Sueños

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El tiempo es tan pasajero, cerramos los ojos y el tiempo avanza rápidamente. Es como un sueño que al despertar muestra algo muy diferente a lo que fue al estar despierto. Vivir sin un proposito incentiva a la monotonía, pero siendo padre y esposo...

Despertar y ver cómo lentamente, en cada despertar y ver el vientre de tu esposa crecía día tras día, ver como era cuidadosa a más no poder.

Ver la devoción de una mujer embarazada... Es de admirar en muchos niveles.

Cuando su vientre creció, luego de un par de semanas Rem pidió su descanso por maternidad.

Aunque un mes tarde según la ley de Banan, ya que a ella le fascina su trabajo, debido a eso acompañe a Rem al trabajo durante los días previos a su descanso.

Aunque ella insistia que no me preocupara.

Pasaron unos cuantos días poco después de cumplir las 22 semanas.

Rigel cuidaba de Rem en días de ausencia de su padre debido al trabajo y su hora de llegada a casa eran pasadas las horas de sueño de Rigel.

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El primogénito de la pareja se siente incómodo, pues entiende lo mucho que trabaja su padre incluyendo el sagrado 7mo día de la semana.

Su madre es la que siente más su ausencia, quién durante las noches en que llega del trabajo suele no aguantar el cansancio y quedarse dormida antes de recibir a su amado.

Debido a esto, los sueños de la madre suelen ser muy cortos, todo sea para esperar a su esposo.

Pasado la media noche, las llaves resonaron en la entrada de la residencia.

Sus ojos quienes pegaban a sus párpados se negaban a abrirse, pero debía de entrar a casa.

Hizo un esfuerzo para ingresar al igual que cerrar la puerta con seguro y subir las escaleras. Abrió la puerta de habitación con cuidado antes ver finalmente la cama.

- El trabajo... me está matando... - Dejando a un lado un pequeño maletín con algunos documentos. Con mucho cuidado, se sentó en una orilla de la cama.

Su cabello algo desalineado además de tener unas ligeras ojeras. Miro por detrás de su hombro, ver a aquella mujer que dormida se encontraba.

Sin ninguna preocupación, ignorando a su agotado esposo. Aunque el tampoco buscaba llamar la atención de su esposa. Desea no haber hecho ruido para perturbar su sueño.

En el momento en que su rostro tocó la almohada, Subaru soltó un ligero suspiro antes de intentar quedarse dormido rápidamente. Fue cuando, la mujer abrió ligeramente sus ojos.

- ¿Subaru...? - Le pareció oler un aroma familiar durante sus sueños, el olor a bruja que destestaba, ahora solo es una señal. Ahora sólo era un cálido abrazo durante sus sueños, un abrazo de oscuridad cálida con su olor en particular.

Aquellas manos oscuras que la sostenían con cariño, en sus sueños mas profundos y misteriosos.

Al abrir los ojos, pudo verlo claramente. El enorme aura del miasma que emanaba de su esposo. Ya no sentía miedo, ver tanto miasma en aquel joven invitado de quien sospechaba tantas cosas.

Pequeña Estrella (2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora