C I N C O

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Nena ven aqui quiero darte too' mi amor, sufres cuando te alejan de mi dile que se pongan en tu posición》

Changbin obtuvo respuesta del pecoso a las 11 de la noche, cuando este ya había llorado bastante y se había tranquilizado del ataque de pánico que sufrió. Las respuestas del menor eran deprimentes a ojos del mayor. Se le notaba desanimado.

Lo llamó, esperando de corazón que le contestara. Así fue. Y pudo escuchar la voz quebrada del pecoso.

-¿Te hizo algo?- preguntó. El pecoso titubeó.

-No me pegó tanto, pero.. m-me cacheteo y me tiro un poco el pelo.- dijo tembloroso. -Me castigo dos semanas sin salir. Y aho-ahora esta discutiendo con mi mamá.- dijo. -Probablemente me quité este celu, pero te voy a hablar de otro si eso pasa...

- Yo no entiendo que hicimos de malo... ¿Sólo porque no soy igual a tí? ¿Por qué yo no tengo plata? -preguntó con rencor. Felix sollozó.- No llores, bebé. No quería hacerte llorar...

-Es que me da rabia. ¿Qué hicimos mal?- preguntó.- Solo era un beso, que a nadie le hacía mal...- dijo.

-Si po. No tenía na de malo...Pero asi es tu viejo po. Y si yo quiero estar contigo, es algo a lo que me voy a tener que acostumbrarme.

-Espero que mi mamá lo haga entender. - dijo en voz baja. La cerradura comenzó a sonar, señalando que le estaba sacando la llave desde afuera.-Que sea mi mamá, por favor.

Pero, no, era su papá.

-¿Y seguí sin hacerme caso?- preguntó.- Acaso, ¿tan poco respeto teni por mi cabro conchetumadre?- Felix sujeto con fuerza el teléfono.-Por la mierda, Yongbok. - dijo y se acercó, quitándole el teléfono.

-¡No! ¡Pero papá!- se quejó con miedo.

-Espero que no hayai estado hablando con ese picante o te saco la cresta weon. ¡Te saco la cresta!- El joven comenzó a llorar, esperando su castigo.

La llamada seguía en curso. Sin que el pudiese decirle que se calme. Su papá reviso la llamada y tiró del pelo de Felix, dándole diversos golpes y este quejándose de dolor y pena.

-¡Oye sueltalo!- gritó Changbin, jalandose el pelo, con el teléfono en la oreja. Podía oír perfectamente los golpes del señor Lee en el cuerpo de su hijo. Escucho un grito femenino, probablemente de la mamá del pecoso. -¡Sueltalo weon!- gritó, pero la llamada se corto. El teléfono había sido lanzado a la pared. Llamo repetidas veces, para saber de su bebé. Nada pasaba.

Felix lloraba en su cama sin detención alguna. Su papá se había excedido con los golpes, dejándolo realmente pal pico, delicado de todas partes gracias a las patadas y diversos manotazos que le dio. Su mamá entró a la pieza, abrazandolo por atrás, dando caricias en su pelo.

-Mi bebé, perdón, no pude ayudarte.-dijo, con sus ojos llenos de lágrimas.

-¿Qué tiene de malo que me guste Changbin? Mamá, el me trata bien, el me hace sentir feliz... ¿Por qué eso le molesta a este weon?- preguntó, apretando los dientes.

-No sé, hijo. No sé que tiene en contra de ese niño.- dijo acariciando la cara del menor, quién se giro despacito, para esconderse en el pecho de su mamá. -Pobrecito mi bebé, mira como te quedo tu carita.- dijo.

-Lo peor es que estaba hablando por teléfono con él, debe haber escuchado todo. -su mamá le paso su teléfono llendo a cerrar con pestillo.

-Llámalo.- dijo. Felix asintió y marcó el número de Changbin. En tres tonos, le contestó.

-¿Aló?

-Binnie...Soy el Felix. Este es el número de mi mamá.

-Felix, bebé. ¿estai bien? Pero la pulenta.- dijo preocupado, poniéndose de pie enseguida del sillón. Comenzó a caminar por el living.

Yo soy de calle 《Changlix》 》Chilensis《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora