Al llegar a Corea estaba más emocionada que un niño en un con un paquete de chocolate en sus manos, por lo que veía a cada paso que daba todo se me hacía igual que como lo había imaginado. Caminaba por las calles con las maletas en mis manos mirando a mis alrededores sin querer perderme detalle alguno, a cada lado que veía se veía comida deliciosa, ropa hermosa, coreanos hermosos y feos, y muchos posters de famosos promocionando algún producto, algún drama o algún video.
Después de unas horas de caminar con mis maletas en las manos para encontrar mi departamento, al fin lo encontré en un edificio alto de veinte pisos. Departamento número 801 piso 19. Un departamento pequeño, muy pequeño, nada especial ni mucho de que impresionar a excepción de esa vista donde se puede admirar el río y a lo lejos, muy lejos la torre N.
La mañana siguiente ya era hora del trabajo, entro por la puerta de cristal perdida, sin saber qué hacer y sobretodo nerviosa hasta el infierno.Algo capto mi atención; la melodía de una de las canciones de BTS rondaba por la oficina, gire por donde mi guiaba esa hermosa melodía. Una chica de cabello largo, oscuro y ondulado con flequillo recto tenía puesto los audífonos y supe que de ahí provenía aquella melodía perfecta; ¿Por qué? Su música estaba tan fuerte que podría escucharla hasta la otra calle.
Camine hasta ella y me pare frente a ella. No se dio cuenta de mi presencia ya que mantenía los ojos cerrados mientras movía su cabeza al ritmo de N.O.-¡Hola! –le dije con una sonrisa incomoda levantando mi mano en forma de un pequeño saludo americano-
-Me miro e inmediatamente se quitó su audífono. Me sonrío e hizo reverencia de 90° y yo la seguí haciendo lo mismo.- Hola…
-Veo que te gusta BTS.
-Y yo veo que tienes buen gusto para la música.
Nos miramos por unos segundos hasta que después unas sonrisas aparecieron en sus rostros.
-¿Eres nueva?, nunca te había visto por aquí.
-Sí, recién llegue, iba a la oficina del jefe pero la música de gran calidad me ah llamado.
-La chica rió- ¿cómo te llamas?
-Jade.
-Kim Do Yeon. –Sonríe-
Una mujer con el nombre de Kim Do Yeon, se convirtió en la primera de corea a la que le tome confianza que tiempo después se convirtió en mi mejor amiga que después en mi hermana de otra sangre, éramos inseparables, aparte del gusto por la misma música, teníamos todo en común que era impresionante.
Después de cuatro meses en Corea al fin pude lograr adaptarme a la vida en Seul, a la comida, a la gente, la cultura y al idioma gracias a Do Yeon. Esta mañana Do Yeon y yo salimos a buscar una casa cerca de Jongno-gu para las dos ya que vivir solas se nos hace aburrido para ambas. A la tarde a punto de rendirnos encontramos una bonita Casa Blanca con jardín y no dudamos en entrar a verla, espaciosa, con internet, cocina, baño y cuartos, era imposible decir que no.
Al pasar la semana el trabajo aumentó. El salir a pasear es casi imposible con el trabajo encima, llegan los fines de semana pero el cansancio se apodera de mí tanto que término acostada en mi cama para poder dormir tranquilamente.
Hoy es mi primer día de descanso en meses, un bonito día de primavera con flores de cerezo cayendo por las calles de Seúl. Estoy con Do Yeon y Soo Young en el parque del río Han, cerca del edificio 63 en un picnic riendo y disfrutando el momento observando las cometas de las personas en el cielo azul. Eran las cinco de la tarde y nos paramos para dar un paseo en la bicicletas, el bonito sol, el aire fresco no se podían desperdiciar.
Después de una hora de paseo mis pies ya no aguantaban más, siento que están a punto de explotar, volteo, veo una banca que está a pocos pasos de mí; tome el manubrio de mi bicicleta verde pastel y camine hasta esa suculenta y cómoda banca de concreto gris, me senté a disfrutar por un momento meneando mis pies quienes no tocaban el piso, cuando me di cuenta del silencio y de la falta de la voz de mis amigas levante la mirada y veo a ellas en sus bicicletas a unos cuantos metros alejándose de mí. No me quedo de otra más que esperar sola a que mis pies descansaran. Al pasar el rato, cuando el sol se había perdido en el horizonte y las estrellas llegaron junto con la oscura noche aún tenía la mirada baja hasta que escucho mi nombre llamar desde distancia, levanto la mirada y ahí estaban ellas de pie junto a sus bicicletas diciéndome con gestos que vaya hacía ellas. Sonriendo me pongo de pie con mi teléfono en la mano baje la mirada en el momento en que la tela de mi blusa se atoro con el manubrio de mi bici y camine hasta que sentí un golpe con algo duro como el concreto, cierro los ojos sobando la parte de arriba de mi cabeza por el dolor y al abrir mis ojos mire las piernas de aquella cosa de concreto, abrí mis ojos al tope impresionada, digo, ¿Quién tiene el abdomen así de duro? Demonios. Levante la mirada de inmediato e hice una reverencia de 90° susurrando un “lo siento” y sin más me fui con mis amigas.
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Amor a primera vista. (BTS)
RomanceCuando piensas que las fantasías y los sueños más locos no se pueden cumplir llega el momento menos inesperado que nos hace pensar diferente, llega ese momento en el que las cosas más locas que pensaste se llegan a cumplir haciendo tu vida un mar de...