Capítulo 1

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<<Sus manos recorrieron mi espalda provocando que mi cuerpo se estremeciera al tacto. Estábamos tan cerca que nuestra respiraciones parecían una sola. Alex rozó su nariz en la mía y mi cuerpo se movió hacia él pidiendo más. De rrepente, la fuente que parecía proveerle el calor a mi cuerpo pareció acabarse y un frío empezó a acariciarlo. Abrí los ojos —que hasta ahora me daba cuenta que los tenía cerrados— lentamente y pude observar cómo unos hermosos ojos azules me miraban con burla. Al principio no entendí nada, pero después su sonrisa ancha y perfecta pareció haberme abofeteado en la cara dos veces. Había caído en su trampa.

—Te dije que no serías la excepción. –Dijo burlándose en mi cara...">>

—¡OH POR DIOS! ¡QUÉ VERGÜENZA! –Grité eufórica por aquella lectura tan candente. —Tantas veces que le dije a Anna que no se dejara llevar, que iba a caer. ¿Por qué no me escuchaste Anna? –Le reproché al celular como si pudiera responderme. —Aunque no la culpo porque Alex está para secuestrarlo y volverlo un escla...

—Otra vez estás hablando sola Jane. –La voz de mi madre interrumpe mi reflexión. —Creo que consideraré enviarte a un psicólogo. –Ríe acercándose a mí.

—já já já –reí sin gracia.—Si tan sólo leyeras comprenderías por qué reacciono así. –Le reprocho divertida y ella ríe mientras se sienta al borde de mi cama. Pone las manos en mi celular y con suavidad me lo empieza a quitar. De inmediato siento el peligro por lo que hago el Intento de forcejear para mantener mi celular en mis manos, pero no logro hacerlo, pues ella ya lo tenía en las suyas. —Mamá...–digo en cuanto sé que ya no hay oportunidad de quitárselo.

—Cariño, enserio me preocupas. –dice. —No es bueno que te la pases todo el tiempo metida en el celular leyendo quién sabe qué cosas.

—No le estoy haciendo un mal a nadie. –digo bajito.

—Pero a ti sí. –replica. —Mírate, ya son las cinco de la tarde y aún no te has bañado. Tú nunca hacías eso. –me quedo callada. Sólo me observo y la vergüenza me invade. Desde ayer en la noche no me he bañado, ya casi cumplo veinticuatro horas ¡qué horror!

—Tienes razón madre, pero por favor no me quites el celular, prometo mejorar, ya no gastaré tanto tiempo en Wattpad. –le pongo cara de cachorro para convencerla como siempre, pero no da su brazo a torcer lo cual me sorprende de sobre manera.

—Claro que mejorarás y ya no gastarás tanto tiempo en esa dichosa aplicación. Pero yo me encargaré de que eso se logre. –dice, se para de la cama y se empieza a retirar por donde vino. Rápidamente me levanto yo también detrás de ella. No puedo dejar que se me lo lleve, ya van a actualizar "La excepción" y quiero estar al día, estoy en la parte emocionante y no me puedo perder ningún detalle. Además ya va a salir en físico "Tres días para sobrevivir" y sin mi celular no me podré dar de cuenta en qué termina y odio quedar con la incógnita.

—Mamá, podemos negociar esto, por favor. –le pido deteniéndola del brazo . —yo misma me encargaré de manejar el tiempo que dedico a Wattpad.

—Ya dijiste eso más de una vez. –recuerda.

—Es que no me puedo quedar sin celular.

—Es que no te vas a quedar sin tu celular, bueno, no por mucho tiempo. –reflexiona. —Sólo me lo llevaré por unas horas para bloquear todo acceso a esa aplicación para que no tengas acceder a ella por ningún medio. –finaliza y se va dejándome sin oportunidad de replicar o rogarle para que cambie de opinión. Me quedo mirando a la nada pensando en todos aquello capítulos que están por salir, de lo bueno que estarán y de que me los voy a perder. Me giro suavemente hacia mi cama y dejo caer mi cuerpo en ella derrotada.

¡Yo Sólo Quería Mi Cliché! © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora