Capitulo 10 Desde la semana pasada...

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PATATA

Dos días después de que le rompiese el corazón a Elene me sentía extrañamente relajada, supongo que sería porque estaba sola en casa.

Aunque aquel día tenía clase no fui. Esperaba tener un día vago, en el que apenas saliese de la cama, pero cuando sonó el timbre, todos mis planes se fueron al garete.

Abrí la puerta pensando que sería el cartero o algo por el estilo, pero al ver a Isoken, me sorprendí.

Mientras que ella pasaba, le dije:

-No te esperaba

-Ya, pero bueno- entro al salón, se quitó el abrigo y se sentó en el sofá- me duele demasiado la mano, y como estoy sola en casa... No puedo ni cocinar...

-Tiene que ser una putada, además la mano buena ¿Cómo te paso eso? - le pregunte, ya que la herida tenía mala pinta.

-Bueno...- se quedó pensando- asido un mal entendido- hecho una risita- Que más da, hazme mimitos...- intento cambiar de tema, pero yo no lo quería dejarlo ahí.

- ¿Cómo que un mal entendido? -la miré a los ojos y pensé que no me lo quería contar- cuéntamelo, vamos ¿no decías que confiabas en mí?

-Karma- respondió, se puso cómoda, como si la conversación ya habría terminado.

-Ya sé que eres mala, pero dudo que el Karma te haya dejado la mano así- le solté- Anda cuéntamelo...

Lentamente uso su mano herida para tocar la mía en signo de confianza y dijo:

-Elene sabe que yo te conté lo de Samuel, me enfadé y la intente ahogar, Itxaso nos interrumpió, Elene se fue, una cosa llevo a otra, saco un cuchillo y me corto. -soltó mucha información de golpe

- ¿Tienes pruebas de ello? -le pregunte, evitando por qué Itxaso le había cortado.

-Si ¿pero...? Tengo que preguntártelo ¿por qué no me contaste que te habías acostado con Itxaso? Pensaba...

-Fue tan insignificante, que se me olvido- mentí- creo que se piensa que ella ha sido mi primera vez- me reí.

- ¿Te importaría que la gente se enterase? -me pregunto, y sentí un nudo en la garganta, solo quería estar tranquila, sin que Isoken se alterase- aunque confiaba plenamente en ella-

-Siempre puedes contar conmigo- me senté cómodamente al lado de ella- haz lo que tengas que hacer

-Se está acercando una movida que explotara en cualquier momento, y sé que no debería preguntártelo, pero igual sientes algo por Itxaso... ¿De qué parte...?

-Ni me lo preguntes, me ofende que me lo tengas que preguntar todavía. Siempre estaré de tu parte, no importa lo que pasase entre Itxaso y yo, además Itxaso es muy cobarde para admitir sus sentimientos.- la interrumpí.

Me dio unas palmadas en la espalda, en signo de cariño. Pero no pude evitar hacer una mueca de dolor, porque me dolía la espalda e Isoken lo notó.

- ¿Qué te ha pasado? -me pregunto, hice un movimiento de negación- enséñamelo- me dijo, pero yo seguía sin quererlo- que me lo enseñes- me lo exigió, y tuve que aceptarlo. -Supongo que en el fondo quería enseñárselo-

Me levante, me quite la camiseta, me cubrí las tetas con la mano, porque no me puse sujetador por el dolor que sentía en la espalda.

- ¿A vuelto a...?

-Si, desde la semana pasada- la corte, porque ya sabía cómo iba a acabar la pregunta y no quería escucharla, ya que, ya sentía como mis lagrimas podrían salir en cualquier momento. Intuí que ahora me preguntaría el porqué, asiqué quise adelantarme y contárselo. -Me pillo besándome con una chica, y la reacción que tuvieron al verme...- pensando en la cara que me pusieron me estremecí. Busque fuerzas de cualquier parte para contarle lo que le tenía que contarle ahora, ya que, con solo recordarlo, tenía ganas de acabar con todo...- "Es una prueba que nos ha puesto nuestro señor, y no todos somos los suficientemente fuertes para superarlo" me dijo mi madre, para consolarme. "Estás enferma, y nosotros te ayudaremos, porque ahí fuera nadie podrá hacerlo. Por qué, lo que tu padeces no tiene cura" me siguió diciéndome mi madre, mientras que mi padre no podía ni mirarme con la normalidad de antes. Cuando mi madre se fue, agotada por la situación, mi padre me dijo "Lo que te ha dicho tu madre es verdad, pero esa tontería de ir besando chicas, te la quitare con mano dura" "Escúchame, porque parece que no comprendes la gravedad de la situación, eres anti-bíblica, antinatural, una perversión,..." - paré, y empecé a llorar, porque al citar, todo lo que me dijo mi padre, la situación me supero, pero aun así quise continuar- "...una desviación y una aberración que ni siquiera es capaz de tener hijos y gente como tu llevara el mundo a su fin, asiqué como no cambies dejaras de ser humano" "Por favor, ponte en mi situación... Si tus hijos fuesen una desviación, que dios no lo quiera... ¿Cómo te sentirías?"

Isoken se levantó, con la intención de tranquilizarme, pero seguí hablando:

- ¿Sabes que es lo peor? Mientras que me golpeaba me decía que a él le dolía más, ya que yo acababa de mancillar a la familia y que el disgusto que el sentía, era mayor que mi dolor y que algún día lo podría entender. - cada vez me costaba más respirar.

-Tranquila, buscaremos una salida- me dijo Isoken

- ¿Cómo te a través? Se que muchas veces, me comprendes mucho, ¡mejor que nadie! Pero... pero en esto ¡no! -la mire a sus ojos y ella me miro apenada. Isoken puso mi cabeza en su pecho y con ese gesto comprendí que ella, quería que me desahogase y que me tranquilizase.

-Te entiendo mejor que nadie, con todo lo demás y con esto también, te entiendo tanto que me duele todo solo con verte en esta situación, pero mejor hablamos luego- me acabo diciendo, y por un momento pensé que ella también lloraría, pero no. Mientras que me acariciaba la cabeza, y yo, sin camiseta, empapando la suya con mis lagrimas e incontrolables llantos, intente tranquilizar mi respiración.

Con el dolor que sentía en mi espalda y que ella sentía en su mano, comprendí que nosotras dos nos comprendíamos mutuamente en lo absurdamente injusto que era esa vida.   

What won't be saidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora