Capítulo 6

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Ok. Todo perfecto. Estoy envenenada y se que no voy a morir pero igual da miedo. ¿Cómo no iba a tener miedo sí _______ estába viviendo en carne propiedad el envenenamiento por cadáver?

Los demás, al ver el tono de confianza de Wei Wuxian, eliminaron todas sus preocupaciones, no pudieron evitar escuchar sus palabras, respondiendo al unísono.

– ¡Sí!

Ante esto, Wei Wuxian presionó aún más.

– Tienen que hacer lo que les dija. Ser obedientes. ¿Entendido?

Este aplaudió y prosiguió a dar las siguiente orden.

– Levántense. Los que no están envenenados ayuden cargando a los que lo están, preferiblemente sobre el hombro. Sí solo pueden levantarlos, sobre su frente, recuerden colocar la cabeza y el corazón más alto que el resto del cuerpo.

Lan Jingyi tuvo una duda.

– Pero puedo caminar. ¿Por qué tenemos que ser cargados?

– Hermano, sí saltas, tu sangre va a circular rápidamente, y entrará al corazón más rápido. Entonces, no deberías moverte demasiado. Lo mejor es que no te muevas en lo absoluto.

Nuestra protagonista no pudo evitar soltar una pequeña risita. Mirar a los juniors quedarme inmóviles como una tabla, permitiendo que sus compañeros los levantaran, eso no era cosa de ver todos los días.

Un niño, que era llevado por otro discípulo de su Secta, murmuró.

– El cadáver que salpico el polvo venenoso realmente respiraba.

El chico que lo cargaba se quejó mientras jadeaba.

– Ya te dije. Sí supiera como respirar, sería una persona viva.

_______ al estár observando tanto el escenario, no se dio cuenta de que alguien se acercaba a ayudarla.

– Baoshan Qiu, con cuidado.

Lan Jia Li se había agachado para poder cargar a la protagonista. Pero, digamos que, esta estába un poco insegura.

– Apúrate, mientras más tiempo pase, el veneno recorrerá más tu cuerpo.

Después de aquellas palabras, ya no dudó y dejó que la cargaran.

– Gracias, Lan Jia Li.

– De nada. Sabés, tenemos que hablar de algunas cosas.

_______ tragó fuerte un poco de saliva. Algo iba a salir mal, lo presentía.

Al ver que todos fueron cargados, Lan Sizhui habló.

– Joven Maestro Mo, todos ellos han sido cargados. ¿A dónde iremos?

– Por el momento, definitivamente no podemos salir de la ciudad. Vamos a tocar algunas puertas.

– ¿Tocar las puertas de qué?

¡¿Joven Amante, hay algo más que tenga puertas, aquí, además de las casas?! _______ quería gritar eso pero Jin Ling siguió hablando.

– ¿Quieres que ingresemos a estas casas? Ya es muy peligroso afuera. Quién sabe qué cosas están escondidas en estás habitaciones, observándonos y esperándonos.

Con estas palabras, Jin Ling logró que todos se extremecieran de miedo. Para calmarlos, Wei Wuxian habló.

– Cierto. Es difícil decir sí fuera de las casas o dentro de ellas es más peligroso. Pero, como ya lo es en el exterior, el interior no podría ser peor. Vámonos. No hay tiempo que perder. Todavía tenemos que curar el envenenamiento.

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