XI

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Yo le había dicho que no prometiera nada.

Él fue un terco y no quizo cambiar sus palabras.

.

El año 2008 ya había comenzado.

Mi año iba perfecto, no podía estar más feliz.
Mi felicidad se definía en Christopher.

Pasábamos todo el tiempo juntos, abrazados, oyéndonos y hablándonos.

Todo iba bien,
pero tuvo que pasar lo que tanto evitaba.

—Erick —llamó Melody algo triste.

—¿Qué pasa? —pregunté tomando la mano de Chris algo asustado por su tono de voz y mirada.

—¿Puedes venir conmigo un momento?

—¿Para qué? —consultó Christopher adelantándose un paso, algo protector.

—Lo buscan.

—¿Quién? —dije yo esta vez.

—Una familia quiere verte. Ven.

—No, no voy —me negué aferrándome a Christopher.

—Erick, por favor —pidió.

—No, Melody, diles que no.

A todo eso Christopher permanecía en silencio, pensativo.

—Erick —se acercó.

—Mel-

—Erick, ve —me interrumpió Chris sorprendiéndome.

—C-Chris.

—Ve —dejó un besito en mis labios.

—No, no voy a ir.

—Hazlo por mí, por favor —rogó.

Lo miré y asentí.
Me solté de él y fui con Melody al primer piso.

Se notaba que esa mujer y ese chico eran buenos.
Me hablaban con un tono dulce, me prometieron muchas cosas.
Al parecer quedaron encantados conmigo.
Yo no estaba encantando.
Yo no quería irme.

—¿Y? —preguntó una señora que, por lo que oí, los había estado viendo durante unas dos semanas, seguramente se habrá fijado su casa, sus trabajos, sus estudios, qué sé yo.

—Es muy bonito —dijo la muchacha sonriéndome y acarició mi mejilla.

—Perfecto —les sonrió la misma señora—. Erick, ¿no? —me preguntó y asentí—. Ellos van a ser tu mamá y tu papá, ¿sí?

—¿D-De verdad?

—Sí.

Yo había comenzado a llorar y ellos malinterpretaron la situación, creyendo que yo lloraba porque por fin tendría la familia que quería, aunque yo lo hacía porque dejaría a mi única familia.

—Mi vida —me abrazó la chica—. No llores, cariño—limpió mi rostro.

Me tuvieron un ratito más allí y luego me hicieron subir.

—¿Qué pasó? —preguntó Chris.

Mis lágrimas no resistieron y al cabo de un segundo ya estaba llorando en sus brazos.

—Mañana me voy. ¡No quería ir, Chris! —dije enfadado y me alejé. Él lloraba—. Tú dijiste que nos iríamos juntos, lo prometiste aún cuando te dije que no lo hagas y he creido en esa promesa todo este tiempo.

—Lo sé —limpió sus lágrimas—. ¿Crees que yo quiero que te vayas?, pues no. Pero aún así yo quiero lo mejor para ti.

—Chris —mi llanto aumentó y ahora él me abrazó—. No quiero irme, no quiero dejarte. ¿Y si nunca vuelvo a verte?

—Yo voy a encontrarte si eso pasa. Lo prometo.

—Deja de prometer cosas.

—Prometo que nunca dejaré de quererte, voy a encontrarte y seguiremos siendo novios.

—Ya basta, Chris.

—Erick, prometeme que nunca me vas a olvidar.

—Nunca lo haría.

—Prometeme que serás feliz.

—Yo quiero ser feliz cont-

—Erick.

—... Sí, Chris, seré feliz.

Pensando En Ti || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora