Capítulo 17: «Trent.»

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-¿Has sido tú?- le dije mientras me abalanzaba sobre él, dándole un abrazo.

-Sí, ¿quien esperabas que fuera?-me dijo devolviéndome el abrazo.

-Pero... ¿Cómo lo has hecho?

-No lo sé, ¿sabes? Simplemente pienso en ti. Intento centrarme en tu sonrisa y en tu mirada y simplemente hablo. También me pasa con saber donde estás. A veces con el simple hecho de desear encontrarte, lo hago. Hay algo en mi interior que me guía hacia ti.- dijo cogiéndome la mano.- Inténtalo.

Por más que lo intenté, lo único que conseguí es que el idiota de Erik se riera de mi. Después de numerosos intentos en vano, decidimos que era hora de marcharnos. Abandonamos el claro para adentrarnos en el bosque por el que habíamos llegado. Estábamos a punto de llegar al camino que daba a la casa cuando escuchamos un pequeño crujido.

-Serán Alex o Dylan. Supongo que habrán salido a... Como decírtelo....- dijo Erik.

-Cazar.- dije por él.

-Exactamente.-dijo él.- Vamos tranquila, no pasa nada. Estoy aquí para protegerte, ¿vale?

-Recuerdas que no necesito protección porque soy una mujer lobo con garras, colmillos, y demás armas letales, ¿cierto?- dije bromeando, aunque realmente era verdad lo que acababa de decir. No necesitaba la protección de Erik ya que podía defenderme sola, aunque me encantaba sentir que por primera vez desde hacía años había alguien que, aparte de Hugo, se preocupaba por mi.

De camino a la casa, escuchamos algunos ruidos más, pero en el último hubo algo que hizo a Erik reaccionar.

-Nos están siguiendo.- me susurró.- Corre.

Empecé a correr con Erik pisándome los talones. En cuanto hube dado cuatro o cinco pasos, recordé todo lo que Mary me había enseñado en las lecciones que me había dado. 'Alfa, beta, omega' pensé. Mis extremidades empezaron a cambiar, al igual que el resto de mi cuerpo. Rápidamente empecé a sentir un cambio en la vista, en el tacto y en el resto de todos mis sentidos. Erik aumentó la velocidad para no quedarse atrás y pronto llegamos a su casa. 

Dylan, ya vestido, nos abrió la puerta, y se apartó rápidamente al vernos llegar como una bala, sobretodo a mi. Entramos y mi cuerpo chocó de lleno contra el mullido sofá de los Garroway.

-Joder, ¿qué coño hacéis?- dijo el primo pequeño de Erik. Entonces fue cuando realmente reparó en lo que tenía delante- Wuau... Con lo guapa que es y mira en lo que se queda.- dijo empezando a reírse.

-Deja de reírte imbécil.- le dijo Erik, que le dio un puñetazo en el brazo al otro chico.

'Alfa, beta, omega'. 'Alfa,beta, omega'. me repetí. Me alejé un poco de los chicos, porque no quería que ninguno de los dos viera el cambio, ya que no debía ser muy agradable para un vampiro ver a un hombre lobo convertirse, al igual que para nosotros no lo es ver a un vampiro beber sangre. 

Poco a poco, mi cuerpo volvió a la normalidad, me levanté y volví hacia donde los dos nerviosos chicos estaban hablando.

-¿Qué pasa?- les dije.

-No creeras que...- dijo Dylan, haciéndome caso omiso. 

-Eso me temo.- contestó Erik, al momento que uno de los ventanales del comedor estallaba.

Me agaché rápidamente para evitar que un pedrusco del tamaño de una sandía me golpeara en la cabeza y en ese mismo momento sentí un terrible dolor en la pierna. Me habían clavado una especie de punzón y la sangre empezaba ya a brotar.

-Me cago en...- dijo Dylan al tiempo que Erik nos empujaba a ambos escaleras arriba.

Erik reparó rápidamente en mi herida, por lo que me cogió por los muslos para ayudarme a subir. Por lo visto el olor a sangre le había alertado, y no era al único.

Llegamos a la habitación de Erik y este la cerró rápidamente, conmigo aún encima. Me dejó delicadamente en el suelo. Los ojos de Dylan no se apartaban de mi pierna, de donde no paraba de salir sangre. El chico se dispuso a abalanzarse sobre mi con los colmillos ya fuera, pero Erik evitó su ataque. 

Los dos chicos empezaron a forcejear. Dylan dio un puñetazo directo a la mandíbula de Erik y este respondió con un rodillazo en el costado de Dylan. El chico se dobló hacia adelante y Erik usó todas sus fuerzas para enviar a su primo de espaldas hasta la bañera. Cerró rápidamente la puerta y la atrancó moviendo la cómoda hacia delante. Se acercó a mi y se sentó a los pies de la cama con la espalda apoyada en esta, enfrente mío.

De repente, todo se quedó en silencio y alguien llamo a la puerta. Erik me echó una mirada rápida antes de levantarse del suelo. 

-No te muevas, pase lo que pase quédate aquí.- me dijo con dulzura.

Erik abrió la puerta y yo no podía ver quién había a la entrada de la habitación.

-Trent.-dijo.

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Siento mucho no haber podido actualizar antes, pero el instuto no me lo pone fácil Gracias por seguir leyendo y comentad, ya que casi nadie lo hace. Quiero agradeceros los más de 5200 leídos, sois increíbles. ¡Os quiero! 

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