y yo que no reaccionaba a lo que me decía.

—¿A dónde vamos? —pregunté mientras refregaba mi ojo con mi mano libre, la otra estaba ocupada siendo arrastrada por Chris hasta quién sabe dónde.

—A las escaleras.

—¿Para qué?

—Ya verás.

Me sentó en uno de los escalones de la parte media, en la tercer escalera.
No soltaba mi mano.

—Erick.

—¿Qué pasa?

—Yo... te quiero mucho y como ya te dije antes, tú eres mi familia. Esto nunca te lo dije, pero tú eres la persona que yo más quiero en todo el mundo, para mí no hay y nunca habrá nadie como tú.

—Chris... —sentía mis lágrimas aproximarse.

—Para mí no hay nadie más bonito que tú. Me gustas, Erick.

Al oírlo decir eso sentí a mi corazón comenzar a trabajar con velocidad y cómo mis mejillas se enrojecían.
Se acercó y con cada centímetro que se restaba entre nosotros el dolor de estómago que sentía se hacía más grande.
Depositó un pequeño beso en mis labios, un inocente besito de niños que lo fue todo para mí.

—Feliz navidad —dijo con una sonrisa que se me contagió sin necesidad de que transcurrieran ni dos segundos.