What won't be said

Capitulo 4: Me mentiste...

ITXASO

- ¿Con quién crees que estaría soñando? Porque eso era un sueño erótico fijo- le dije a Isoken

-La verdad es que no sé, pero ya te gustaría ser a tu ¿eh? - se rio a carcajadas

- ¿Siempre tienes que ser así? ¿Cortando todo el rollo?

Enciendo el cigarro sin saber, si debería contarle mis cosas a Isoken, ya que tenía boladas de largarlo todo por ahí, aunque sus consejos solían ser muy buenos. La miré, y mientras que se fumaba su cigarro, y veía las vistas de su casa, supe que me tenía que arriesgar.

- ¿Te acuerdas como hablamos de Patata? - le pregunte, Isoken afirmó con la cabeza.

-La verdad es que eres la única, que me ha dicho algo negativo de ella- se lo pensó- bueno algo negativo sin ninguna malicia encima- al ver como decía eso, pensé que era una conversación seria, Isoken no estaba diciendo ninguna chorrada, ni nada por el estilo- la verdad es que, eso dice mucho de ti

Me sentí mal cuando me lo dijo, ya que ella me estaba juzgando, con una mentira que le había dicho.

-Ojalá fuera como tu pensases que soy- deje de mirarla, mire atrás por si Tsehai se encontraba en la sala, pero al ver las cortinas tapando la sala, y no haber escuchado la bomba, pensé que Tsehai todavía estaría en el baño- si te digo la verdad, hasta ahora, ni siquiera sé qué relación tuve con Patata.

- ¿A qué viene eso ahora? ¿No decías que te daba igual? - me pregunto.

- ¿Por qué has llamado antes a Elene? - la volví a mirar- ¿Con quién estabas hablando antes por teléfono? - cambie de tema asustada, por su reacción.

-Ya que estas con tantas preguntas... ¿A qué venía eso de entrar en mi cama? ¿A qué viene eso de tenerme controlada? - siguió fumando- Si quieres decirme algo, dímelo y punto.

- ¿A qué viene todo esto? - me pregunte en voz alta. Sabía perfectamente lo que le quería contar a Isoken, pero supongo que, en el último momento, me he sentido como un ratón acorralado por una víbora- La última vez te dije que Patata me parecía una niña mal creída y engreída, pero la verdad es que no hablaba de ella- mientras que Isoken seguía fumando me seguía escuchando sin interrumpirme. Pero yo me calle.

- ¿Me mentiste? - dijo Isoken- Itxaso, ¿Me mentiste? - hizo una pausa para que me explicase. - Pensé que entre tu y yo no habría mentiras, y ¿ahora me vienes con eso? Nos lo prometimos ¿te acuerdas?- me enfade que me reprochara eso, ya que ella casi nunca por no decir nunca, me decía nada.

-Qué cara tienes, ¿tú no me dices nada de tu vida, y yo tengo que ser sincera contigo? Pensaba que entre las dos no nos juzgábamos, pero al parecer tu siempre lo has hecho – le dije con toda la calma que pude tener en aquel momento

- ¿Ya sabes que yo...? ¿Espera, cuando te he juzgado yo? Si... - me empezó a decirme, pero la corte, ya que me sentía super atacada, solo porque no le contase toda la verdad no se convertía en mentira ¿verdad?

- ¿Que tú qué? - masculle

-Pero déjame acabar todo, ¡joder! Eres tú la única aquí me quiere contar algo, y si te ha ofendido que me sintiera mal que acabe de descubrir que me estabas mintiendo, pues, lo siento, pero así es como me siento. Y como al parecer no puedes tener más paciencia conmigo pues...

-Me acosté con ella – salte- ¿contenta? - Isoken se quedó boquiabierta - Lo disfrute, aunque en ese momento supiera que Elene y Tsehai lo estaban pasando mal por ella, y lo disfrute igualmente ¿No crees que soy una persona despreciable? Ni siquiera me siento mal por ellos, esas cosas pasan y punto.

- ¿Ella te...?

- ¡Buenos días! - nos cortó Tsehai alegremente

-Lo que me faltaba, la de los sueños eróticos. ¿Sabes qué hora es? Ya no estamos de día- no lo niego, la verdad es que quizás me pasase de borde con ella, pero en ese momento me dio igual. Me acabe mi cigarro y entre al salón con la curiosidad de saber que me iba a decir Isoken

En ese momento tan confuso sonó el timbre. Fui a abrir la puerta. Era Elene que tenía los ojos llorosos, pero con una sonrisa, muy bien fingido. Pero cuando Tsehai e Isoken entraron e Isoken le pregunto por los ojos, entro, abrazo a Isoken y empezó a llorar, como si fuera la lluvia que cae en una tierra donde había sequia durante un largo periodo.