Capitulo 3 Una declaracion muy toxica

19 1 0
                                    

ITXASO

Me desperté cansada y aturdida, pero después de un breve momento recordando todo lo que paso anoche, sonreí, sabiendo que había sido una gran noche. Miré, a mi alrededor, y supe enseguida que estaba en la casa de Isoken. Vi como Tsehai estaba en el otro sofá, durmiendo.

Me levante, para ir al servicio, y vi la puerta del cuarto de Isoken abierta, y se me hizo, raro, me asome, y mire como ella estaba tumbada boca arriba, con la mirada perdida mientras que se fumaba un cigarro. Me acerqué a ella, y me senté en la cama.

- ¿Qué te pasa? - le pregunte, ella giro la cabeza, y se apartó dejándome sitio en la cama. Me tumbe al lado de ella, y me dio un cigarro nuevo- gracias

-He tenido un sueño- aspiro- encontraba novia, y me casaba con ella- suspiro el humo- teníamos hijos, y cuando nuestros hijos se casaban tenían sus hijos, y yo era una de esas super abuelas, lo único que quería era estar al lado de ellos, mientras que los veía crecer.

No sabía exactamente lo que me quería decir, pero su tono melancólico me demostraba que no era una broma de las suyas.

- ¿Y? - le pregunte, ya que lo que ella decía era una vida normal y corriente.

-Esa vida es, simple y aburrida, pero feliz, nunca había aspirado a tener algo así en la vida, pero en ningún momento de mi sueño, me he sentido mal por eso. -aspiró el cigarro

-Me da que esa, no es lo que te preocupa realmente, ya que, aunque tengas una vida muy emocionante, siempre queremos un sitio la que volver, a nadie le gusta estar solo- eche el humo – y menos tú, que nunca te ha gustado la soledad. - se rio

-Para que tu tengas que decirme eso, será que me estás viendo muy jodida- se acabó el cigarro- vamos ¿quieres que te haga un desayuno, saludable- hecho una risa perversa

-Vamos, por una vez que pareces humana, vas y lo estropeas- mire el cigarro que estaba a punto de acabarse- tu no decías que, para fumar en esta casa, había que ir al balcón o en la ventana - se rio

-Ostia puta, es verdad

-Y se supone que nadie puede entrar en tu cuarto, y mucho menos entrar en tu cama- la corte

-Ya, pero tú ya sabes que eres especial, además la última vez, ya te di el permiso de poder entra en mi cama... cuando quieras. - susurro la última parte

-Sabes...

-Tranquila- me corto- ¿recuerdas lo que me dijiste? - me giño- nadie creerá ninguna palabra que yo diga-se empezó a levantar de la cama.

-Así dicho, parece que seas...-se quedó encima de mí

- ¿Nos duchamos juntas? O ¿te pones solo un delantal para que cocinemos juntos el desayuno? - le di una ostia en uno de sus muslos, se apartó- al menos dame un besito, además que te guardo tu secretito

Me levanté y salí de su cuarto asqueada por ella, pero feliz al mismo tiempo. - Una cosa, antes cuando estaba medio dormida ¿con quién hablabas? Te he escuchado hablando por teléfono.

-Si me das un besito, te lo digo- me buso morritos

-Nunca puedes actuar como una persona normal, mejor te dejo sola con tu estupidez- me marche

Después de ir al baño fui a la sala, y Tsehai se estaba retorciéndose de... ¿placer? Mientras que estaba babeando toda la almohada.

-Tu, tu, Tsehai que lo estas mojando todo- la desperté

- ¿Qué? - me dijo medio dormida

-Itxaso ¿Qué pasa? - me pregunto Isoken

-Tsehai, que se estaba moviendo, todo raro, y te lo ha babeado todo- le dije

-Pero qué pillín, ¿te estabas masturbando en mi sofá? - dijo Isoken, y me empecé a reír

-No, yo diría que ha sido, un sueño húmedo- Isoken empezó a silbar cuando me escucho decirlo, y Tsehai, se quedó sin decir nada, se levantó avergonzada y se fue al baño.

-Joder, bueno ¿nos echamos otra? - dijo Isoken sacando el paquete de Winston largos que tenía.

Aunque nos acabásemos de echar una hace nada, acepte con la cabeza, salimos al balcón y nos sentamos en el sofá.

ELENE

Patata sonrió inocentemente y comenzó a irse. Mientras que me pellizcaba las manos para no llorar y sentía que podría vomitar en cualquier momento, pero me arme de valor y dije:

-Espera- se me salió una lagrima- ¿me estas rechazando? -mire mal a Rebeca para que se fuera, ella lo entendió, y se fue después de darle dos besos a Patata

-Mira Elene eres, muy... - se quedó callada por un instante mirándome de arriba abajo- maja

- ¿Maja? - me reí- ¡maja! - reí más alto- Patata yo te quiero, y aunque ahora mismo me estés partiendo el corazón, te sigo queriendo. - solloce entre carcajadas irónicas.

-Tu ya tienes novio- me toco el hombro- y es lo mejor que podría pasar, porque ahora mismo no estoy preparada para tener ninguna relación. Tengo que encontrarme a mí misma y si ahora misma saliésemos juntas te aseguro que solo te haría más daño, y jamás serias feliz al lado de alguien como una persona como yo.

Recordé como Isoken me conto, como Patata rechazo a Tsehai, y ahora me estaba diciendo lo mismo a mí, solamente cambiando algunas cosas.

-Ni siquiera te importo lo suficiente para que me rechaces de una manera más original- la mire a la cara- ¿Tan poco te importo?

-Elene...

-Yo te he demostrado todo lo que te quiero, cuando estabas triste y nadie quería saber de ti, yo estaba ahí, cuando volviste a recaer en lo...- al igual que yo la había cortado ella me corto

- ¡Oye! ¿Es esa tu amabilidad? - me soltó- ¿vas a reprocharme toda tu amabilidad por la cara? ¿Era algo como un plan? ¿Cuándo yo estaba mal estarías ahí para que me enamorase de ti? Supongo que te juzgue mal- suspiro- ¿Sigues con saliendo con Samuel? - esa pregunta me sorprendió y me quede boquiabierta

-Si...

-Ni te molestes en mentirme, porque antes de venir aquí me he asegurado de saber, si me ibas a mentir o no. - me lo dijo con rabia

-Si ya sabias, por qué te había llamado ¿porque has traído a Rebeca? - le pregunte con toda la impotencia, que se podría tener.

-Pensaba que si lo hacía te rendirías, o que sabias por donde iban los tiros y que te darías por vencida. Pero parece que no- me miro con desprecio- si hubieras dejado a Samuel, hubiera pensado que tus sentimientos son reales, pero al parecer no es así. ¿Te estás dando cuenta que estas dejando en segundó plato a Samuel? - mientras que ella decía esas duras palabras mi lagrimas nunca cesaron- tu amor me da asco.

Me quede sin habla, y cuando ella se dio cuenta de eso, se levantó y se empezó a ir.

-Espera, no te vayas- se giró- ¿Quién te ha dicho lo de Samuel?

-Se dice el pecado, no el pecador- me guiño, para hacer menos pesado todo esto.

-Pero yo te quiero, por favor no te vayas- me seque las lágrimas- sabes que aparte de mí, no hay nadie más. ¡Nadie! Yo sé todo de ti, cuando te despiertas, cuando te gusta algo, cuando... ¡Lo sé todo!

-Cuando madures, y cuando tu amor no sea tan toxico llámame- se marcho

Encontré un banco donde la gente no solía ir, y me quedé sentada ahí, pensado con furia quien le hubiera dicho a Patata lo de Samuel.

Isoken me llamo diciéndome que en su casa se encontraban Itxaso y Tsehai, y que yo me uniese. Al no tener ganas de encerrarme en mi cuarto acepté la invitación, y me dirigí a su casa. 

What won't be saidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora