Capitulo Seis: Mañana de Esperanza

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25 de Diciembre de 1934



Esta mañana no llegó, como ninguna otra; tan pronto como las manecillas del reloj marcan los números siete y doce, florece un tono agudo que interrumpe cualquier sueño antes de su fin. Lentamente y de mala gana, me descubrí la cara. Pero los destellos de luz que entraban por la ventana deslumbraban y me llevaban de regreso a mi cueva. Cuando finalmente tuve las fuerzas para párame, me froté los ojos antes de estirar los brazos por encima de mi cabeza. Con cansancio, vislumbré mis pies colgando antes de recordar la fecha de hoy. Rápido pero silenciosamente, me puse mis pantuflas y me dirigí al baño para refrescarme. Antes de bajar y encontrarme con la vista más rara ante mí, donde todo ocurre adornado junto a un árbol con regalos a sus pies.

"Jack," murmuro, sorprendida cuando lo veo salir de la cocina. Ha pasado un tiempo desde la última vez que lo vi. Lo último que escuché de él fue que estaba viajando por el mundo. Paulina no estaba muy entusiasmada con la decisión, pero la felicidad de su hermano la dejó tranquila.

"Buenos días, pecosa. ¿Por qué levantada tan temprano?" Preguntó con una expresión traviesa. Lamentablemente conocía esa sonrisa y solo significaba una cosa, problemas.

"Iba a preparar el desayuno. ¿Qué estás haciendo aquí?" Pregunto mientras trato de pasar a la cocina, solo para que bloquee mi camino. El olor de su cercanía me resultaba familiar, como un viejo recuerdo.

"¿Por qué, te molesto? ¿No te alegra verme?" Jack coloca su mano sobre su corazón. El acto no fue nada fuera de lo común; fue el comienzo de un juego, un juego que estoy destinada a perder a toda costa. Ya que los viejos trucos son difíciles de olvidar.

"Por supuesto, estoy feliz de verte, ¿por qué no lo estaría?" Aproveché para buscar apoyo. "Solo me tomaste por sorpresa eso es todo."

"No pareces sorprendida o feliz. Ni siquiera me has dado mi abrazo de bienvenida. ¿Así qué porque estás tan nerviosa? ¿Te incómodo o qué?" Jack inclina la cabeza mientras se apoya contra el marco de la puerta.

"¡Claro qué no! Sólo estoy un poco cansada, ¿eso es todo?" Expresé mientras creaba distancia entre nosotros. ¿Lo qué le pareció extraño, o no insistiría en obtener una respuesta mía?

"¿Por qué te alejas de mí entonces?" Afirma mientras se acerca lentamente. Al percibirlo de esta manera, pude reconocer lo poco que ha cambiado. Y cómo sigue llevando sus palabras y acciones como una forma de burla. Antes de que pueda acercarse más Paulina lo golpea detrás de la nuca y le tira de las orejas.

"¿Qué crees que estás haciendo?"

"Nada. ¡Ay, Paulina, eso duele!" Jack grita mientras intenta liberarse. Pero dado el control que Paulina tenía sobre él, no fue beneficioso.

"Candy, dime, ¿te estaba molestando?" Paulina pregunta mientras tira más fuerte de la oreja de su hermano. Jack me hace un gesto que no diga nada, pero no me sentí tan generosa.

"¡Es una molestia!" Sonreí maliciosamente. La mirada de Jack podría haberse convertido en otra cosa si Paulina no hubiera seguido regañándolo.

"Jack, ¡cuántas veces tengo que decirte que no molestes a los niños!" La forma que se comunican entre sí era como las conversaciones de un niño y un adulto.

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